Juan Diego Alvira y gota a gota
Juan Diego Alvira y gota a gota | Foto: Semana

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El ‘gota a gota’ rebosa el límite de la delincuencia. Juan Diego Alvira habló con uno de estos usureros, la única opción de miles para sobrevivir

Las pequeñas empresas, los vendedores ambulantes e incluso las clases más populares, recurren al gota a gota como una medida desesperada para salir de apuros económicos, pero con consecuencias, muchas veces, fatales.

1 de noviembre de 2022

“Es que le voy a amarrar a su mamá, le voy a amarrar a su papá y si no nos paga, ya sabe qué le pasa”: esta es la manera en que un cobradiario asusta a sus víctimas para que les paguen la deuda con los intereses incluidos.

Ellos le dijeron a Juan Diego Alvira que lo llaman cobros “coercitivos”. “Si mañana no me trae esa gran p… plata le parto esa cabeza y le doy cuchillo”, se escucha en otra llamada grabada por las autoridades a uno de estos delincuentes que se aprovechan de su dinero y de su capacidad de amedrentar a la víctima.

Juan Diego Alvira le puso la lupa al ‘gota a gota’, fenómeno que sigue creciendo en el país

El gota a gota supera todos los límites de la usura. Cobra el 20 % mensual por un préstamo, cuando un crédito formal puede estar cobrando en promedio 3 % cada mes. La diferencia es notable. Sin embargo, los negociantes tienen la habilidad de pintarle fácil el negocio a los comerciantes o pequeños emprendedores.

Les prestan 100.000 pesos y les cobran módicas sumas de 4.000 pesitos al día, con lo cual al final del mes termina pagando 120.000 pesos por el “crédito”. Si esa persona tramita ese préstamo con un crédito formal, terminaría al final del mes pagando 103.000 pesos.

Este es quizás un ejemplo sencillo, pero si el préstamo es de diez millones de pesos a un año, podríamos decir que en la banca formal el cliente termina pagando 13 o 14 millones de pesos en total, pero en el gota a gota, esa persona podría terminar pagando 24 millones de pesos, con intereses del 240 %.

Juan Diego Alvira entrevistó a un hombre que se dedicaba al préstamo del gota a gota. Contó que, por ejemplo, él prestaba un millón de pesos y cobraba cuotas de 40.000 pesos diarios. “Pero si se me cuelga ya mañana vengo por 80″, le dijo a Juan Diego este cobrador, que relata la forma en que quienes se cuelgan terminan viviendo un infierno, especialmente aquellos que están dedicados a las ventas callejeras y que no tienen certeza de cuánto pueden ser los ingresos diarios.

El director del Instituto para la Economía Social de Bogotá, Alejandro Rivera, dijo que muchas veces la gente pierde la posibilidad de ahorrar para tener una vivienda propia o para alguna calamidad, por estar pagando esos intereses tan altos para surtir sus negocios.

De acuerdo con cifras del Dane, el uso del gota a gota aumentó entre las microempresas del país 75 % en 2021, frente a lo que ocurrió en 2019, con lo cual se podría concluir que otra de las enfermedades que dejó la pandemia fue el crecimiento de estos préstamos usureros e informales.

Otras cifras muestran que el gota a gota representó en 2019 el 13,9 % de las fuentes de financiación de las microempresas y en 2021 esa cifra aumentó al 24,4 %. Esto significa que el negocio tomó un impulso muy importante, quizá por las dificultades económicas que sufrieron los emprendedores de pequeños negocios y ventas informales.

El director del Centro de Pensamiento Futuros Urbanos, Ómar Oróstegui, dijo que ellos no recurren a Datacrédito, sino que “utilizan la violencia y la intimidación” y advirtió que hoy en día las autoridades no tienen un registro discriminado de cuántas personas terminan con lesiones personales por no estar al día con algún gota a gota.

El presidente Gustavo Petro incluyó esta problemática entre sus prioridades y propuso crear créditos baratos y flexibilizar las condiciones para facilitarles a los comerciantes y a los microempresarios la consecución de esos créditos. Inicialmente, se haría a través del Banco Agrario. Sin embargo, por ahora no va más allá del anuncio.