Entrevista
“El rompimiento de relaciones del presidente Petro con Israel hoy no es coherente”: experto explica las claves del acuerdo de Israel y Hamás
El reconocido internacionalista Carlos Arévalo, decano de Derecho de la Universidad de La Sabana, asegura que las propuestas del presidente colombiano para el Oriente Medio no son viables. Explica el acuerdo de Israel con Hamás y plantea sus riesgos.
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SEMANA: La guerra de Israel y Hamás parecía imposible de resolver. ¿Por qué cree que la fórmula de Donald Trump sí pudo desembocar en este pacto?
Carlos Arévalo: Múltiples factores. Por un lado, el desgaste de las partes. Gaza, devastada por el dolor, el hambre y el sufrimiento de su pueblo, que no aguantaba un minuto más. Israel, desprestigiado, señalado de ser genocida, con una orden de arresto de la CPI a su primer ministro por crímenes de guerra y lesa humanidad, 48 rehenes sin liberar y un Parlamento partido a la mitad que evidencia la división que hay entre la gente. Por otra parte, Trump hizo la tarea, se reunió con sus aliados europeos y con los países árabes, sumó a Catar, Egipto y Turquía como promotores, entendió a las dos partes y realizó una propuesta que busca atender sus motivaciones.
SEMANA: En términos muy sencillos, ¿cuál fue el acuerdo al que se llegó?
C.A.: El plan de Trump para Gaza consta de 20 puntos. Hasta ahora Israel y Hamás se han puesto de acuerdo en la primera fase de ese plan que incluye cuatro puntos principales: un cese al fuego total de ambos bandos, el repliegue de las tropas de Israel en Gaza hasta una línea que todavía le permite tener control sobre el 53 por ciento de este territorio palestino, la entrega por parte de Hamás de los 20 rehenes vivos y los cuerpos de los 28 muertos en cautiverio, y la liberación de prisioneros por parte de Israel, y la entrada sin restricciones de ayuda humanitaria, incluso con el despliegue de fuerzas estadounidenses en el paso de Rafah con Egipto para garantizar el ingreso de la asistencia.
SEMANA: ¿Qué tan frágil puede llegar a ser este pacto?
C.A.: A pesar de la ilusión que genera y la importancia de los primeros pasos que se están dando, es un acuerdo frágil en el que, sobre todo, el Gobierno israelí va a recibir una presión interna muy fuerte de los partidos de derecha por reanudar las acciones militares.
SEMANA: ¿Dónde ve usted los riesgos?
C.A.: En aspectos prácticos, pero muy sensibles, como la entrega por Hamás de los cuerpos restantes de los rehenes que el grupo tenga dificultades para identificar porque están bajo los escombros. Con el paso de los días, esto va a generar ansiedad en los familiares y presión en el Gobierno israelí. En aspectos de fondo más delicados, un riesgo grande es el desarme de Hamás y su verificación, así como la destrucción de toda la infraestructura usada para atacar a Israel (el sistema de túneles, por ejemplo). Este va a ser un punto clave y difícil de lograr, sobre el que no hay hasta ahora acuerdo de las partes. Otro riesgo es la implementación del “comité de tecnócratas apolíticos” que administrará temporalmente Gaza. Su trabajo va a ser difícil si no cuenta con el respaldo de la población, que no está previsto que tenga participación, pero más aún, que Hamás no tenga ningún tipo de injerencia en su gestión.

SEMANA: ¿Qué viene para Gaza?
C.A.: Esta es tal vez la pregunta más difícil de responder. Viene una época de reconstrucción, de reunificación familiar, de hacer duelos y sanar heridas; pero lamentablemente, vienen días de permanente zozobra en medio de una paz que se empieza a sentir, pero que en cuestión de segundos se puede volver a perder.
SEMANA: ¿Es creíble la promesa de Hamás de que no gobernará Gaza?
C.A.: Es muy difícil, por razones históricas. Hay que recordar que la gobernabilidad en Palestina se encuentra dividida. Aunque la Autoridad Nacional Palestina, liderada por Mahmoud Abbas, ejerce control sobre Cisjordania, no lo hace desde 2006 en Gaza, año en que Hamás ganó las elecciones legislativas que, por cierto, fueron las últimas en realizarse hasta hoy. Según una encuesta hecha en diciembre 2023 y publicada por Al Jazeera, Ismail Haniyeh, líder del ala política de Hamás (asesinado en Teherán en 2024), contaba con una favorabilidad del 78 por ciento entre los palestinos, mientras que Abbas solo tenía el 16 por ciento. Aunque después de estos dos años de confrontaciones con brutales consecuencias para el pueblo palestino, seguramente esa favorabilidad ha disminuido considerablemente, Hamás sigue siendo muy influyente en Gaza.
SEMANA: Con este acuerdo de paz, ¿sigue teniendo sustento que Colombia mantenga el rompimiento de relaciones con Israel?
C.A.: Aunque se entiende que con medidas como estas el Gobierno colombiano busque generar un precedente diplomático internacional, no era coherente en su momento y mucho menos lo es ahora, con un gobierno que considera que el aislacionismo internacional no es una buena estrategia diplomática. No pueden criticarse los rompimientos frente a unos (Venezuela, Rusia o Irán) y frente a otros no.

SEMANA: ¿Qué significa para Colombia no tener relaciones con Israel? ¿Qué daño le hace eso al país, si es que lo ve así?
C.A.: Además de ser un socio comercial importante, es un proveedor estratégico para el sector de seguridad y defensa de nuestro país, en momentos en que el incremento de la intensidad de la violencia desatada por los múltiples conflictos armados que vivimos está generando consecuencias terribles para la población civil.
SEMANA: El presidente Petro ha hecho unas propuestas en estos días sobre Oriente Medio. Una es pedirle a Naciones Unidas la creación de un ejército mundial en Gaza. ¿Eso es viable?
C.A.: No es viable. Aunque camuflada en argumentos que pueden tener resonancia a nivel internacional, como que sea una propuesta aprobada por la Asamblea General y no por el Consejo de Seguridad, en un modelo similar al creado con la Resolución 377 de Unión ProPaz en el marco de la guerra de Corea, no va a pasar. Lo que el presidente Petro propuso es una invasión militar multinacional en Oriente Medio con el auspicio de Naciones Unidas, partiendo de la premisa que “la diplomacia ya acabó su papel (…) en el caso de Gaza”, algo que el acuerdo logrado entre Hamás e Israel hoy refuta.
SEMANA: La otra propuesta fue enviar el oro incautado para financiar allí las ayudas humanitarias. ¿Se puede?
C.A.: No tiene mucho sentido. Además de las barreras legales internas que tendría que sortear, que no son menor cosa, el mensaje político del Gobierno para las víctimas en Colombia sería tremendo.
SEMANA: Justo los días en que la paz en Oriente Medio era un hecho, el presidente criticó a María Corina Machado por haberle escrito una carta a Netanyahu en 2018, cinco años antes del inicio de la guerra. ¿Cuál es su lectura de esos reclamos?
C.A.: Son reclamos sacados completamente de contexto. María Corina Machado, mucho antes de lo sucedido después del 7 de octubre de 2023, le escribió al presidente Macri, de Argentina, y al primer ministro de Israel, manifestando su preocupación por los vínculos del gobierno de Nicolás Maduro con Hezbolá, Hamás e Irán. Fue parte de su lucha, en su momento, por levantar la voz frente a lo que pasaba, y, lastimosamente, hoy sigue pasando en Venezuela bajo un régimen que no es democrático. Como bien reconoció el Comité Noruego al entregarle el Premio Nobel de la Paz a María Corina, la lucha por la democracia es la lucha por la paz, porque la primera es prerrequisito esencial de la segunda.

SEMANA: ¿Usted por qué cree que el nobel a María Corina Machado le molestó tanto a Petro?
C.A.: Es difícil saberlo, pero podría especular que fue por su cercanía con Nicolás Maduro, en un momento en el que las evidentes tensiones con Estados Unidos por el despliegue militar realizado por este país en el Caribe, hacen ver este Premio Nobel de la Paz como un espaldarazo a todos lo que quieren que caiga el régimen actual.
SEMANA: ¿Cree que con el nobel, más lo que ha pasado con Trump esta semana, ahora sí cae Maduro?
C.A.: Es muy fácil responder desde el deseo. La verdad es que es difícil, a pesar de no contar con el apoyo popular ni con la legitimidad nacional e internacional por no haber podido demostrar que ganó las elecciones del 28 de julio de 2024, Maduro sigue teniendo el control de las Fuerzas Militares en Venezuela y con ellos el poder que le da la fuerza. Pero los milagros existen y Dios quiera que ocurra uno y vuelva la democracia a nuestra hermana nación y el bienestar a su pueblo.