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Arnovis practica su salto en la pista de entrenamiento de la Universidad del Magdalena | Foto: Shadya T. Harvey

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Un cienaguero es uno de los mejores saltadores triples del mundo

Arnovis Dalmero ya es campeón nacional de esta modalidad a sus dieciséis años y se destaca como uno de los tres mejores del mundo.

21 de julio de 2017

Arnovis Dalmero Arvilla tiene 16 años de edad, mide 1,80 centímetros de altura y tiene una sonrisa enorme en su rostro que transmite la vitalidad y la energía de quien alterna sus días entre saltos avanzados, carreras cortas de velocidad, entrenamientos de fuerza y tareas académicas. Nació en Ciénaga, Magdalena, como el hermano mellizo sorpresa de un cuarto embarazo. Creció en Santa Marta, donde entrena salto triple desde hace cinco años.

Su pasión por el atletismo se despertó a la edad de 11, cuando vio a su prima Cindy Paola Vega alzarse como una de las mejores en los Juegos Nacionales Universitarios, ASCUN. “Cada vez que la veía [compitiendo] me emocionaba, hasta que llegó un momento en que dije: yo quiero ser como ella”. Al poco tiempo, descubrió el salto triple de la mano de Alfredo Garay, atleta samario especialista en salto alto y salto triple, quien le aseguró que debía concentrarse en la especialidad en la que brilla la medallista olímpica Caterine Ibargüen.

Arnovis entrena todos los días en el campus de la Universidad del Magdalena, en Santa Marta. Lo hace en un "tierrero", cerca de una pista de atletismo de cemento que es usada para practicar patinaje, y en la que se puede lesionar, según explica el deportista Martín Suárez, su actual entrenador. Suárez cuenta que hace un año y medio lo vio practicando saltos y ejercicios sin la técnica correspondiente y lo "correteó" para convencerlo de que entrenaran juntos.



Desde entonces, su progreso ha sido sorprendente. Inició saltando 11,80 y seis meses más tarde consiguió una marca de 13,80 con la que se embarcó en la aventura de los Juegos Supérate Intercolegiados. En esa competencia alcanzó la marca de 15,05, mientras representaba a la Institución Educativa Distrital Liceo Samario, donde cursa undécimo grado. Esta marca le dio el pase para representar al país en el Mundial de Atletismo sub-18, que tuvo lugar este mes en Nairobi, Kenia. Precisamente en esta competencia logró hacer historia en el deporte colombiano a su corta edad: con una marca de 15,89 Arnovis se metió en los primeros puestos y se quedó con la medalla de bronce en su modalidad. Así, se convirtió en el tercer atleta colombiano en subir al podio en la historia de los mundiales de menores. 

Hoy en día Arnovis tiene el apoyo de Indeportes Magdalena, la administración departamental, la Alcaldía de Ciénaga y la Fundación Daniel Barragán, a pesar de que el departamento no cuenta con un fondo para el fomento del deporte. Durante el Campeonato Nacional de Atletismo sub-18, que tuvo lugar en Cali, se llevó el oro con una marca de 15,55 que lo catapultó a la quinta posición del ranking 2017 en su categoría a nivel mundial, según el ranking de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés). En la misma competencia también obtuvo la medalla de plata en salto largo. Con la marca que logró en Nairobi, Arnovis mantuvo su lugar en el escalafón e impuso un nuevo récord nacional al superar los 15,76 metros que había logrado Robín Mosquera en 2009.

El ejercicio más complicado para Arnovis es uno alterno con cajones. Cada uno se ubica a seis metros y con tan solo dos pasos el atleta debe conseguir llegar hasta el siguiente cajón. La dificultad va aumentando: se inicia con uno que mide 20 cm de altura y finaliza con uno de 60 cm.

Por momentos, Arnovis no parece ser consciente del talento que tiene. A pesar de que ya se perfila como uno de los deportistas para abanderar el relevo generacional en su categoría, dice que espera graduarse del colegio y estudiar Educación Física en la Universidad del Magdalena. Tiene la esperanza de que este año pase de ser una carrera técnica a un programa de formación profesional. “El desafío más grande que él va a encontrar es vencer sus propios miedos; que él pueda o se dé cuenta de que tiene las capacidades de subir la marca a más de 16 metros”, afirma su entrenador. Frente a la improvisada pista donde entrena, Arnovis cuenta que su mayor miedo es que algún día se le acaben las fuerzas, termine decepcionando a su familia y se vea obligado a abandonar el deporte.

Por Shadya T. Harvey

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