Al igual que los seres humanos, los perros también pueden presentar ronquidos ocasionalmente mientras duermen. De acuerdo con Paola Sánchez, médica veterinaria y fundadora de la clínica Prett-Y Pets, “es normal que estos sonidos se presenten de forma espontánea y duren poco tiempo, pero en casos prolongados se debe consultar a un profesional para indagar cuál es la posible causa”.
Entre ellas, la veterinaria de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales destaca:
• Obesidad: sin duda es un factor que desencadena el ronquido, ya que al adquirir peso las paredes de la garganta se pueden poner aún más estrechas y dificultar la respiración.
• Fisionomía: en las razas braquicéfalas, es decir, de hocicos cortos, tráquea estrecha y nariz chata, existe una predisposición genética a roncar ya que tienen dificultad para captar el oxígeno después de hacer ejercicio, jugar o estar bajo sol.
• Obstrucción nasal: las mascotas son muy curiosas y les encanta explorar. En consulta, los veterinarios encuentran la presencia de cuerpos extraños –como pasto, tierra y comida– en las fosas nasales, que impiden el paso de aire, provocando los ronquidos.
• Mala postura: cuando el animal duerme con su cabeza descolgada, la cara contra la pared o boca arriba se impide el flujo normal del aire. Para corregirlo, eleva la altura de su cabeza con una almohada o utiliza una cama redonda que le permita modificar su posición.
• Otras causas: es común que suceda cuando el can está resfriado y presente congestión nasal; por el consumo de algún medicamento, la existencia de rinitis y alergias o el estrés.
¡Alerta!
Si los ronquidos se presentan a diario y observas que a tu mascota le cuesta trabajo respirar, presenta salivación excesiva, ojos enrojecidos, color cianótico o desmayos, puede que no esté recibiendo el oxígeno necesario y su cuerpo se esté descompensando. Consulta con un veterinario para realizar el diagnóstico y tratamiento lo antes posible, pues en casos extremos puede requerir de cirugía.
Entre ellas, la veterinaria de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales destaca:
• Obesidad: sin duda es un factor que desencadena el ronquido, ya que al adquirir peso las paredes de la garganta se pueden poner aún más estrechas y dificultar la respiración.
• Fisionomía: en las razas braquicéfalas, es decir, de hocicos cortos, tráquea estrecha y nariz chata, existe una predisposición genética a roncar ya que tienen dificultad para captar el oxígeno después de hacer ejercicio, jugar o estar bajo sol.
• Obstrucción nasal: las mascotas son muy curiosas y les encanta explorar. En consulta, los veterinarios encuentran la presencia de cuerpos extraños –como pasto, tierra y comida– en las fosas nasales, que impiden el paso de aire, provocando los ronquidos.
• Mala postura: cuando el animal duerme con su cabeza descolgada, la cara contra la pared o boca arriba se impide el flujo normal del aire. Para corregirlo, eleva la altura de su cabeza con una almohada o utiliza una cama redonda que le permita modificar su posición.
• Otras causas: es común que suceda cuando el can está resfriado y presente congestión nasal; por el consumo de algún medicamento, la existencia de rinitis y alergias o el estrés.
¡Alerta!
Si los ronquidos se presentan a diario y observas que a tu mascota le cuesta trabajo respirar, presenta salivación excesiva, ojos enrojecidos, color cianótico o desmayos, puede que no esté recibiendo el oxígeno necesario y su cuerpo se esté descompensando. Consulta con un veterinario para realizar el diagnóstico y tratamiento lo antes posible, pues en casos extremos puede requerir de cirugía.










