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Federico Arango, Andrés Garavito y Nicolás Samper compensaron su falta de destreza con eternas discusiones sobre fútbol

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Unidos por la desgracia

Federico Arango, Nicolás Samper y Andrés Garavito, los creadores del famoso blog 'Bestiario del Balón', lanzan su primer libro sobre las derrotas y las tristezas del fútbol.

16 de agosto de 2008

Federico Arango les tiene pavor a los balones. El trauma viene de su infancia, cuando en el colegio lo ponían a jugar de defensa para recibir los pelotazos del otro equipo. Andrés Garavito, por su parte, asegura que un profesor de educación física le frustró una prolífica carrera futbolística cuando, al querer inscribirse en la selección del curso, le preguntó si quería la posición de 'centro estorbo'. Nicolás Samper, a pesar de saber que le faltaba destreza en la cancha, siguió insistiendo hasta que hace unos cuantos años le cayó encima una portería metálica que le abrió la cabeza y le dejó de recuerdo 13 puntos.

Pero ser terribles jugadores no les quitó su pasión por el deporte más popular del mundo. Concentraron sus esfuerzos en aprender datos, coleccionar revistas y periódicos que hablaran del tema y no perderse ningún partido importante de los campeonatos nacionales e internacionales, desde su más tierna infancia. Y durante su vida adulta han hecho uso de toda esa información para debatir y, sobre todo, escribir de fútbol.

Después de crear entre los tres la página www.bestiariodelbalon.com en 2005, donde, como bien dice su nombre, recopilan el conglomerado de bestias y bestialidades que han pasado por el fútbol nacional, van a lanzar en los próximos días el libro Bestiario del Balón. El lado B del fútbol colombiano. "En las derrotas nos unimos y es mucho más fácil encontrar vínculos ahí que en las victorias", dijo Federico a SEMANA, para explicar la manera como ellos enfocan sus textos. Con capítulos titulados: 'Cinco centavitos para el peso', 'Cazadores de mitos' y 'Decí, tonto (DT)', entre otros, pintan un cuadro con las ilusiones rotas, las esperanzas perdidas de los jugadores que no llegaron a ser estrellas y las tristezas que les ha traído ese deporte. Siempre echándoles un poquito de sal a las celebraciones ajenas, "como cuando uno metía el autogol en el equipo del curso para fregar al capo popular, que lo había escogido a uno de último", contó Andrés.

Nicolás, de 31 años, es director de la revista Fútbol Total. Federico, de 27, es politólogo, pero ha dedicado su vida laboral al periodismo y actualmente es libretista del programa de humor Hay con quien, de CityTv. La carrera de Andrés, de 31 años, no tiene nada que ver con la escritura ni con el deporte. Es abogado y se dedica al derecho financiero y de seguros en el sector privado.

Fueron precisamente las charlas sobre desgracias futbolísticas las que los hicieron pasar las penas y volverse amigos. Federico y Andrés se conocieron en la cafetería de su universidad en 2000. Nicolás llegó al grupo por pura coincidencia, pues la esposa de Federico, que también es fanática del fútbol, le escribió para felicitarlo por una columna suya en contra de Lucas Jaramillo, y decidieron reunirse para charlar del tema. Federico, asustado de que el columnista le fuera a 'caer' a su mujer, decidió ir con ella a la cita. Pronto descubrieron que los tres tenían muchas opiniones en común y decidieron crear el blog.

A ellos también los une ser hinchas de Millonarios, equipo que les ha proporcionado más lágrimas que alegrías y que hace 20 años no ven campeón. Y el recelo con el que guardan sus revistas y siempre han peleado en sus casas para que no las usen a la hora de empacar trasteos o para ponérselas al perro.

Con humor y a veces algo de malicia buscan desmitificar los pequeños triunfos del fútbol nacional. "Nunca vamos a ganar nada, pero seguimos ilusionados y eso hace parte del espectáculo", vociferó Nicolás. "Vivimos de las glorias pasadas. Me van a jalar las patas, pero somos como el artista venido a menos que vive toda su vida de los 'Zapatos de pom pom'". A pesar de eso, aseguran que le deben media vida al fútbol, en especial los amigos. Y hasta el fin de sus días pelearán por el control del televisor para verse todos los partidos.