Lo que inicialmente era un plan de vacaciones, de una familia que viajó desde Bogotá a San Andrés, terminó en tragedia el 11 de julio. A la isla habían llegado cinco personas, entre estas, un menor de cuatro años.
Sin embargo, cuando habían pasado pocas horas del inicio del viaje, en un cuarto del hotel Portobelo fueron hallados los cuerpos sin vida de Tito Nelson Martínez Hernández, su esposa, Viviana Andrea Canro Zuluaga, y su hijo, un menor de cuatro años llamado Kevin Matías Martínez Canro.
Después de varios días, el dictamen forense de Medicina Legal estableció que la familia había muerto “por intoxicación exógena por fosfina”, químico se utiliza en espacios abiertos para fumigaciones orientadas a combatir plagas.
Se trata del químico que habría sido utilizado para fumigar una habitación que estaba enseguida del cuarto en el que se hospedaba la familia que murió.
Sin embargo, todo parece indicar que el trabajador que realizó la fumigación en el hotel mintió, ya que inicialmente reportó haber utilizado un químico llamado Demand Duo y no fosfina.
“Al parecer, esta empresa utilizó un producto de fumigación que no está permitido y un producto que no reportó al hotel haber utilizado”, informó Daniel Alexander Caicedo, abogado del hotel, en entrevista con el programa Séptimo día, de Caracol Televisión.
El programa citado anteriormente cuenta con el reporte técnico de la empresa Livco E.U., compañía que se encargó de realizar la fumigación en la habitación 405, dado que esta presentaba un problema de plagas. La familia estaba hospedada en la 404.
En el reporte fechado el 10 de julio se establece que quien realizó la fumigación fue un hombre identificado como Michael Garzón.
“Nos manifestó que había hecho una aspersión manual de un producto denominado Demand Duo; nosotros no podemos asumir responsabilidad, serán las autoridades pertinentes que están llevando a cabo esta investigación las que determinen los responsables”, agregó Caicedo en Séptimo día.
En tal sentido, el abogado indicó que el hotel confió en la empresa que llevó a cabo la fumigación, lejos de imaginarse que iban a utilizar un químico que no es permitido para aplicar en espacios cerrados.
“Nosotros también confiamos en la responsabilidad de la empresa de fumigación, pero evidentemente utilizaron un producto que no estaba autorizado”, señaló Caicedo en Séptimo día.