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FERNANDO TOLEDO

"El país no está preparado para una revista 'gay"

3 de agosto de 1998

con la renuncia de su director, Fernando Toledo, la revista Acénto, única publicación dirigida a la población gay de Colombia, prácticamente dejó de existir. SEMANA habló con Toledo sobre su experiencia.
SEMANA: ¿Por qué se retiró de Acénto?
Fernando Toledo: Porque veo muy difícil el panorama de la revista por el pasivo tan grande que afronta. Desde hace tres meses prácticamente no recibíamos plata y en esas condiciones no le veo ningún futuro.
SEMANA: ¿Eso significa el fin de Acénto?
F.T.: Yo no sé porque ya no soy el director. El número nueve está listo en cuanto a contenido, pero en lo que a mí concierne no le veo ningún futuro en las condiciones en que se está haciendo. La única manera de hacerlo sería con el aporte de grandes capitales que resistan el déficit mientras se abre el mercado.
SEMANA: ¿Los estudios no predijeron eso?
F.T.: Nosotros sabíamos que los mercados son lentos para abrirse pero nunca pensamos que en Colombia fueran tan demorados. La comunidad gay, que era el objetivo, no se entusiasmó con la idea como se esperaba. En términos generales, creo que el país no estaba preparado para una revista de esta naturaleza.
SEMANA: En su opinión, ¿a qué cree que se debe el fracaso?
F.T.: En gran parte se debe a la situación económica del país, que dificultó los créditos bancarios. También algunos inversionistas que prometieron entrar en el negocio al final no lo hicieron.
SEMANA: ¿Cómo reaccionaron los anunciantes?
F.T.: Otro de los grandes problemas fueron precisamente los anunciantes. Después de la expectativa de los primeros números algunos anunciantes se echaron para atrás y dijeron que no estaban preparados para participar en la revista. Con todo y esto logramos pasar de tres avisos a 16 en el último número.
SEMANA: ¿Y qué pasó con los suscriptores?
F.T.: Tuvimos todo tipo de problemas con la venta de suscripciones. La gente no quería que le llegara a la casa sino recibirla en forma clandestina, en sobres cerrados o en apartados postales, y la idea nuestra era hacer una revista de calidad y abierta al público. A pesar de esto alcanzamos a tener 1.500 suscripciones.
SEMANA: ¿Eso quiere decir que ustedes sobredimensionaron la población homosexual?
F.T.: Sí. Antes de iniciar el proyecto nosotros sentíamos al país más evolucionado pero nos dimos cuenta de que aún hay mucha ortodoxia y mucho anunciante pacato. Muchos almacenes nunca quisieron codificar la revista para venderla y las personas que escribían no querían que publicáramos su nombre. Definitivamente esta es todavía una sociedad solapada
SEMANA: Pero ustedes no se pueden quejar por falta de propaganda.
F.T.: La mejor acogida fue de los medios de comunicación, que de alguna manera son más maduros que el resto del país para afrontar estos temas. Siempre hablaron de los ocho ejemplares.
SEMANA: ¿Y a qué se va a dedicar ahora?
F.T.: Estoy buscando trabajo. Si algún revistero poderoso quiere rehacer la revista probablemente lo lograría. Pero no estoy muy esperanzado. Mientras tanto voy a seguir escribiendo.