Verónica Crisafulli del Círculo de Mujeres

Opinión

¿Por qué el futuro del crédito no será bancario?

El crédito dejó de ser exclusivo de los bancos. Cada vez más empresas de distintos sectores lo ofrecen apoyadas en tecnología, dando forma a un futuro financiero distribuido y cercano a un usuario que conocen muy bien.

Por: Veronica Crisafulli
4 de septiembre de 2025

Durante décadas, el acceso al crédito estuvo en manos exclusivas del sistema financiero tradicional. Sin embargo, ese modelo está cambiando con una rapidez inesperada. Hoy, compañías de telecomunicaciones, aseguradoras, cadenas de retail, plataformas de e-commerce e incluso empresas de movilidad ya no se limitan a vender productos o servicios: también empiezan a ofrecer crédito. Lo que parecía impensable hace unos años ahora es posible gracias a la tecnología.

Lo que observamos es una desbancarización del crédito. No significa que los bancos vayan a desaparecer, sino que la infraestructura tecnológica actual permite que empresas de sectores muy distintos puedan convertirse en emisores. Es un cambio comparable al que transformó la música con Spotify o el transporte con Uber. La diferencia está en tres factores: el acceso a datos no bancarios que permiten evaluar el riesgo de manera alternativa, la demanda de experiencias más rápidas y personalizadas, y la disponibilidad de soluciones tecnológicas que eliminan la necesidad de crear un banco desde cero.

Para un retailer otorgar crédito al consumo propio es una ventaja competitiva inmediata. Para una compañía de telecomunicaciones, ofrecer microcréditos o modalidades de ‘compra ahora y paga después’ es una forma de monetizar la relación con millones de usuarios. Para una aseguradora, adelantar fondos frente a un siniestro puede ser decisivo para fidelizar al cliente.

Todas estas compañías tienen algo en común: conocen al usuario mejor que muchos bancos. Tienen sus historiales de compra, sus hábitos de consumo, su comportamiento digital. Esa cercanía, que antes se traducía solo en ventaja comercial, hoy se convierte en un activo financiero.

La gran barrera para que estas empresas pudieran actuar como emisores de crédito no era estratégica, sino técnica. Construir y operar un core crediticio era complejo, costoso y lento. Eso cambió con la llegada de plataformas tecnológicas en la nube, modulares y abiertas, que han democratizado el acceso a la infraestructura financiera. Ya no se necesita fundar un banco para ofrecer un producto financiero. Basta con contar con un sistema que permita diseñar, lanzar y escalar soluciones a la medida de cada negocio.

De esta manera, los nuevos emisores no necesariamente serán bancos. Serán marcas que los consumidores ya conocen, usan y en las que confían. Las fronteras entre lo financiero y lo no financiero se diluyen, y en su lugar surge un ecosistema de finanzas embebidas, donde el crédito aparece en el momento y lugar en que el usuario lo necesita, sin fricciones ni intermediarios tradicionales.

Las reglas del juego están cambiando. A futuro, el crédito no será bancario, será inteligente, contextual y distribuido. Y la tecnología será el puente que lo haga posible.

Por Veronica Crisafulli, CEO y fundadora de MO Credit Management Platform

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