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ENTREVISTA

"Radicalizar puede ser taquillero pero nos mete en un túnel oscuro"

Clara Rojas, representante a la Cámara por Bogotá, habla del proceso de revocatoria de Peñalosa, de la polarización de la ciudad y la corrupción en las localidades . Propone cambios en la elección del alcalde mayor y de los mandatarios locales.

5 de mayo de 2017

Semana.com: ¿Cómo ve el proceso de revocatoria contra Enrique Peñalosa?

Clara Rojas: Hay que elevar el nivel de la discusión. Siempre he estado de acuerdo con los mecanismos de participación democrática. Ese no puede ser el tema de debate. El punto es que un grupo de ciudadanos no se pueden valer de esos mecanismos como retaliación política y generar una situación adversa para la ciudad. Veo un interés por parte de los diversos comités que sí parece que tienen vínculos muy directos con el exalcalde Gustavo Petro, y me preocupa que ni siquiera habían dejado posesionar a Peñalosa y ya tenían la revocatoria lista.

Hacer un corte de cuentas tan cerca del inicio de un mandato no es apropiado. El Consejo Nacional Electoral tiene una inmensa responsabilidad de develar quiénes están detrás de esto y tienen la facultad para definir en los próximos días la revocatoria. Y quiero dejar constancia de que yo no voté por Peñalosa, ni le hice campaña, ni tengo cercanía con él.

Semana.com: ¿Es nocivo para la ciudad atajar un proceso de revocatoria que ya arrancó por medio de vías jurídicas, en un ambiente tan polarizado?

C.R.: Cuestionar unos mecanismos legales que sí pueden ser usados me parece que no es lo propio. Es una responsabilidad del Consejo Nacional Electoral y ellos deben ponerse los pantalones para tomar esta decisión, y ojalá que la ciudadanía entienda que no se trata de una pelea de unos contra otros, y que la más afectada con esta polarización es la ciudad.

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Semana.com: ¿Cómo encontrar puntos comúnes en un ambiente polarizado?

C.R.: Hay que buscar espacios, en esto los medios de comunicación pueden aportar mucho, crear foros de discusión en que cuestionemos en lo que unos no están de acuerdo o en lo que quieren que la administración haga un mayor énfasis. Creo que de parte y parte hay argumentos válidos. Se necesitan espacios de discusión, de diálogo, de compartir, y no una retaliación política que es lo que uno ve detrás de esta situación.

Semana.com: ¿Por qué llegamos a este punto de pugnacidad?

C.R.: Veo un interés claro en un grupo político para alcanzar la presidencia. A mí eso no me parece malo, pero no estoy de acuerdo con las herramientas que usan para lograrlo. No es radicalizándonos que vamos a tener un mejor país. Puede que en un momento sea taquillero pero a la postre nos lleva a un túnel oscuro. Y el llamado es a todos los promotores de los radicalismos a bajarle al nivel, a entender el contenido de sus discursos y que todos somos bogotanos y colombianos y nos duele la ciudad. Somos familia, amigos y podemos discutir los problemas.

Semana.com: ¿Cómo ve la propuesta de segunda vuelta en la elección de alcaldes, precisamente para lograr mayor consenso alrededor de un mandatario?

C.R.: La veo muy positiva. Yo fui autora de ese proyecto de ley en esta legislaturta, pedí el consenso de varios compañeros para ese propósito pero por todo el tráfico legislativo del fast track no lo logramos, y estamos esperando para presentarlo en la segunda legislatura o en la reforma política. Es un proyecto pensado no solo para Bogotá sino para todas las capitales de más de 500.000 habitantes, por ahora, porque eso genera costos para el fisco. Es que la única ciudad que ha logrado una alta votación en la primera vuelta ha sido Barranquilla, de resto, los elegidos alcanzan por ahí el 30%.

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Semana.com: ¿Y en medio de las irregularidades en contratación halladas por la Personería en las localidades, también hay que reformar la elección de los alcaldes menores?

C.R.: Por eso presentamos una reforma al estatuto orgánico de Bogotá, parara generar cambios que permitan una mejor gobernabilidad. Justamente esta reforma está en tránsito, programada para el segundo debate en la plenaria de la Cámara y de no salir la próxima semana, estaría lllamada a hundirse. Ojalá que logremos sacarla adelante y que de aquí a junio se surtan los debates en el Senado.

Semana.com: La relación de control político entre los ediles y los alcaldes locales no se ve en Bogotá, parece que lo que hay es un interés en cobrar favores...

C.R.: Los ediles en Bogotá hacen la peor política, la más clientelista que uno se pudiera imaginar, con todas las quejas a nivel electoral. Y eso hay que corregirlo y en la medida de que fortalezcamos las veedurias ciudadanas, ellos tendrán que rendir cuentas de su gestión. La ciudadanía tiene que ponerle un mayor ojo al nombramiento de los ediles. Estas reformas buscan generar esas primeras bases para lograr una mayor transparencia en la ciudad sin perjuicio de otras normas, sobre todo de carácter electoral, que vengan con la gran reforma política que va a haber.

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Semana.com: ¿Cuáles son los puntos claves que se perderían si no se aprueba el proyecto que está tramitando?

C.R.: Uno es perder la planeación ambiental que es tan fundamental en una ciudad como esta, con índices altos de contaminación; y perderíamos la oportunidad de fortalecer los mecanismos de control político en el Concejo. Acá también se está generando un espacio para que los alcaldes locales se nombren por concurso público, para que haya al menos un rasero para que las personas que elija el alcalde mayor cumplan unas condiciones mínimas. Es que hay alcaldes locales que no tienen toda la capacidad y el compromiso para asumir unas responsabilidades. Una localidad puede manejar cien mil millones al año y los niveles de ejecución siguen siendo del 3%. Creemos que generar este concurso de méritos podría mitigar la corrupción.