Home

Gente

Artículo

“En casi todos los sitios que he visitado como canciller y como embajadora, destacan la amabilidad, la disciplina y la generosidad de los colombianos”, Carolina Barco | Foto: CORTESÍA EMBAJADA DE COLOMBIA EN ESPAÑA

DIPLOMACIA

Así vive Carolina Barco su gestión como embajadora en España

La recordada canciller del gobierno de Álvaro Uribe ahora se destaca como embajadora en el país ibérico. Dice que su misión es abrirles la puerta grande a los artistas, diseñadores y chefs colombianos. Ya ha acumulado varios logros. Este artículo hace parte de la revista Jet-Set.

26 de julio de 2019

Una gran bandera tricolor elaborada con más de 5000 rosas; las obras del escultor de gran reconocimiento en Europa y Asia, Gustavo Vélez, cuya propuesta recuerda a Constantin Brancusi, y los retratos hiperrealistas al óleo del artista multidisciplinario Simón Vargas, fueron tres de los protagonistas en la conmemoración del 20 de Julio en la Embajada de Colombia en España liderada por Carolina Barco Isakson.

Le encantan las rosas. En Estados Unidos, donde trabajó de 2006 a 2009, la conocían como la embajadora de las flores. “Espero que aquí en Madrid suceda lo mismo. Las rojas, las blancas y amarillas, son mis favoritas; sigo prefiriendo lo clásico y lo tradicional”.

Sugerimos leer: Así fue el matrimonio católico de Carlota Casiraghi, la consentida de Mónaco

Y fue gracias a este particular interés que surgió uno de los primeros eventos que abanderó: el Showroom Primavera de Flores Frescas Colombianas 2019. Asocolflores, “muy gentilmente” –un calificativo que se suele usar y es muestra de que el protocolo es lo suyo–, le ofreció mandarle claveles, hortensias, astromelias y, por supuesto, rosas, para decorar la recepción, después de su presentación de credenciales. “Cuando les comenté la admiración que despertaron, surgió la idea de hacer, por primera vez, esta muestra a finales de mayo”.

El 11 de abril la embajadora de Colombia en España presentó ante el rey Felipe VI las cartas credenciales. Estuvo acompañada por las diplomáticas que conforman su equipo de trabajo.

Para ella siempre ha sido prioridad mostrarle al mundo las riquezas del país. Desde el año 2002, cuando inició su gestión como ministra de Relaciones Exteriores, se impuso como compromiso usar siempre ropa de creadores colombianos. Silvia Tcherassi, Pepa Pombo y Johanna Ortiz son algunas de las diseñadoras que admira. También tiene presentes a Isabella y Lucía, de la marca Mallarino, y a Mercedes Salazar, pues son las joyas preferidas de sus dos hijas.

“En casi todos los sitios que he visitado como canciller y como embajadora, destacan la amabilidad, la disciplina y la generosidad de los colombianos”.

Siguiendo su regla personal, el elegido para diseñar el traje que lució frente al rey Felipe VI, fue Álvaro Reyes. El protocolo dictaba: vestido largo de día. Pero, ¿esto qué significa exactamente? Ella se hizo la misma pregunta y para responderla acudió a la herramienta que usamos todos: internet.

“Fue inspirador ver en YouTube lo que habían vestido otras diplomáticas. Para las de los países que tienen un atuendo típico muy elegante, como Japón o Corea, y algunos del continente africano, es ideal llevar esta prenda. Ahora bien, como en Colombia no lo tenemos, buscamos un diseño clásico, sobrio y con la elegancia que requería el momento”.

Puede leer: Los secretos de John F. Kennedy Jr. salen a la luz 20 años después de su muerte

La posesión de Carolina pasará a la historia en España por ser el primer cuerpo diplomático conformado exclusivamente por mujeres. El equipo de protocolo tuvo algunas consideraciones especiales con ellas, como concederles mayor espacio en las carrozas, por aquello de los vestidos.

Pocas semanas después, tuvo el primer acto oficial: la ceremonia de apertura de la exposición Pinturas Recientes, de Fernando Botero, que se celebró en la galería Marlborough como antesala de la gran semana del arte contemporáneo, ARCO. “Fue un comienzo de lujo. Todos sabemos que el maestro es el gran embajador de Colombia para las artes”. A los pocos días, se realizó la apertura de la muestra que albergó el trabajo del bogotano Miler Lagos, y los jóvenes artistas Manuel Calderón y Edwin Monsalve.

El maestro Fernando Botero volvió a exponer en Madrid después de más de diez años. Pinturas recientes se exhibió en la galería Marlborough.

Desde hace cuatro años la casa cultural Gabriel García Márquez, en predios de la embajada, forma parte del circuito de esta feria. En la inauguración, los asistentes disfrutaron de un desayuno muy criollo. “Aquí vienen los grandes coleccionistas, tenemos fama por las muestras que exhibimos. Pero también, les encanta vivir la experiencia gastronómica”.

Cree que la cocina típica es otro de esos encantos para mostrar, y un ejemplo de ello fue el evento Colombia y Andalucía, en la mesa. El chef cartagenero Charlie Otero, acompañado por Elías del Toro del restaurante Abades Triana, cocinaron a cuatro manos. El lulo, el tomate de árbol y la panela sorprendieron a los comensales. “Fue tal el éxito que incluso fue reseñado por la prensa española”, comenta orgullosa.

Con un recital del cantante lírico colombiano Valeriano Lanchas, la Embajada en Madrid se unió a las celebraciones del Bicentenario de la Independencia de Colombia. 

Madrid es una ciudad familiar para la hija mayor del expresidente Virgilio Barco. Cuando apenas comenzaba el Instituto de Empresas, reconocido hoy como una de las principales escuelas de negocios del mundo, solo tenía dos alumnas: Carolina y una funcionaria de la Embajada de Estados Unidos. “Ya estaba casada y aquí nació una de mis hijas. No solo pude estudiar, sino que además recorrí este país que es muy amable con los niños. También hice grandes amistades a las que ha sido grato volver a encontrar para invitarles un café”. A su regreso se ha sorprendido con el papel preponderante que tienen las mujeres en los cargos públicos y privados de España.

Puede interesarle: La princesa de Noruega se enamoró de un chamán

Su rincón favorito en la sede de la embajada es el salón familiar: “Observar el jardín y el cielo azul a través del enorme ventanal se convierte en un pequeño oasis en medio de la capital española”. Pero aún guarda un especial cariño por la casa de la embajada en Washington. “Mi papá fue embajador allá. Después tuve la gran suerte de ocupar ese mismo cargo cuando mi hija mayor era una bebé. No me canso de admirar su escalera principal en madera, por su belleza y gran calidez que le da al lugar”.

Es representante de la mujer actual, que ha sabido combinar su papel de profesional y madre. Y aunque es muy celosa a la hora de hablar sobre su vida familiar, asegura que la mejor enseñanza a sus hijas es que trabajen siempre con amor y disciplina por los demás. “Una es artista y la otra está mucho más dedicada a la economía”. Sin embargo, si hay algo que emociona de verdad a Carolina son sus nietos. “No hay nada como ser abuela, es el regalo más maravilloso. Una sonrisa, un abrazo, un cariño de ellos, son un regalo de Dios. Tengo seis y son la felicidad de mi vida”.

* Este artículo hace parte de la última edición de la revista Jet Set. Vea más artículos aquí.