73 loras han sido decomisadas este año en Bogotá. Foto: IDPYBA. | Foto: Loras - IDPYBA

DÍA DE LOS ANIMALES

El cambio de hábitos que sufren las loras en cautiverio

A algunas de estas aves les cortan las plumas de las alas y cola para que no puedan escapar y a otras les enseñan a pronunciar groserías para entretener a la población. Hoy, en el Día Mundial de los Animales, Bogotá hace un llamado para que pare el tráfico de fauna silvestre.

4 de octubre de 2020

Más de 223 loras de diferentes especies permanecen en el hogar de paso del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA) en Bogotá, un sitio donde médicos veterinarios, biólogos y zootecnistas intentan que recuperen sus instintos silvestres para que puedan volver a sobrevolar por sus hábitats nativos.

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Sin embargo, muchas de estas aves están condenadas de por vida a permanecer tras los barrotes de las jaulas. La razón: pasaron largos años en cautiverio como mascotas, una sentencia que afectó profundamente sus comportamientos silvestres y causó certeras heridas y cicatrices en sus cuerpos, estampas que les evita recuperar su libertad.

Las aves son los animales silvestres más traficados en Bogotá. Foto: SDA.

El 100 por ciento de las loras que arriban al hogar de paso de Bogotá ha estado en cautiverio, lo que causa graves lesiones en su plumaje. En la mayoría de los casos, estas aves llegan con las plumas de las alas y cola cortadas, una práctica que realizan sus dueños para que no puedan volar y escapar de sus sitios de cautiverio”, dijo el IDPYBA.

El sufrimiento de las loras va mucho más allá de las embestidas físicas causadas por los captores. Según el instituto, muchas especies llegan al centro de fauna con serios problemas nutricionales, pues al estar en cautiverio, las personas no les proporcionan la dieta adecuada que debería tener normalmente en vida silvestre.

Hasta aves recién nacidas son recuperadas por las autoridades en la capital del país. Foto: SDA. 

La alimentación es uno de los aspectos más complejos en el proceso de rehabilitación de estos animales. Adicional a esto, las loras suelen presentar un sobrecrecimiento en el pico y las garras por causa del encierro al que son sometidas, pues no cuentan con cortezas donde puedan limar estas partes de su cuerpo, causando así deformaciones”.

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La recuperación del plumaje es toda una odisea. “En el centro de fauna silvestre no se incentiva la muda de plumas forzada, sino que se espera a que estas aves lo realicen por sí solas de manera natural, lo cual puede llevar un tiempo prolongado para completar el cambio”, expresó la entidad.

Las aves son camufladas en cajas y tubos para evadir los controles de las autoridades. Foto: SDA.

El comportamiento de las loras en cautiverio representa un reto para los expertos. La mayoría de las aves que son recuperadas en Bogotá está muy habituadas a las conductas de los humanos, perdiendo así la identificación de la cercanía con las personas como un riesgo para su supervivencia y adoptando en algunos casos la vocalización de palabras, algunas hasta groserías o el tradicional “quiere cacao”.

Este problema impide que las loras puedan retomar su vida silvestre, ya que si son liberadas en su hábitat natural, afectarían la bioacústica del ecosistema y el comportamiento silvestre de las demás aves”, precisó el instituto. 

Las loras son capturadas para ser vendidas en el mercado negro del tráfico de fauna. Foto: IDPYBA. 

Según María Camila Cardona, bióloga del centro de fauna silvestre del IDPYBA, por más que se considere que en cautiverio las loras tienen una jaula limpia y amplia, no son las condiciones adecuadas para la vida de un animal silvestre. “Su sano desempeño se encuentra en la libertad y asimismo no se afectan los ecosistemas en los cuales estas especies suelen tener un rol muy importante”.

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En lo corrido de este año, 73 loras han ingresado al centro de fauna de Bogotá, de especies como lora amazónica (Amazona amazónica), loro cariamarillo (Amazona autumnalis), lora real (Amazona farinosa) y loro real amazónico (Amazona Ochrocephala). 

La mayoría de las aves no puede regresar a su hábitat natural. Foto: SDA.

“Las comúnmente conocidas loras pertenecen a los psitácidos o Psittacidae, una familia de aves que se caracteriza por tener un pico curvado y son excelentes escaladoras de ramas y árboles gracias a sus garras prensiles. Las loras suelen vivir en zonas cálidas y arboladas y son consideradas como uno de los grupos de aves más inteligentes”, indicó Cardona.

Hoy, en el Día Mundial de los Animales, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal hace un llamado a los ciudadanos para que no tengan animales silvestres como mascotas, “ya esto puede afectar la salud y la vida de estas especies y alterar los ecosistemas. Las loras y demás animales silvestres deben permanecer libres en sus hábitats naturales”.

Así camuflan los traficantes de fauna a las aves silvestres. Foto: SDA.