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| Foto: Mariana Toro

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El pabellón Hola Holanda y el paraíso de las sillitas en 3D

El país invitado de esta edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) es Países Bajos. Su escenografía encanta por los contrastes, la primacía del diseño y su característico color naranja.

27 de abril de 2016

A pesar de la lluvia típica de abril, la gente rebosa de los diferentes pabellones de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Filbo. Pero hay uno que llama la atención. Desde el montaje externo, el pabellón Hola Holanda sorprende a quienes caminan por Corferias. Los visitantes se toman fotos en su puerta construida con cajas naranjas.

Cerca de la entrada, una sala iluminada presenta la exposición de diseño en miniatura “Supermodels”, a la cabeza del diseñador holandés Gilian Schrofer. Con la participación de múltiples diseñadores y arquitectos connacionales, se exhiben decenas de pequeñas sillas, de todas las formas imaginables, y diversas puestas en escena -como pequeños apartamentos, en otra pared-, son una muestra de lo que ofrece Holanda al mundo.

Entre diseño y arquitectura, este país fue el pionero del diseño industrial, con vanguardistas como Pet Mondrian, quien demostró a principios del siglo XX que el arte debía aterrizarse al día a día, a los objetos de uso cotidiano.

La exhibición permite además pensar la impresión 3D en Colombia, campo aún en expansión en el país. Precisamente por esta razón, la empresa I3D Factory acompaña a “Supermodels”, pues busca lanzar la industria a nivel nacional. Junto con el proyecto “Fábrica de ideas”, quieren promover este tipo de tecnologías en los colegios colombianos, como le dijo a Semana.com el licenciado en informática Danilo Vega.

Una cosa queda clara en ‘Hola Holanda’. El invitado de honor no se quedó corto, y mucho menos en lo que de contrastes se trata. Además de que destinó toda una sala de conmemoración para Ana Frank, este lunes la Filbo presentó en este pabellón una conferencia llamada “la paz, asunto de mujeres: pasado y presente de Holanda a Colombia”, donde cuatro expertos de ambos países debatieron el papel de la mujer en la construcción de paz.

La directora de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (Limpal), Katerine Ronderos, resaltó la necesidad de visibilizar el papel del género femenino en el conflicto colombiano. “Las vulnerabilidades de la mujer empeoran en el contexto de la guerra, pues la violencia es naturalizada”, afirmó frente al público.

En diálogo, y cerca del paraíso de sillitas blancas, los expertos pusieron sobre la mesa la importancia de pensar a las mujeres no solo en la guerra, sino también en el desarrollo de la paz y el posconflicto, como sucede con la subcomisión de género en la Mesa de La Habana.

Como si fuera poco, el recorrido se ilumina con varios diseños del dibujante holandés Jan Rothuizen que, a través de “mapas mentales”, presenta el centro de Bogotá, su propia cartografía de Ámsterdam, y hasta el cuarto de un niño en la “Plaza de la Hoja” donde “viven desde hace unos meses 457 familias víctimas del conflicto armado en Colombia”.

Entonces, la unión entre diseño, arquitectura, narración del conflicto y la paz se han tomado el pabellón más llamativo de la edición número 29 de la Filbo. De esta forma, los organizadores demostraron -y lo seguirán haciendo hasta el 2 de mayo, fecha final de la feria- que, desde diferentes ámbitos, un país puede marcar la pauta internacional y proponer nuevas perspectivas para pensar la actualidad.