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Ana Bolena Carvajal era una animalista empedernida | Foto: Tomada de Twitter

LUTO

La prematura y trágica muerte de Ana Carvajal tras una cirugía plástica

Horas después de haberse sometido a una intervención estética en Armenia, la activa usuaria de Twitter @AnaBoicot murió en un centro asistencial diferente al lugar en donde fue operada. Esto es lo que se sabe hasta el momento.

18 de febrero de 2019

Ana Bolena Carvajal Pulido era ingeniera agroindustrial de la Universidad Gran Colombia. Inteligente y muy organizada, con mucho futuro y visión, se graduó de su pregrado con tesis laureada. Cumpliría 32 años el próximo 10 de marzo. Durante sus últimos días, estuvo dedicada a su familia, especialmente a su madre, y a sus animales.

Así la describió Angélica Carvajal, su hermana, en entrevista con La W. Su hermanita, como le decía, falleció el pasado jueves luego de haberse realizado una intervención quirúrgica en la ciudad de Armenia.

Ana Bolena era una mujer muy especial y trabajadora. Su familia cuenta con algunos agronegocios y ella como ingeniera estuvo al frente de ellos, y dentro de sus quehaceres prioritarios se encontraba el estar pendiente de los cultivos de su mamá.

“Era una animalista empedernida”, narró Angélica en la radio. “Toda la vida no hemos hecho sino recoger animalitos, darlos en adopción, cuidarlos hasta el final”, agregó. El perfil de Twitter de Ana Bolena es un fiel testigo de esta característica. Sin siquiera conocerla, con tan solo ver uno de sus trinos, cualquiera es capaz de reconocer que ella amaba a los animales, especialmente a los perros. “Vine a inventarme un challenge pa’ mostrarles lo más hermoso de mi vida”, escribió el 17 de enero en un hilo acompañado de fotos de hermosos canes que la acompañaron durante su vida.

Además, su perfil en la red social era uno de los medios en los que Ana Bolena daba a conocer su opinión y tenía gran cantidad de seguidores: @AnaBoicot, su nombre en Twitter, muestra que son más de 18.000.

Era una mujer “polémica, porque hasta hace poco nos dimos cuenta de que era un tuitera supremamente famosa, dentro de sus temas siempre estuvo la política, opinaba sobre la realidad del país, llamaba la atención sobre el chiste que tenemos de país y siempre fuimos muy firmes las dos en ese tema”, comentó su hermana Angélica a La W. En sus trinos también hablaba sobre el sentido común, la razón, la lógica. Y si bien era polémica, en palabras de su hermana también era muy chistosa. A través del humor construía su visión del  mundo.

La familia Carvajal es reconocida en Armenia, pues durante toda su vida tuvieron un restaurante “a punta de arepas y pan de bono”. Ana Bolena era una persona muy sociable, “tenía muchos amigos alrededor, personas que la querían mucho, que siempre estuvieron muy atentos a ella”, contó Angélica en la entrevista. “Acá todo el mundo la conoce y sabe que somos personas de bien, que no le hacemos daño a nadie y que no entendemos porqué nos pasó esto tan horrible”, añadió, con una voz quebrantada que hace que quien la escucha sienta como propias las lágrimas que deben estar por salir de sus ojos.

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La decisión de operarse y el fallecimiento de Ana Bolena

Ana Bolena tomó la decisión de realizarse una liposucción y de implantarse unas prótesis. Como contó su hermana, la familia se mantuvo al margen en la medida en que esa era una decisión propia. “Nosotros, la familia, nunca supimos nada, realmente nosotros no quisimos meternos en eso porque era decisión de ella”.

La ingeniera contrató directamente al médico Ricardo Urazán para los procedimientos quirúrgicos. Como relataron familiares al medio regional Crónica del Quindío, lo contactó porque había sido recomendado por otro familiar, “una persona de confianza. Ahora nos damos cuenta que el señor no está certificado”, indicaron.

Julián Laverde, un médico de Armenia, fue el encargado de realizar una serie de exámenes a Ana Bolena y, según Angélica, estuvo presente al momento de realizar la cirugía. Ricardo Urazán no tiene consultorio en la capital del Quindío, por lo que la intervención fue llevada a cabo en la Clínica El Parque, el 14 de febrero.

Según comunicado de la Secretaría de Salud del Quindío, que ya adelanta acciones para dar claridad a las circunstancias que rodearon el fallecimiento, a Ana Bolena se le realizó la cirugía en el centro hospitalario a las 4:05 p.m. de ese jueves, y su egreso fue a las 8:00 de la noche.

Angélica estaba esperando a Ana Bolena en la clínica. Cuando iban saliendo del centro asistencial, en compañía de una enfermera, Ana se desmayó. “Ella salió muy dopada, se desmayó cuando salió del carro, se le dijo a la enfermera que la dejara internada, pero dijo que ‘así salen todas’”, expresaron familiares a Crónica del Quindío.

Confiados en lo que el cuerpo médico les decía, arrancaron para su casa. Pero al llegar a la finca, Ana Bolena se descompensó y se desmayó otra vez. Después de eso, “subimos a urgencias del Hospital del Sur. Ella entra con un paro respiratorio, nos dicen que ya no hay nada que hacer por ella”, narró Angélica entre llanto. A las 10:33 p.m. fue ingresada por urgencias a la Red Salud sin signos vitales. Las maniobras de reanimación fueron inútiles.

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Mientras estaban en la finca “el señor Laverde nos dijo ·’tranquilos que todo está bien’ y normalizó la situación. Si uno le dice a un médico ‘mi hermana/hija/prima está grave’, el médico le tiene que decir  ‘llévesela para urgencias’ o debe reaccionar de alguna forma. Pero el señor nunca reaccionó y hasta el final les dijo a mis papás que todo estaba bien”, contó indignada Angélica a la radio. “Ana Bolena se nos desangró”, afirmaron sus familiares al medio regional.

Mediante comunicado, la Secretaría de Salud del Quindío aclaró “que Mediservicios S.A. clínica El Parque cuenta con servicio habilitado de Cirugía Plástica”. Pero señaló lo siguiente: “No obstante el proceso de la idoneidad de los profesionales que intervinieron en la cirugía, se requiere evidenciar en el expediente del profesional que realizó el procedimiento quirúrgico para verificar que cuenta con las certificaciones que demuestren que es cirujano plástico. En el Registro Único Nacional de Talento Humano en Salud (RETHUS) no aparece registrado como especialista”. De años atrás al médico Urazán lo persiguen denuncias relacionadas con procedimientos estéticos con cuestionados resultados.

En la entrevista a La W, Angélica afirmó que ella vio salir del quirófano luego de la operación a su hermana tanto a Urazán como a Laverde. “Ellos salieron, nos dijeron ‘ella quedó bien, está maluquita, en recuperación, la vamos a dejar en observación’”. Para ella, no dejaron a Ana Bolena el tiempo suficiente en observación. La familia se enteró de  los señalamientos contra el médico que operó a Ana hasta el día en el que le darían en último adiós.

El día del entierro de la tuitera, Urazán y Laverde se presentaron y tuvieron una reunión privada con la familia. “Se apareció allá y nos dijo: primero que todo, nosotros con La W tenemos una pelea casada porque hay un proceso legal y todo. No es cierto que sean 30 personas las que me hayan denunciado, no es cierto que nosotros estemos actuando fuera de lo legal”, narró Angélica a la emisora.

Adicionalmente, les dijeron que “por protocolo médico si la cirugía duró dos horas, a ella hay que dejarla en observación cuatro horas. Pero realmente a mi hermana no la dejaron en observación tanto tiempo, a ella la sacaron antes. Le dieron de alta antes. De hecho yo creo que la clínica quería era quitarse el problema porque la vieron muy mal”, contó Angélica.

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En sus palabras, Julián Laverde afirmó también en ese momento que “ellos claramente entran a un quirófano pensando que todo va a salir bien y no entran con la intención de asesinar a nadie. Y eso uno lo cree, porque pues una persona tan cercana cómo va a querer que a uno se le muera la hermanita o la hija”.

SEMANA intentó contactarse con el médico Ricardo Urazán, pero no fue posible. Estas páginas están abiertas si a bien considera dar su versión de los hechos.

#CirugíaSeguraYA: La movilización digital al que el caso de Ana brindó nueva fuerza

La periodista Lorena Beltrán se enteró del caso por una amiga de Ana el pasado viernes. Beltrán, además de ejercer el periodismo, es activista por la reglamentación segura de la cirugía estética en Colombia.

Su lucha ha sido ardua. En  2016 inició la campaña #CirugíaSeguraYA tras haber sufrido una lesión en una reducción de senos. “En el año 2014 acudí a los servicios de Francisco Sales Puccini, quien se promociona como cirujano plástico. Su consultorio estaba ubicado en una prestigiosa zona del norte de Bogotá, los precios que ofrecía en ese momento no me generaron desconfianza porque no eran bajos, tampoco me aparecía que tuviera procesos legales activos cuando investigué su carrera”, narra Beltrán, que confió la cirugía a las manos de Sales Puccini.

Sin embargo, los resultados fueron “pésimos”. “Uno de mis pezones empezó a tornarse color negro, tenía un seno más grande que el otro, y cicatrices que no eran las normales de este tipo de cirugías”, señala. Por ello, en  2015 aceptó que Sales Puccini le realizara una intervención de corrección, pero “el resultado fue aún peor”.

Entonces decidió investigar. “Descubrí y denuncié públicamente que él y un grupo de al menos 42 médicos generales, viajaron a Brasil a ‘especializarse’ en cirugía plástica, pero realmente estaban en ese país apenas unos cuantos fines de semana. ¿En qué cabeza cabe que un cirujano plástico aprenda a operar en cursos de verano? Ni siquiera en Brasil esos títulos son aptos para operar”, explica.

Cuando volvían a Colombia, convalidaban los cursos como especialidades médicas. “El ministerio de Educación de Colombia les convalidó eso, dejándolos operar con normalidad. Equiparando cursos de verano con una formación académica seria” señala.

Al año siguiente, con #CirugíaSeguraYA Beltrán inició una movilización ciudadana digital, “que logró que el entonces ministro de salud, Alejandro Gaviria, creara una mesa con participación de la academia y las víctimas, para presentar un proyecto de ley que ponga freno a los abusos de estos médicos inescrupulosos. Lamentablemente el proyecto se hundió por la negligencia del Congreso de la República”, narra. Ya han sido cuatro los proyectos sobre regulación de este tema que se han caído en el Capitolio.

Beltrán se enteró de la muerte de @AnaBoicot porque una amiga de Ana la contactó. “Me contó que Ana había fallecido después de someterse a un procedimiento estético”, indica. Lorena conocía a Ana solamente a través de redes sociales, sabía que era una tuitera reconocida en el eje cafetero. Y no permitió que este caso pasara desapercibido.

El domingo retomó la campaña de #CirugíaSeguraYA “porque muertes como la de Ana, o lesiones como la mía, no deberían repetirse. Según Medicina Legal entre 2015 y 2016 aumentaron un 130% las muertes asociadas a procedimientos estéticos”, expresa la periodista. “Es increíble que aún no tengamos una ley que nos dé más garantías”, agrega.

El movimiento en la red social pretende, además de sensibilizar a la población sobre este tipo de situaciones, buscar que el ministro de Salud, Juan Pablo Uribe, retome el proyecto de ley y lo radique en el Congreso. “Espero poder hablar con el ministro para explorar la posibilidad de que el Gobierno tome cartas en ese asunto. Necesitamos que el Ministerio de Salud defienda ese proyecto de ley en el Congreso. Colombia es un destino mundial para realizarse estos procedimientos, debemos proteger la vida de los colombianos y de quienes vienen a este país a someterse a estos procedimientos”, expresa Beltrán.

En palabras de la activista, hechos lamentables como este suceden por tres problemas fundamentales.

  1. Falta de control de Estado: las secretarías de salud son las encargadas de dar la habilitación a clínicas y médicos que hacen este tipo de procedimientos, muchas veces hay corrupción de por medio. Otras veces, las secretarias no tienen dientes para actuar cuando se descubre algún centro clandestino donde se realizan cirugías: los médicos irresponsables también son hábiles para evadir la ley.
  2. Falta de legislación del Congreso: en Colombia cualquier médico puede hacer una cirugía plástica, pues no hay una ley que lo prohíba. Si el Congreso no reglamenta qué tipo de personal puede hacer cirugías plásticas, seguiremos teniendo teguas y hasta personas que no han estudiado medicina, metiendo bisturí a los pacientes sin estar entrenados.
  3. Falta de prevención del paciente: hay distintos tipos de víctimas, yo por ejemplo fui engañada por un título cuestionado, pero jamás busqué ahorrar un solo peso en mi salud. Hay otras personas que sí buscan lo más barato y para la salud no debería haber promociones. Los pacientes muchas veces no investigan en manos de quién van a poner su vida, no tenemos una cultura de la prevención y eso es una puerta abierta para los mercaderes de la salud.

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El mensaje para Colombia

“En este momento lo más importante para nosotros es ponerlo (lo sucedido con Ana Bolena) en la agenda nacional, de presión social, porque no queremos que nos pase lo que le ha pasado a muchas mujeres: que el día de mañana se olvida todo, el caso se hunde. Eso es lo que no queremos. Queremos estar al frente, firmes y saber que aquí de esto va a salir la verdad a la luz”, afirmó contundente a pesar del dolor Angélica Carvajal a los micrófonos de La W.

Ningún hijo o madre merece perder sus seres queridos por cirujanos falsos e irresponsables. El Congreso está en mora de reglamentar, y no lo hará si el gobierno no toma cartas en el asunto. Le pido al ministro Juan Pablo Uribe que nos escuche y que juntos busquemos #CirugíaSeguraYA”, declaró Lorena Beltrán para SEMANA.