Nicolás Maduro apareció este jueves, 11 de diciembre, frente a decenas de personas para referirse a la llegada de la líder opositora María Corina Machado a Oslo, debido a que ganó el premio Nobel de la Paz, y la ceremonia de entrega se lleva a cabo en el país europeo.
“El ridículo que hizo por allá fue de espanto”, criticó el venezolano.
En su intervención pública, el dictador simuló quejas y lloros, imitando a Machado, a quien califica de sayona, que en la cultura venezolana se refiere a un mito de un alma en pena.
“Mientras la sayona chilla, ella salió a una rueda de prensa llamando a que invadan Venezuela”, dijo de manera despectiva.
Las declaraciones las dio en medio de las fuertes tensiones del país suramericano con Estados Unidos, que insiste en entrar a territorio venezolano por tierra en su lucha contra el narcotráfico, pues este miércoles le fue incautado un barco petrolero.
“Hoy salió aplaudiendo y apoyando el secuestro armado del barco petrolero que llevaba petróleo venezolano. Hoy salió delinquiendo y salió respirando por la herida”, siguió el dictador.
Se trata del petrolero “más grande” frente a las costas del país latinoamericano, en medio de la contundente presencia de las fuerzas norteamericanas en el Caribe para hacer frente al narco, y presionar a Maduro para que entregue el poder.
Y enfatizó que, pese a las constantes sanciones estadounidenses, “el pueblo está unido, movilizado, victorioso. Y este pueblo derrotó al fascismo, nazis, a los apellidos y más nunca mañana volverán los apellidos a Venezuela”.
Varios informes de la prensa estadounidense han asegurado que, pese a que Maduro se dice tranquilo, todo indica lo contrario pues se cambia de casa y de cama cada noche, ha mejorado su sistema de seguridad y desconfía de sus cercanos, por temor de que el gobierno norteamericano invada el país o sus allegados lo entreguen a la justicia a cambio de una jugosa recompensa.
Por su parte, la galardonada, que recién llegó a Europa, tuvo que enfrentar una odisea para salir de su país, donde es señalada de varios delitos políticos y penales por el régimen.
Machado no había salido desde hace 14 años de su país y llevaba en la clandestinidad más de un año. A su llegada a la capital noruega, cientos de simpatizantes la esperaron fuera del Gran Hotel, donde vitorearon “valiente” al unísono cuando la líder política salió por el balcón del edificio a saludarlos.
“Mi deber era venir para llevar el premio de vuelta a Venezuela”, dijo Machado en una rueda de prensa este jueves.
Además, detalló que contó con el apoyo estadunidense para salir del continente, pese a que no ofreció detalles. Y, en referencia a las acciones de Norte América, aseguró que han sido “decisivas para llegar al punto en el que estamos ahora”, definiendo que el régimen de Maduro está “débil”.
“Tengo mucha esperanza de que Venezuela sea libre y que convirtamos al país en un faro de esperanza, de oportunidad, de democracia“, expresó Machado.