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| Foto: Guillermo Torres

JUSTICIA

Don Mario será extraditado por narcocargas enviadas a EE.UU. mientras estaba en el búnker

Una corte del distrito este de Nueva York lo procesará por traficar droga entre el 2013 y 2014, fecha en la cual estaba recluido en los calabozos de la Fiscalía negociando el desmonte de las bandas criminales del país. La decisión despierta interrogantes sensibles.

21 de marzo de 2018

El exjefe paramilitar Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, dejará de dar tumbos en la justicia colombiana para ser entregado, después de 9 años, a la justicia de Estados Unidos. En total, este país lo ha sido solicitado tres veces para que responda por cargos de narcotráfico.

Sin embargo, su captura en el 2013 como jefe de la primera bacrim creada después de la desmovilización paramilitar, no fue suficiente para firmar su extradición a Estados Unidos. Una vez detenido, Don Mario fue admitido como postulado a la Ley de Justicia y Paz, una jurisdicción transicional que le concedía beneficios de hasta ocho años de cárcel a cambio de verdad, justicia y reparación para las víctimas. Su comparecencia en el proceso fue la razón por la cual la cual la Corte Suprema de Justicia colombiana negó su extradición en el 2010.

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Pero la continuidad de Rendón Herrera en esta jurisdicción, diseñada para desmontar el paramilitarismo, tenía sus días contados. Más tarde que temprano, los magistrados de Justicia y Paz tomaron la decisión de excluirlo al considerar que estaba probado que Don Mario había vuelto a delinquir después de la demovilización, pues fue el fundador de grupo criminal Los Urabeños (hoy conocido como Clan del Golfo) con paramilitares del bloque Centauros que nunca se desmovilizaron. Al mando de esta organización quedó Dairo de Jesús Úsuga, alias Otoniel. 

Una vez excluído de esta jurisdicción entró una segunda solicitud de extradición en el 2013. El distrito sur de Nueva York lo requirió para que respondiera por el envío de toneladas de coca a Estados Unidos, sin embargo, en esta ocasión fue el presidente Juan Manuel Santos, en el 2014, quien aplazó su entrega hasta que cesaran los requerimientos de la Fiscalía. En ese momento, Don Mario era considerado como una pieza clave para el desmonte del Clan del Golfo, que desde ese entonces piden pista para un sometimiento masivo.

Sin embargo, como lo reveló SEMANA en su momento, documentos internos de la organización criminal hallados en varias operaciones de capturas daban cuenta del distanciamiento entre los jefes de la banca criminal y Don Mario.

Desde la cárcel, Rendón Herera le envió una comunicación a Gavilán, segundo del Clan de Golfo. Allí le reclamaba porque una representante de las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas, enviada a sondear opciones de negociación con el gobierno, incluyó en ese grupo a la Oficina de Envigado y a Don Berna. “Cómo podemos creer que la oficina nos va a representar a nosotros, si a nosotros se nos ha dificultado conseguir estatus político cuándo lo va a conseguir la oficina”, dice uno de los apartes.

A continuación le pide que “me nombren gestor de paz y para eso toca que hagan un documento donde le pidan al gobierno que me autorice. Pero sugiero que la firme todo el estado mayor de las autodefensas, porque una misiva sin firma es un pasquín que no tiene validez”, afirmaba el capo capturado.

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“Respecto a lo que me dice de Don Mario amigo con todo respeto mi opinión es no, sin desconocerlo a él. Sería muy bueno que nos dejen salir a Benavidez y Torta ellos si desempeñarían un papel dentro de las tropas y frentes [sic]”, le responde a Gavilán quien firma como Pelao, que sería un alias Nicolás, cuarto en la línea de mando. Esta, entre otras comunicaciones, evidencia que los capos de la banda aplicaron el viejo adagio de a rey muerto, rey puesto. Y muestra la poca influencia de Don Mario sobre sus antiguos subalternos.

Desde hace varios años esa banda criminal ha intentado infructuosamente ser considerada un actor armado con el fin de buscar algún tipo de negociación. Decenas de documentos dan cuenta de los esfuerzos y reuniones sostenidas entre abogados y políticos, la iglesia Católica y otros grupos.

La estrategia para conseguir el estatus de organización político-militar también queda en evidencia. “Hay que hacer movilizaciones regionales en donde se hagan manifestaciones de los anhelos de paz de las poblaciones en donde hace presencia la organización directamente o a través de sus aliados. Cada estructura se hará responsable de las marchas. Para empezar a cambiar las mentiras que se hacen sobre la organización es necesario tener periodistas amigos que hablen sobre la necesidad de incluirla en los esfuerzos de paz, visibilizando, ganando legitimidad”, dice una de las cartas enviada a Gavilán y firmada por ‘Equipo Político’.

Aunque por medio de amenazas y presiones a la población civil pretendieron realizar marchas de apoyo, la táctica no funcionó, lo que demuestra que los pobladores no aceptaban las órdenes de este grupo. “Viejo estoy un poco disgustado con lo de las marchas, me parece que no hubo la correcta organización, los políticos no se pusieron de acuerdo. Incluso en el mío de la zona pero no convocaron a nadie y llegó la policía y antes están sacando noticias en contra de nosotros. Debemos invertirle en publicidad o sino terminamos afectados nosotros”, dice otro de los documentos.

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La tercera, la vencida 

La poca efectividad de esta mediación terminó por poner a Don Mario nuevamente bajo la lupa de las autoridades estadounidenses. En el 2015, la corte del distrito este de Nueva York formuló su tercer pedido de extradición, a lo que la Fiscalía respondió con una certificación que confirma que Don Mario culminó su proceso de colaboración con la justicia colombiana y, por lo tanto, las víctimas no quedarán desamparadas.

De manera que después de muchas largas, finalmente responderá en Estados Unidos por haber creado una empresa ilícita ininterrumpida. El aval de la justicia colombiana será para procesarlo por la producción y distribución de cocaína internacionalmente, entre el 21 de septiembre de 2013 y diciembre de 2014. Esta fecha coincide con el tiempo en que Don Mario estuvo recluido en los calabozos del búnker negociando el desmonte de las bandas criminales del país. En consecuencia se abre un interrogante sensible acerca de ¿cuáles son las cartas que le mostrará la justicia estadounidense a Rendón Herrera cuando aterrice en suelo americano después de una década de espera?.

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