Javier Jaimes, Paola Pinilla, Ana María Porras, Ana María Rey y Ömer Özak hacen parte de ña nueva generación de científicos colombianos. | Foto: Montaje Semana

EDUCACIÓN

¿Qué investigan las nuevas generaciones de científicos colombianos?

Trabajan en investigaciones que tengan un impacto real en el ser humano, apuestan al binomio ciencia-sociedad y a un entorno de formación y desarrollo más inclusivo. Publicar investigaciones dejó de ser su principal aspiración, quieren llegar a un público mucho más amplio.

Lisbeth Fog Corradine*
1 de septiembre de 2020

No hay tiempo para detenerse. Hasta tomando un café los cerebros de los científicos continúan maquinando, buscan respuestas a sus preguntas, quizá un plan B porque el A no dio resultado. Hoy día saborean ese café frente a la pantalla del computador leyendo los últimos avances de sus disciplinas, información al instante de innumerables portales serios y confiables que deben consultar a diario. Antes lo hacían en las bibliotecas y había que esperar a que llegara la revista en físico para poder pasar sus páginas y leer las novedades… escritas, meses atrás. Y allí era imposible entrar la taza de café.

Los tiempos han cambiado. La nueva generación de científicos colombianos debe estar actualizándose minuto a minuto e internet, como a todo el mundo, también les cambió sus rutinas. La ciencia se produce de una manera diferente.

“Ahora somos muchos más a nivel nacional y mundial”, dice Javier Jaimes, virólogo en la Universidad de Cornell, Estados Unidos, e integrante de uno de los grupos que investiga los mecanismos utilizados por los virus, –como el Sars-CoV2 culpable de la pandemia planetaria–, para infectar las células. Solo en Cornell, dice, el 8 por ciento de los estudiantes internacionales son colombianos. En realidad, están regados por todo el planeta trabajando en infinidad de disciplinas.

También cambian los tiempos, como lo demuestran los grupos internacionales que en menos de un año prometen una vacuna efectiva contra el covid-19, cuando anteriormente se hablaba que podía tardar décadas. Ahora quizá hay herramientas más sofisticadas, mejor conocimiento, y las necesidades no dan espera. En el laboratorio donde labora Jaimes comenzaron a trabajar en posibles moléculas que puedan prevenir el ingreso del virus a la célula humana desde el 13 de enero “y no hemos parado”, dice. “Ha sido un reto desde el punto de vista físico y mental”. Pero las circunstancias así lo exigen.

Por otro lado, continúa, “el impacto que buscamos con nuestras investigaciones no es solo para publicar sino para saber cómo va a impactar al ser humano y al mundo en general”. Ese binomio de ciencia y sociedad está más en el orden del día que antes. Y en eso coinciden otros investigadores colombianos en el exterior, como la ingeniera biomédica bumanguesa Ana María Porras, quien a partir del año entrante dirigirá su propio laboratorio en la Universidad de Florida, para estudiar enfermedades infecciosas tropicales. Una de sus metas es trabajar hacia una ciencia más inclusiva. “Siento que los jóvenes tenemos una visión más amplia que no se limita al laboratorio. Nos cuestionamos en qué contexto estamos haciendo ciencia, quién participa en los procesos, cómo llegarle a un público más amplio”. Su pasión por la ciencia, característica que reconoce en todas las generaciones de quienes se dedican a ella, así como su crecimiento como investigadora y como persona, la han convertido en una verdadera líder que promueve las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por su sigla en inglés) en niñas y adolescentes.

La inclusión de género también es prioridad para la astrofísica Paola Pinilla, líder de un grupo de astronomía en el Instituto Max Planck de Alemania. “Esta nueva generación está más preocupada porque la diversidad de género y las minorías estén bien representadas en ciencia”, dice esta bogotana que estudia la formación de planetas y estrellas. Por su trabajo ha ganado dos premios-beca: el primero otorgado por la Nasa y el Sofja Kovalevskaja, del Instituto Alexander von Humboldt de Alemania. “Este último me da la oportunidad de inspirar a la gente, de armar mi propio grupo y hacer investigación independiente, de formar estudiantes y ser ejemplo para otras mujeres de que podemos llegar muy lejos”.

TRABAJO EN EQUIPO

Para desarrollar su investigación, la ingeniera Porras, de 32 años, ha tenido que estudiar microorganismos y bioinformática. “Por las mismas características del mundo moderno necesitamos ser más flexibles, más ágiles, trabajar interdisciplinariamente y en equipo”.

La física Ana María Rey, quien investiga en relojes atómicos y computadores cuánticos al lado de varios premios nobel en el Instituto de Física Jila, de la Universidad de Colorado, habla de la interdisciplinariedad entre la propia física, porque le ha tocado aprender de materia condensada, información cuántica, física nuclear, incluso física de altas energías, así como con otros campos, entre ellos la química. Asegura que la ciencia es hoy día “más excitante porque lo que aplicas en un campo puede tener conexiones con otro”. Y esa necesidad hace que haya más sinergia entre los grupos científicos.

En cambio, Ömer Özak, economista colombiano actualmente en la Universidad Metodista del Sur, Estados Unidos, dice que “la interdisciplinariedad es definitivamente algo novedoso, que aún está en sus inicios. Resulta difícil colaborar con investigadores de otras áreas, ya que todos tenemos nuestros métodos, sesgos y lenguaje. Pero está mejorando y tiene mucho potencial”. Considera que la colaboración entre universidades es más frecuente hoy y destaca las alianzas de las instituciones colombianas con las de otros países, lo que a su juicio “ayuda a transferir conocimiento y abre las puertas para que más estudiantes puedan formarse en el exterior”.

Información a un clic de distancia, conocimiento para mejorar la calidad de vida de la población, más oportunidades para todos, y una ciencia más democrática al alcance de los ciudadanos en general, son algunas de las características que viven a diario los científicos de hoy.

“Lo que es increíble de lo que yo hago” –remata Pinilla– “es que investigar la formación de planetas nos hace entender que todos venimos del mismo polvo interestelar y por tanto no debería haber barreras, diferencias, ni fronteras. Y en tiempos como el que estamos viviendo hoy día, en el que hay temas devastadores como el covid, tenemos que ser solidarios porque todos somos iguales”.

*Periodista científica.