Medioambiente
Cómo la restauración de la Laguna de Sonso impulsa pesca sostenible y producción orgánica
Fundocol lidera un proyecto de conservación y restauración de humedales entre Buga y Guacarí. La iniciativa busca recuperar el equilibrio ecológico de los cuerpos de agua y generar ingresos sostenibles a través de unidades productivas con abonos orgánicos.
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La recuperación de los humedales y lagunas en Colombia se ha convertido en un desafío ambiental y social. En el Valle del Cauca, la Laguna de Sonso, ubicada entre Buga y Guacarí, es escenario de un proyecto liderado por Fundocol, que combina conservación, restauración y reconversión productiva.
“Nosotros realizamos proyectos medioambientales. En este momento, creo que uno de los proyectos más bonitos e impactantes que hemos realizado está relacionado a la conservación y restauración de cuerpos de agua, es decir, humedales y lagunas”, afirma Lina Marcela Galindo, socia de Fundocol.
El trabajo surge como respuesta a una problemática que afecta estos ecosistemas: la colmatación. Los sedimentos y la proliferación de buchón de agua disminuyen el oxígeno disponible y ponen en riesgo a las especies que habitan en estos cuerpos de agua. Para enfrentar esta situación, Fundocol integró herramientas de agroecología y procesos de dragado que buscan restablecer el equilibrio ambiental.
En 2022, la organización adelantó el dragado de 200 hectáreas y la reconversión productiva de 9 hectáreas. Gracias al trabajo conjunto con la Universidad del Valle, la Universidad Nacional, la CVC y las comunidades locales, se identificó que los sedimentos extraídos de las lagunas potencian el crecimiento de productos orgánicos. Este hallazgo permitió que el material vegetal retirado de los cuerpos de agua se transformara en abonos naturales.
“Las personas que están beneficiadas actualmente por este proyecto son los pescadores. Por dos razones: por la seguridad alimentaria, ya que con el mayor oxígeno y espejo de agua pueden pescar para el sustento de sus familias, y porque con el material vegetal retirado hacen reconversión productiva y lo convierten en abono”, explica Galindo.
Actualmente, seis comunidades de pescadores se benefician directamente del proyecto. Por un lado, aumentaron su capacidad de pesca gracias a la recuperación del espejo de agua; por otro, han fortalecido su economía mediante la producción y venta de abonos orgánicos. Este proceso ha permitido disminuir el uso de agroquímicos y abrir nuevas oportunidades productivas para las familias.
El objetivo a mediano plazo es obtener el certificado ICA para comercializar el abono de manera formal. Con ello, se busca consolidar dos metas: garantizar la sostenibilidad de la laguna y potenciar las unidades productivas comunitarias.
“La idea a mediano plazo es lograr el certificado ICA para la venta del producto agrícola. Con esto logramos que el espejo de agua se sostenga, que la comunidad sea consciente del cuidado del medio ambiente y que, además, puedan generar ingresos económicos a través de la venta de abonos orgánicos”, puntualiza Galindo.
El proyecto demuestra que la conservación ambiental y el desarrollo comunitario pueden avanzar de manera conjunta. La recuperación de la Laguna de Sonso no solo protege un ecosistema estratégico del Valle del Cauca, sino que también ofrece a los pescadores herramientas para mejorar su sustento y crear alternativas económicas sostenibles.