Seguridad social
El limbo jurídico de la reforma pensional le está saliendo caro al país. Alerta por riesgos fiscales y desahorro creciente
Mientras más se demora la Corte Constitucional en decidir sobre el cambio al sistema de jubilación del país, más incertidumbre habrá para pagar las mesadas del futuro.

El pasado 28 de junio, la Cámara de Representantes aprobó nuevamente la reforma pensional, subsanando un vicio de trámite que había solicitado la Corte Constitucional. Sin embargo, la reforma no ha entrado en vigencia y no se sabe si lo hará, ya que la Corte aún debe pronunciarse sobre su constitucionalidad.
Esa decisión del alto tribunal le está saliendo cara al país, pues dejó el tema pensional en un limbo, en el que se está gastando el ahorro que se debería guardar para pagar a los jubilados del futuro, teniendo en cuenta, sobre todo, la abrupta caída de la natalidad.

Esta fue una de las advertencias que hicieron varios expertos en un foro pensional convocado por la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad de los Andes. Una de las participantes fue Alejandra Sánchez, profesora de la Universidad Nacional y miembro de la Junta Directiva de Colpensiones. En su concepto, el limbo jurídico de la reforma pensional tiene consecuencias fiscales muy relevantes, pues, aunque la ley está suspendida, hay dos artículos vigentes: la oportunidad de traslado, que permite cambiarse de régimen a aquellos que están a menos de diez años de la edad de pensión, y la creación y selección de las Accai, las entidades que reemplazarán a las actuales AFP.
“La ventana de traslado está generando un problema delicado: Colpensiones recibe a quienes se acogen a esta figura y asume la obligación de pensionarlos, pero sin recibir de inmediato sus recursos. A diferencia de lo previsto en la Ley 100, con la que los afiliados trasladan su ahorro y sus cotizaciones, ahora el dinero de las 85.000 personas que ya usaron la ventana solo llegará cuando alcancen la edad de pensión. Esto se planteó así, porque se tenía previsto que todos los cotizantes migrarían a Colpensiones, entidad que recibiría el 66 por ciento de los recursos pensionales, pero eso tampoco ha sucedido”, explicó la académica. Agregó que el desfase se está cubriendo con una solución de corto plazo que traerá problemas en el futuro: miles de personas que están a mucho más de diez años de la edad de pensión se están trasladando a Colpensiones. Solo este año van 120.000 y han movido unos 7 billones de pesos. Estos recursos financian las pensiones actuales y alivian el gasto de la nación, pero a costa de un desahorro que será crítico más adelante.
En eso coincidió Daniel Mantilla, profesor de la Universidad de los Andes, quien reiteró que, ante el limbo de la reforma pensional, el sistema se está gastando lo ahorrado en la Ley 100. “Hoy estamos literalmente quemando esa plata. Es dinero que no se está reponiendo en el presupuesto y estamos desfondando el sistema. Es un limbo que le está costando mucho a la nación, porque es un costo que nadie previó. Cuanto más se alargue la decisión de la Corte, y sin reglas claras para el fondo de ahorro pensional, más crítico se vuelve el tema”.
Andrés Velasco, presidente de Asofondos, al igual que los otros participantes en el foro de los Andes, llamó la atención sobre la forma como se está reglamentando el fondo de ahorro que administrará el Banco de la República. Se permitirá que los recursos que allí se guarden se usen para pagar el pilar semicontributivo, y también se busca desacumular el fondo de garantía de pensión mínima, administrado por las AFP, para pagar a los ya pensionados de Colpensiones. “Eso es terrible, nos estamos destapando los pies para taparnos la cabeza”.

Añadió que otro de los temas preocupantes de la reforma es que tiene un régimen de transición muy generoso, lo que aumenta más el pasivo que quedará a cargo de Colpensiones y se suma a la reducción de semanas cotizadas para las mujeres, que son la mitad de la población. Las dudas y preocupaciones por la reforma pensional siguen a la orden del día.