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Soledad Gallego-Díaz, primera mujer en dirigir El País | Foto: El País

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“Las redacciones siempre hemos sido campos de batalla del cambio”: directora de El País

Soledad Gallego-Díaz fue nombrada directora del emblemático diario español. Es la primera mujer en ocupar este puesto. Este es su conmovedor discurso sobre el presente y futuro de la prensa.

7 de junio de 2018

Esta semana, España fue noticia por algo que en este siglo no debería ser inusual. El recién posesionado presidente, Pedro Sánchez, presentó su gabinete ministerial: un equipo conformado por 11 mujeres y 6 hombres. La llegada de ese número de mujeres a los cargos más altos del Estado causó regocijo.

Paralelamente, en la redacción del diario El País se vivía una alegría similar. Los dueños del emblemático periódico nombraron a la periodista Soledad Gallego-Diaz como la nueva directora de la publicación. En un momento en que la prensa vive enormes cambios, la llegada de una reportera de la vieja guardia fue interpretado como un mensaje muy poderoso sobre el rumbo que tomará el diario.  

El País es uno de los medios que mejor ha lidiado los cambios que Internet ha implicado en el periodismo. En un par de años pasó de ser el referente del país ibérico a convertirse en un diario global que hoy llega a más de 100 millones de personas en el mundo. El director saliente, Antonio Caño, fue el gran motor de ese momento. Gracias a él, el periódico extendió su presencia en América Latina y consolidó redacciones en México, Brasil, Argentina y Colombia.

Soledad Gallego, por su parte, tiene en su lista de galardones recocimientos como un Premio Salvador de Madariaga, un Premio Margarita Rivière y un Premio Francisco. La reconocida periodista ha escrito su carrera en el diario español durante casi cuarenta años. Hoy es la sexta persona en dirigirlo desde su fundación en 1976. 

Su discurso cuando recibió el premio Ortega y Gasset a toda una vida en el año 2018 hoy ha sido recordado en varios medios de habla hispana: 

“Siempre he sido una periodista de información, pero realmente una periodista de redacción. (...) Son las redacciones las que hacen grandes a los medios de comunicación. Formar parte de una redacción supone trabajar para un colectivo y compartir un compromiso. Implica una complicidad, una misma cultura y un mismo respeto por las imprescindibles reglas de este oficio, un mismo orgullo de profesionalidad. Los periodistas no trabajamos aislados, sino que pertenecemos a lo que algunos llaman una comunidad de práctica. Las redacciones somos grupos de personas que compartimos una misma preocupación y una misma pasión, precisamente porque lo hacemos juntos. Eso es lo más magnifico de las redacciones que hacemos todo mejor porque lo hacemos juntos, porque respetamos los mismos procesos profesionales, porque aprendemos y colaboramos unos de otros.

Gracias a esa cultura compartida sabemos identificar el buen y el mal periodismo. Por eso las redacciones no son incompatibles con los cambios tecnológicos, por muy radicales que sean. Las nuevas tecnologías pueden ser precisamente el soporte que necesita la cultura de una redacción para poder sobrevivir, pero es imprescindible que las dos se respeten y cooperen.

Las redacciones siempre hemos sido campos de batalla de cambios sociales y económicos, no fundirán ni por las nuevas tecnologías, en todo caso lo harán si pierden el respeto por los procedimientos y el sentido de su origen. Las grandes redacciones, tecnológicamente avanzadas no necesitas usuarios, sino lectores, oyentes, televidentes. No se trata de conversar con ellos ni de convencerles de nada, se trata de informarles, de saber qué les pasa y lo que pasa a su alrededor. No se puede indagar en los hechos sin tener mecanismos de verificación. Si la sociedad quiere acabar con las fake news, las grandes redes de manipulación que se han puesto en marcha a través de entornos digitales, tiene que darse cuenta que necesita nuestros informaciones, reportajes y trabajo profesional.

Es imprescindible que muchas más mujeres se incorporen en los niveles de dirección y de opinión, reservados de una manera asombrosa a los hombres. El objetivo del periodismo es y tiene que ser el mismo. Convertir una multitud de noticias y de datos en información. La tecnología ha cambiado, pero la información no, tienen el mismo esqueleto de siempre, se difundan en el formato que se difundan. Las utopías regresivas no sirven de nada, pero tampoco sirven de mucho las venideras. El periodismo ha servido a la democracia y a la sociedad y sigue siendo vital para su sostenimiento. Si de algo estoy segura es que el que el periodismo sigue siendo la indagación de los hechos en búsqueda de la verdad  y de que para saber indagar en esos hechos hace falta entrenamiento y oficio, y eso es asunto de las redacciones, todo lo tecnológicas que quieran ser, pero redacciones donde se realiza un trabajo colectivo y cómplice. Donde hay periodistas y se hace periodismo”.