El choque diplomático entre Colombia y Estados Unidos escaló esta semana luego de que la Casa Blanca calificara de “infundada y reprochable” la afirmación del presidente Gustavo Petro sobre un bombardeo en el mar Caribe y pidiera una retractación pública.
Petro respondió pidiendo a Washington que publique los nombres y la información de las personas que han muerto en esas operaciones para comprobar si, como él sostiene, hubo víctimas colombianas.
El desencadenante fue un ataque estadounidense a una embarcación en aguas caribeñas, anunciado por el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, que dijo haber ordenado un golpe contra lo que describió como una lancha vinculada al narcotráfico y afirmó que cuatro supuestos “narcoterroristas” murieron en la acción.
Gustavo Petro publicó en su cuenta de X que “indicios muestran que la última lancha bombardeada era colombiana, con ciudadanos colombianos en su interior”, y pidió a las familias que aparecieran para denunciar.
Al conocerse la reacción oficial de Washington —que pidió retractación— Petro replicó: “Que la Casa Blanca nos dé la información de las personas que han muerto por misiles de los EE. UU., para saber si mi información es infundada”.
La respuesta de Washington
La Casa Blanca dijo que esperaba que Petro se retracte públicamente de su declaración “infundada y reprochable” para poder retomar un diálogo centrado en la cooperación bilateral.
Paralelamente, la administración norteamericana ha defendido las operaciones en el Caribe como parte de una campaña contra organizaciones vinculadas al tráfico de drogas, una estrategia que, en su lenguaje, ha llegado a describir a grupos como “narcoterroristas”, lo que modifica la base legal y política para el uso de la fuerza.
El intercambio aumenta la tensión bilateral en un momento en el que Estados Unidos ha intensificado operaciones militares en el Caribe y Colombia mantiene una relación compleja con la administración de Washington. El reclamo de Petro pone énfasis en la exigencia de pruebas que permitan acreditar que esas acciones cumplen con estándares internacionales y con el principio de proporcionalidad.
Los ataques forman parte de una serie de operaciones anunciadas por la administración estadounidense bajo el argumento de combatir el tráfico internacional de drogas.