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La extradición de los etarras de Francia a España desata polémica en los dos países

29 de octubre de 1984

Entre el 23 y el 26 de septiembre el problema de los siete vascos requeridos por España parece haber quedado saldado, por lo menos en lo que al gobierno francés se refiere. En lo que observadores han calificado como un intento por "partir la pera en dos y distribuir los pedazos de la mejor manera posible", el Primer Ministro Laurent Fabius, habría encontrado la forma mágica en la ecuación " 14 expulsados, 3 extraditados". El domingo, cuatro de los siete vascos españoles salían expulsados de Francia hacia Togo (Africa Occidental), con lo que se esperaría atenuar las posibles represalías de la ETA contra intereses franceses en España. El miércoles, el gobierno de Felipe González obtenía una nada despreciable victoria, con la extradición de tres vascos acusados de asesinatos de miembros de la policía española. Con semejante movimiento, Fabius habría roto con una tradición de 25 años, que le ha permitido el asilo político a los vascos españoles, desde el nacimiento mismo de la ETA; las reacciones a una medida de tal magnitud no podían haberse hecho esperar.
En el país vasco, demostraciones en San Sebastián y en Bilbao han dejado saldos de buses quemados, tiendas apedreadas, personas heridas, y docenas de arrestos han sido reportados.
El 25 de septiembre, la organización "Herri Batasuna", partido político aliado a la ETA militar, llamaba a una huelga general, que, no obstante, no fue apoyada por otros partidos vascos, ni por los sindicatos. La organización, pese a todo, reclamaba haber paralizado el 55% de la actividad económica de la región, y no menos del 85% en ciertas áreas. De otra parte, la situación se agravó aún más con las protestas de los camioneros franceses, que exigen garantías y protección especial para entrar en territorio español. Al menos un millar de camiones franceses habría participado en el bloqueo de las tres principales fronteras entre Francia y España en Hendaya, Behobia y Biriatou Pero si bien la reacción de la ETA logró movilizar a las fuerzas de seguridad españolas, para muchos, no se trata en esta ocasión más que de "ruido de petardos". En efecto, aun sobre el malestar que la decisión francesa pueda haber causado a los vascos, la opinión pública de la región parece más dividida que nunca, y sólo una escasa minoría habría apoyado abiertamente a los refugiados.
De Hefue, el Partido Socialista Vasco, a través de su secretario federal, André Tassy, calificó los atentados de la ETA como "crímenes de derecho común". Evocando la historia del movimiento separatista vasco, Tassy explica: "nosotros luchábamos entonces contra el franquismo pera no combatiamos por la independencia". Afirmación absolutamente opuesta a la declaración hecha por Juan José Echave, jefe militar de la ETA en 1970, y a la que parece seguisiendo fiel la organización militar "nosotros no estamos en guerra contra el franquismo sino contra España".
Ahora, si en España llueve, en Francia no escampa. La decisión de la extradición ha sido acogida en medio de gran reserva general, y un buen número de personalidades importantes ha reaccionado abiertamente contra ella. En una carta firmada entre otro por Simone de Beauvoir, Claud Bourdet, el cantante Renaud y el dibujante Cabu se afirmaba: "La extradición es un paso hacia la total desaparición del derecho de asilo en Francia". Para Fabius, de otra parte, la extradición significa "que nosotros no queremos que Francia sirva de santuario a los crímenes de sangre" -