Vida moderna
¿Qué le hace el consumo de ajo y cebolla a los riñones?
Estos alimentos contribuyen a preservar la salud y el buen funcionamiento de estos órganos.
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En la incansable búsqueda por una vida saludable, a menudo las personas se enfocan en mantener un corazón fuerte y en buen estado. Sin embargo, es igualmente crucial recordar que los riñones desempeñan un papel vital en nuestro bienestar general. Estos órganos incansables tienen la responsabilidad de filtrar la sangre y eliminar los desechos del cuerpo. Por lo tanto, es de suma importancia asegurarse de que este proceso vital no sufra contratiempos ni se detenga.
Si se sufre de enfermedad renal crónica, es fundamental tomar medidas para proteger sus riñones. Evitar el consumo excesivo de sodio y fósforo, limitar los alimentos ricos en grasa y colesterol, y controlar la ingesta de azúcar son pasos cruciales. Además, mantener bajo control la presión arterial y los niveles de colesterol ayudará a retrasar el daño en los riñones.
La siguiente es una lista de opciones que vale la pena considerar para preservar la buena salud de los riñones. Sin embargo, hay que recordar siempre consultar al médico antes de realizar cualquier cambio significativo en la alimentación.
El aceite de oliva extra virgen, conocido por sus propiedades antiinflamatorias, no solo promueve una buena circulación cardiovascular, sino que también puede reducir significativamente el riesgo de problemas renales. Estudios revelan que seguir una dieta mediterránea y consumir aceite de oliva extra virgen a diario puede disminuir a la mitad las posibilidades de padecer enfermedad renal, así como retrasar su progresión.
Los pescados ricos en ácidos grasos omega-3 son otra poderosa arma en la lucha contra los problemas renales. Compuestos presentes en el salmón salvaje, la caballa, las anchoas, las ostras, los mejillones, el arenque, las sardinas, la albacora, el rodaballo, el bacalao y el pargo ayudan a prevenir la inflamación crónica y retrasan el avance de la enfermedad renal.
Los huevos son una excelente fuente de proteína, pero si se padece enfermedad renal, se debe evitar la yema debido a su alto contenido de fósforo. Una alternativa saludable es consumir únicamente las claras de huevo. Se puede disfrutarlas hervidas en ensaladas de vegetales o pastas, o utilizarlas para preparar tortillas.
Siempre es una buena idea mantener fresas frescas en la nevera. Estas deliciosas frutas, bajas en calorías, junto con arándanos, frambuesas y moras, son excelentes opciones bajas en fósforo y potasio. Además, son ricas en antioxidantes, que reducen la inflamación crónica asociada comúnmente con enfermedades renales.
Las uvas sin semillas son una fuente nutricional comúnmente desaprovechada, pues la piel y las semillas de las uvas rojas contienen numerosas propiedades curativas gracias a su gran contenido de antioxidantes y resveratrol, un compuesto poderoso que beneficia tanto a la salud cardiovascular como renal. Aunque puedan requerir un poco más de esfuerzo al comerlas, las uvas con semillas son más saludables y económicas.
Las cebollas no solo aportan sabor a los guisos y ensaladas, sino que también son una fuente rica en antioxidantes que promueven la buena salud cardiovascular y previenen la inflamación crónica. Además, su contenido bajo en sodio, potasio y fósforo las convierte en una opción excelente para cuidar de sus riñones.
Las manzanas también son ricas en fibra y pectina, lo que ayuda a reducir los niveles de colesterol “malo”. Además, contienen sustancias que previenen la inflamación crónica, lo cual resulta en beneficios para la salud cardiovascular y facilita el trabajo de los riñones.
Por último, no se puede olvidar mencionar el ajo, un diurético natural que ayuda a eliminar el exceso de agua y sodio de nuestro cuerpo a través de los riñones. Para disfrutar de sus beneficios curativos, es mejor consumirlo crudo, ya que al cocinarse pierde algunas de sus enzimas curativas.