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esús María Aguirre, Chucho Mercancía.

SEGURIDAD

Abatido Chucho Pachenca, el terror de la Sierra Nevada de Santa Marta

La operación contra Jesús María Aguirre y su grupo delincuencial tuvo lugar en la madrugada de este lunes. Ofrecían por él 300 millones de pesos. ¿Qué sucederá ahora?

17 de junio de 2019

En la madrugada de este lunes, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, fue abatido Jesús María Aguirre, Chucho Mercancía o Chucho Pachenca, jefe de la tenebrosa banda delincuencial de los Pachenca, que por años ha azotado a la capital de Magdalena y a la región mediante el narcotráfico, el secuestro, la extorsión y el sicariato.

Aunque por acciones de las autoridades esa estructura delincuencial estaba replegada en la zona montañosa, su accionar se mantiene en zona rural de Santa Marta, donde se presentan asesinatos selectivos, secuestros y extorsiones.

Fuerzas especiales del Gaula de la Policía, apoyadas por unidades de antinarcóticos, todas provenientes de Bogotá, planearon el operativo con meses de anticipación, infiltrando la estructura de los Pachenca, haciendo labores de inteligencia y organizando la logística.

En parte, son los mismos hombres que, por orden del presidente Iván Duque, participaron en el rescate de Melisa Martinez, sobrina nieta del nobel Gabriel García Márquez, plagiada por una estructura de esta misma banda en agosto de 2018 y rescatada cuatro meses después en un cinematográfico operativo.

En video: Así fue la liberación de Melisa en la Sierra Nevada

Precisamente, por orden presidencial se continuó la ofensiva con en la que no solo resultó muerto Mercancía, sino también su nuevo segundo en la operación ilegal, Mario Giraldo, uno de los hijos del extraditado ex jefe paramilitar Hernán Giraldo.

Justamente, con ese cabecilla habría tenido problemas el líder social Joaquín Trujillo, presidente de la Junta de Ación Comunal de Quebrada del Sol, asesinado a tiros en el corregimiento de Guachaca, a fines de mayo pasado.

Más información: Santa Marta, en alerta tras asesinato de otro líder social

Quien fuera el segundo de la organización, John Rafael Salazar, Flash, cayó a finales de mayo en una operación de la Policía en Riohacha, donde se recuperaba de una fractura en un brazo sufrida días atrás. El detenido habría optado por colaborar con las autoridades, contribuyendo al éxito de la operación.

La operación no solo buscaba dar con los cabecillas de la organización delincuencial, sino también tener la información necesaria para desvertebrarla, por lo que las labores de inteligencia se ampliaron para conocer las rutas que manejan de narcotráfico, los movimientos de dineros.

La operación no solo buscaba dar con los cabecillas de la organización delincuencial, sino también tener la información necesaria para desvertebrarla

Así mismo, las autoridades que aún están ejerciendo control territorial en el área, buscan establecer los contactos que ayudaban a mover la operación, entre los que estarían actuales beneficiarios de la Ley de Justicia y Paz, que, incluso, contarían con escolta de la UNP. Hay fuentes que hablan de millonarios sobornos a miembros del batallón de Alta Montaña encargado de la seguridad de la Sierra Nevada.

Objetivo de alto valor

No es la primera vez que desde la Casa de Nariño se habían ordenado operativos contra el siempre escurridizo Chucho Pachenca. En una gigantesca operación realizada en abril de 2012, ordenada por Juan Manuel Santos, comandos Jungla de la Policía lo detuvieron, siendo entonces uno de los más sanguinarios cabecillas del Clan del Golfo. Lo señalaban de ordenar un paro armado que paralizó 48 horas a Santa Marta cuatro meses antes.

Al cabecilla, de 44 años y natural de Sonsón (Antioquia), lo conocían como el ‘zar de las extorsiones’. Se inició como miembro raso de los Chamizos, banda del ex jefe paramilitar Hernán Giraldo, y pasó luego al bloque Resistencia Tayrona de las AUC, que tras su desmovilización mutó en los ‘Nevados’ –de los mellizos Mejía Múnera–, a cuyos hombres luego sometió el Clan Úsuga.

En contexto: Los Pachenca, los zares de la Sierra Nevada

Esta experiencia le permitió a Chucho –quien pasó apenas 14 meses tras las rejas– darle forma a los Pachenca, grupo delincuencial que azota a Santa Marta por sus extorsiones a comerciantes y a empresarios, y que se dedicaban al narcotráfico y contrabando de combustible, entre otros ilícitos.

En el antiguo territorio de Hernán Giraldo y luego del bloque Norte de las AUC, la banda se enfrentó al poderoso Clan del Golfo, lo expulsó y recuperó el predominio en la Sierra Nevada. Se mueve por la Troncal del Caribe en el eje Ciénaga-Santa Marta-Riohacha, así como en las costas aledañas, puertos naturales de aguas profundas.

En esa área, el negocio consiste en acopiar y dar seguridad a los cargamentos de cocaína que llegan desde el sur del país y el Catatumbo antes de enviarlos al Caribe y Centroamérica en su ruta a EE. UU. y Europa.

Opinión: La mafia que maneja la Sierra Nevada

Su retaguardia está en la agreste geografía de la Sierra, donde sus hombres controlan antiguas rutas de las AUC. La estructura tendría 150 hombres comandados por cinco lugartenientes, a los que se suman unos 300 miembros de grupos que brindan servicios de cobro, vigilancia, logística e información.

Viene coletazo

Priscilla Zúñiga, exsecretaria de Seguridad de Santa Marta e investigadora de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) señala que seguramente habrá una recomposición alrededor de los Pachenca y de los herederos del clan Giraldo por el poder de los negocios ilícitos en la Sierra Nevada y en la capital de Magdalena.

“Habra sin duda un coletazo ente los que habrá represiones por sospechas de delaciones en la zona urbana, además de una reorganización o recomposición. Es importante que la fuerza pública tome de una vez por todas la posesión de un territorio en el que sucesivamente lo que ha habido el poder intercalado de diversas estructuras”, expuso la analista.

Es importante que la fuerza pública tome de una vez por todas la posesión de un territorio en el que sucesivamente lo que ha habido el poder intercalado de diversas estructuras, expuso la analista

Añade que, en esta ocasión, la institucionalidad tiene la ventaja porque cuenta con mayor presencia gracias al batallón de Alta Montaña del Ejército y al estación de Carabineros de la Policía, en Buritaca, “para estabilizar la zona y proteger a la población civil del impacto de la muerte de Chucho Mercancía”.

El Clan del Golfo sigue siendo una amenaza, pero, según Zúñiga, al parecer ha venido negociando con los Pachenca su ingreso a la región como parte de su logística de narcotráfico y de acceso a los puertos. “Es difícil que vengan a hacer control territorial porque está la presencia de los Giraldo”, puntualiza sobre quienes muy posiblemente terminarán de heredar los negocios ilegales en la región.