Antonio Núñez nació en el País Vasco, es biólogo y tiene un doctorado en Ingeniería de alimentos. | Foto: KAREN SALAMANCA

NESTLÉ

Nestlé, un aprendizaje continuo

Sin importar las diferencias geográficas, los clientes buscan productos que añadan valor. La clave está en concebirlos así desde el principio.

26 de mayo de 2019

Una sociedad que cambia rápido les exige a las empresas agilidad para anticiparse al futuro. Y eso ha hecho Nestlé en más de siglo y medio de existencia. Sobre todo ahora, cuando la compañía enfrenta el desafío de estar a la altura de las exigencias de los consumidores contemporáneos y convertir las transformaciones del mercado en una oportunidad de crecimiento para el negocio.

La multinacional opera en 194 países, tiene 468 fábricas y emplea a 323.000 personas alrededor del mundo. Antonio Núñez, presidente de Nestlé en Colombia, explica las enseñanzas clave que han permitido que él, y la empresa que lidera, sirvan hoy de referente en el mundo empresarial.

Tiene una amplia experiencia: lleva 28 años en la compañía, en donde empezó como jefe de aseguramiento de calidad en Asturias, al norte de España. Después, estuvo en Suiza a cargo del área de operaciones de la zona Europa. Entre 2006 y 2009 vivió en Chile y fue director de operaciones de la zona Austral-América. En 2009 llegó a México y ocupó la vicepresidencia de operación de la compañía.

En 2012, regresó a Suiza para asumir como vicepresidente de operaciones para la zona Europa y tres años después pasó a desempeñar el mismo rol en la zona América, desde Canadá hasta Chile. Y el año pasado llegó a Colombia.

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El país lo recibió con un año desafiante en términos económicos. En 2018, debido a la incertidumbre que generaron las elecciones presidenciales y la reforma tributaria, las expectativas de crecimiento de la empresa disminuyeron. No obstante, a pesar de ese año tan difícil, Núñez aprendió que para estar a la altura de los desafíos, las empresas deben ofrecer una propuesta de valor. Dice que el éxito o el fracaso de una compañía tiene que ver con la capacidad para entender en qué medida su producto le añade valor al consumidor, y eso debe pensarse desde el principio para poder establecer una hoja de ruta. De esta forma, se puede motivar a las personas, que son quienes finalmente hacen el cambio.

Ese movimiento continuo entre países ha formado parte fundamental de su aprendizaje. Puede moverse de Suiza a Colombia o de Chile a España, porque siempre llegará a un lugar donde compartirá con los trabajadores la misma cultura organizacional. Para un extranjero todo es aprendizaje, dice, por eso vive la expatriación como una aventura, y cada nuevo país representa un enriquecimiento en lo personal y en lo profesional.

Por eso considera clave enriquecer la visión empresarial mediante otras miradas más frescas. Y cree que el verdadero líder genera crecimiento en su entorno.

En su opinión, el éxito es crecer con los otros y desde los otros. Nestlé en Colombia, como en el resto del mundo, es una empresa de personas que trabaja para personas. “Aquí nos mueve la pasión por el trabajo bien hecho. Eso es lo que nos hace diferentes: trabajar por un proyecto en el que creemos”, asegura.

El año pasado en Colombia registró ventas por 1,49 billones de pesos. La utilidad neta creció 11,2 por ciento y tuvo un margen neto de 8,3 por ciento. Cuenta con 4.000 empleados en las 5 plantas ubicadas en Valledupar, Florencia, Dosquebradas, Bugalagrande y Mosquera, en las que produce lácteos, galletas, chocolates, bebidas, cafés y culinarios. Los negocios en el país representan un 2 por ciento de la facturación de Nestlé en la zona América, que en total registra ingresos por 30.000 millones de dólares.

Colombia tiene un gran potencial y fuerte competencia local, donde se puede trabajar para transformar la sociedad. Lo asegura el presidente de Nestlé, Antonio Núñez.

Núñez tiene su prioridad en crecer a doble dígito en forma sostenible y rentable a partir de principios de operación sólidos y de la mano de la gente. Con base en estas ideas trabaja en el proyecto Unidos por los jóvenes, iniciativa que tiene como aliados a otras empresas, universidades y el Gobierno para orientar a los estudiantes durante su carrera profesional. El objetivo es reunir 40 actores asociados para ofrecer oportunidades de empleo a 20.000 jóvenes. Es un convencido de que para transformar la sociedad, hay que apostar por los jóvenes. Este programa se basa en el modelo de educación dual desarrollado en Suiza por medio del cual los alumnos compaginan sus estudios con actividades prácticas.

En ese sentido la apuesta de Nestlé va más allá del tradicional modelo de negocio: su visión es más amplia y le apunta a la sociedad. Puede resultar obvio, pero las empresas deben saber que también hacen parte de una solución, de un equipo compuesto por el Gobierno, la industria y la academia.

Asegura que desde la posición de liderazgo empresarial, hay que asumir los retos y trabajar a partir de una economía colaborativa y un modelo transversal. Y que los empresarios tienen la gran oportunidad y la responsabilidad de demostrarle a la sociedad que la industria puede ser y, de hecho es un elemento fundamental para ese cambio que anhelan todos.

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De ese modo Nestlé ha decidido mantener siempre en su plan empresarial el objetivo de crear valor compartido. Como todas las empresas, persigue sus metas de negocio, de crecimiento, de rentabilidad, pero no olvida sus compromisos sociales.

En Nestlé tienen consciencia de que la mejor forma de contribuir al desarrollo de la sociedad es generar empleo con respeto por la diversidad de género, y en regiones del país que están saliendo de una situación de conflicto.

Por otra parte, están los desafíos medioambientales. Para compañías de la industria alimenticia, el plástico plantea el mayor desafío. De acuerdo con Greenpeace, solo el año pasado Nestlé produjo 1,7 millones de envases de ese material. Por eso, Núñez asegura que en su compañía trabajan en varias acciones de liderazgo profundo para enfrentar este problema.

A principios de 2019 la empresa anunció el final de los pitillos de plástico y también empezó a trabajar para desarrollar botellas de agua biodegradables. El objetivo es lograr que todos sus envases sean reciclables o reutilizables para 2025. Ya para ese año planean aumentar el uso de PET reciclado hasta un 35 por ciento a nivel mundial, y hasta un 50 por ciento en Estados Unidos.

Por medio de un trabajo colaborativo, apasionado y socialmente responsable -explica Núñez- Nestlé ha construido su círculo virtuoso estratégico. En el centro se ubica la gente; alrededor del centro, la apuesta por crear valor compartido; y en la capa externa, el modelo de negocio que busca un crecimiento sostenible y rentable.

Pero el crecimiento con esas características solo es posible en la medida en que la compañía le demuestre a la sociedad que crea valor.

1.49 billones de pesos sumaron las ventas de Nestlé en Colombia en 2018

Por eso, explica, en la vida personal y en la laboral hay que aprender constantemente, aceptar nuevos desafíos, trabajar con equipos diversos e incorporar las miradas de otras culturas.

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En este sentido su trayectoria profesional le ha permitido confirmar que trabaja en una multinacional bastante descentralizada, con sedes locales de alto nivel de autonomía y un buen porcentaje de personal regional.

Para este año esperan crecer entre el 6 y el 8 por ciento en el país. La compañía ve a Colombia como una economía con potencial, donde compite con marcas locales muy consolidadas. Pero no ha tenido problemas por la competencia. La clave está en desarrollar empatía por el consumidor, entender sus necesidades y convertirlas en oportunidades de negocio.