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David Turbay, ex contralor

ELECCIONES 2018

"En política la gente muere más de envidia que de infarto": David Turbay, excontralor condenado en el 8.000

David Turbay dice que fue víctima de la corrupción de la justicia y vuelve al ruedo como candidato presidencial. Lo respaldaría Opción Ciudadana.

24 de marzo de 2017

Hace 20 años el país vivía escandalizado con el Proceso 8.000 y con las cabezas de dirigentes políticos que iban rodando por haber recibido dineros calientes. Uno de ellos fue David Turbay Turbay (Carmen de Bolívar, 1952), excongresista y contralor general de la Nación para la época, y que en 1999 terminó condenado a 70 meses de prisión por enriquecimiento ilícito. Pagó cárcel tres años, no perdió sus derechos políticos y ahora quiere volver a la plaza pública, donde se siente "como pez en el agua", según sus palabras. Una de las frases celebres de aquel escándalo fue suya: "no se necesita ser un buzo en los mares de la investigación para ver dinero del narcotráfico en la política".   

De este polémico dirigente se dice que fue uno de mejores bachilleres del país de su generación y cuando estudió Derecho fue colegial de número de la Universidad del Rosario. En la vida pública fue senador y gobernador de Bolívar, y en la vida particular declama poesías y hasta compone boleros. Fundó una empresa de lotería en Ecuador y tras haber estado alejado de la política dos décadas, nunca ha dejado de mirarla de reojo porque dice que es el político que necesita este país. 

Hoy está nuevamente en la arena política y se presenta como candidato a la Presidencia. Habló con Semana.com de su aspiración electoral, de su pasado, de la corrupción y dijo que les iba a dar "sopa y seco" a Humberto de la Calle y a Germán Vargas Lleras, a quienes ya tiene en la mira como sus rivales de campaña.

Semana.com: ¿Es en serio que será candidato a la Presidencia?

David Turbay: A veces es bueno que uno se vaya del escenario político para que la gente se dé cuenta lo mucho que uno hace falta. Y creo que mucha gente estaba esperando mi regreso político. Veo la grande desesperanza que vive el país en estos momentos, cuando los llamados chicos buenos resultaron peores que los denominados chicos malos. Llegó el momento de demostrar que los liderazgos ni se ganan ni se pierden, los liderazgos se ejercen. Yo no puedo estar cruzado de brazos esperando a que lleguen soluciones. En estas manos que están limpias puedo llevar la batuta productora de un proceso oxigenador de la democracia. La clase política está en su nivel de desprestigio más alto y por eso se necesita personas que tengan carácter y valor civil.

Semana.com: ¿Cómo decirle a los colombianos que la solución está en esas manos que fueron condeanadas en uno de los mayores escándalos políticos de la historia del país como lo fue el Proceso 8.000?

D.T: Esa es mi gran autoridad. El país sabe que en el caso de David Turbay no operó la justicia, sino la injusticia. El país sabe cómo se afectaron mis garantías fundamentales. El país sabe cómo me aplicaron retroactiva y desfavorablemente la ley penal. El país sabe que para condenarme lo que hicieron fue utilizar lo que la lógica clásica denomina problema de petición de principios. El país sabe que mis derechos a la comprobación probatoria fueron masacrados. El país sabe que a pesar de haberse decretado el contrainterrogatorio a Guillermo Pallomari, el gobierno de los Estados Unidos no me permitió interrogarlo. En mi región me conocen y saben que soy un hombre impoluto, serio y de estudios”.

Semana.com: pero el país también sabe que usted era un alto funcionario del Estado hace 20 años y que terminó condenado en el proceso 8.000. ¿Cree que tiene la autoridad moral para estar en las elecciones?

D.T: El país ya no lo maneja La W ni la revista Semana. Yo tengo 70.000 amigos en Facebook, hay redes sociales, hay gente que se ha interesado en mi caso, como jóvenes que han escrito tesis de grado, y eso me ha permitido un poco oxigenar la información porque aquí lo que hay es una cultura de periódicos y de emisoras que silencian sus transmisiones no de un peso pluma de la política colombiana, sino de los pesos pesados de la democracia nacional. Entonces, yo he tenido 20 años de larga espera explicando uno a uno lo que ha sido mi caso. Yo tengo que decirle a Colombia que cuando uno está en la mala, el único amigo es Dios. Se fueron los miles de amigos que tenía, que no eran amigos de David Turbay, sino del Contralor o senador o gobernador Turbay. En la cárcel llegaron la hermana María Luisa Piraquive y el senador Carlos Alberto Baena y se encargaron de mi existencia espiritual. Así terminé ayudando a constituir el Partido MIRA y ayudando a elegir a Carlos Alberto Banea en su primer período como concejal de Bogotá”.

Semana.com: Pero justamente María Luisa Piraquive se vio involucrada hace unos años en un escándalo de posible enriquecimiento ilícito y discriminación…

D.T: “Eso es injusto. Yo soy malo porque me aplicaron la judicialización de la política para favorecer a basuras envueltas en papel de celofán y al que absuelve la justicia sigue siendo malo porque hay una censura de enemigos. La política es el arte de no salir ileso y en la política la gente muere más de envidia que de infarto. Eso es lo que ha acontecido, pero no podemos seguir en ese plan si queremos reconciliarnos. Aquí tiene que darse un proceso de reconciliación para todos, no puede darse un proceso solo para la izquierda nacional”.

Semana.com: ¿Y no cree que justamente su situación de haber sido condenado por el Proceso 8.000 le puede restar votos?

D.T: Todo lo contrario. Hay un pueblo que no se confabula con la infamia ni frustra a sus mejores conductores. Yo soy un hombre de plaza pública, soy un hombre de tormentas, yo soy un hombre con caracter, con amor civil y con una piel curtida. Yo nunca fui el candidato de la chequera corruptora, yo fui el candidato de los grandes discursos en la plaza pública. Yo era el parlamentario que esta revista señalaba como un parlamentario estelar.

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Semana.com: Se lo pregunto porque justamente la bandera de esta contienda electoral será la corrupción...

D.T: ¡Claro! Es que yo tengo autoridad porque yo padecí la corrupción de la justicia, porque yo padecí la corrupción de la dignidad de una sociedad.

Semana.com: Pero fue condenado...

D.T: ¿Y eso qué tiene que ver? Cristo también fue condenado y crucificado, y esos que se sienten dueños de la moral, que la tienen doble, apoyaron a Barrabás en ese momento. Pero yo voy a trabajar porque no soy un desconocido en la vida pública de Colombia. Son 40 años de ejercicio. Usted va a mi territorio donde crecí y la gente le va a decir, cualquiera, que eso es una infamia. Censúrenle a David Turbay lo que quieran, pero nunca lo señalen como un hombre con conductas delictuales”.

Semana.com: Hace un momento usted me dijo que el país ya no lo maneja La W ni Semana. ¿Por qué los menciona? ¿Cree que hubo una persecución en su contra?

D.T: “Porque antes había un manejo omnímodo. Que El Tiempo descalificara a una persona eso era su acabose. Hoy hay más espacios democráticos. Cuando yo voy a dar una entrevista en un medio de comunicación, de entrada entran descalificándome y no publican las explicaciones que yo doy”.

Semana.com: Pero el testimonio de Guillermo Pallomari fue por el que lo condenaron no por lo que dijeran los medios... 

D.T: Es el único testimonio que hay sobre mí.

Semana.com: Pero no fue el testimonio de un aparecido, sino el de uno de los principales testigos en el 8.000...

D.T: Yo soy penalista y en el derecho penal usted tiene derecho a la contradicción probatoria. Pallomari dijo que al contralor Turbay sí le dieron dinero, pero dice que yo era hermano del secretario general de la Presidencia, el doctor Juan Manuel Galán, y usted sabe que eso no es cierto. Además, dice que yo tengo contextura atlética, pero como que no vio esta barriga que tengo desde hace varios años adornando mi figura”.

Semana.com: De pronto hace 20 años no la tenía...

D.T: También la tenía. El punto es que yo fui a donde el juez y le dije que necesitaba interrogar a Pollomari porque quiero demostrarle al mundo que el Pallomari que declaró es un hombre que ha usurpado la identidad de otro y yo quiero hacerle un interrogatorio. El juez sabiamente decretó la prueba y el ministro de Justicia, el doctor Parmenio Cuéllar, le escribió al gobierno de los Estados Unidos y le dijo que esa prueba era necesaria para determinar si yo era culpable o no, pero el gobierno de Estados Unidos no permitió que lo interrogara. Es por eso que no pude interrogar al único testigo contra mí”.

Semana.com: Pero fíjese que mucha gente dice que es difícil que un funcionario público que haya estado involucrado, por ejemplo, en escándalos como el 8.000, Odebrecht o parapolítica, acepte su responsabilidad. Todos son inocentes. En ese sentido, ¿cómo hacerle creer a la gente que usted sí es inocente?

D.T: A la academia le hago el gran reto de que hagamos el debate y analicemos el caso de David Turbay. Si me condenaron bien, yo me retiro de este ejercicio, sino entonces que se retiren ellos de sus cargos judiciales y pupitres en los periódicos.

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Semana.com: Cambiemos de tema. Veinte años fuera la política hacen hueco, a pesar de que usted tiene una familia que tiene cargos públicos importantes en el país, pero necesita apoyo para ganar una contienda electoral. ¿Cómo va a hacer para llegar a la Presidencia?

D.T: Llevo 15 días en este proceso y yo quiero que usted entre a Facebook para que vea que esto es una bola de nieve. Es una solidaridad que se agiganta. Mi región se cansó de vivir como el pariente pobre, que tolera todo lo que se le deja de hacer o se le hace. El Caribe reclama protagonismo. Hace 130 años no tenemos un presidente de allá. Yo creo que llegó la hora de la provincia colombiana para servirle a Colombia. He tenido 20 años para madurar y ofrecer propuestas coherentes.

Semana.com: Lo veo muy confiado en las redes sociales. ¿No le asusta que le suceda lo mismo que le pasó a Antanas Mockus en el 2010?

D.T: Obama también se confió mucho en las redes sociales y también Trump.

Semana.com: Pero ambos tenían una alta exposición pública y Trump tiene, además, 3.500 millones de dólares como fortuna.

D.T: Sí, pero mientras yo convenzo a la gente de Colombia de que la justicia tiene que ser un escenario para premiar a los mejores y no a los favoritos del régimen, entonces tocará ir lentamente en la conquista de ese electorado”.

Semana.com: ¿Pero usted ha hablado con políticos y partidos?

D.T: “¡Claro! Yo he hablado con el partido Opción Ciudadana, que pusieron un millón y medio de votos, tienen 14 congresistas e intervine en su convención nacional hace unos días y me fue muy bien. Hay una inmensa mayoría de ese movimiento que mira que con David Turbay el partido pasa a tres millones. He hablado, también, con el MIRA”.

Semana.com: Vargas Lleras duró seis años en el gobierno, tiempo parecido lleva Juan Fernando Cristo, Ministro del Interior. Humberto de la Calle es una figura pública por el proceso de paz y así otros. ¿Cómo va a competir contra ellos?

D.T: Yo llevo 40 años haciendo buena política y siendo el primero en todo.

Semana.com: Pero estamos hablando de visibilidad.

D.T: Les doy esa ventaja, pero cuando llegue al debate les daré sopa y seco.

Semana.com: Rápidamente ¿qué propone en materia económica?

D.T: Propongo un cambio del modelo económico nacional. Primero, anuncio que si soy elegido presidente voy a subir el salario mínimo en no menos del 50 por ciento. Que pase de los 700 mil pesos casi en lo que está hoy, a más de 1 millón 100 mil pesos. Propongo modificar el círculo de la economía, porque ha estado siempre en cabeza de los empresarios a quienes les han dado gabelas. Yo quiero que la economía se reactive partiendo de la familia y del trabajador colombiano. Si el trabajador tiene más plata, compra más. Y si compra más hay que hacer más productos y así el productor tendrá que producir más y así habrá más tributación. Hoy tres de cada 100 colombianos viven con menos de 150 mil pesos. Con eso no se vive dignamente y por eso voy a modificar la economía, pero eso no quiere decir que sea enemigo de los empresarios. Voy a proponer una tasa de cambio diferencial. Voy a crear una mesa de concertación y revisar la figura tributaria del país y apuntarle a la evasión fiscal. Este es un país poderoso, pero inequitativo. A los jóvenes profesionales no les pagan nada; se gradúan y huyen para otros países. Voy a presentar un proyecto de ley que les asegure un salario decoroso, de por lo menos un millón 800 mil pesos.

Semana.com: Suena muy ambicioso y demagogo en algunas propuestas, pues usted más que nadie sabe que el poder empresarial en Colombia es casi el primero. Además, financian campañas y hasta pueden hacer ganar candidatos. ¿Cree que ellos les aceptará esas propuestas?

D.T: No sé si las irán a aceptar, pero esa será la voluntad del pueblo. Además, no le he pedido a nadie ni un centavo y he recorrido ya tres departamentos. Lo que a otros les cuesta millones a mí solo satisfacciones y alegrías. Estoy muy contento.

Semana.com: Matrimonio igualitario, ¿sí o no?

D.T: No estoy de acuerdo, pero respeto. Soy un hombre de Cristo, que cree que la familia es hombre y mujer, pero reitero que que hay decisiones de las altas cortes que como presidente tendré que acatar.

Semana.com: ¿Y el aborto?

D.T: La vida le corresponde a Dios.

Semana.com: ¿Eutanasia tampoco?

D.T: Lo mismo. Son criterios morales y mi óptica es la cristiana, pero miro con respeto las corrientes modernas.

Semana.com: Estamos en medio de un escándalo de corrupción de una magnitud que hace años no se veía en Colombia. ¿Tiene alguna propuesta en materia?   

D.T.: ¡Claro! La corrupción hay que combatirla pero con eficacia y no en los pesos plumas. Aquí nos corresponde a todos combatir la corrupción y hay posturas: el Centro Democrático tiene una, Claudia López tiene otra, pero lo que se necesita es voluntad política para hacerle creer a los colombianos que si no se combate la corrupción, el país no tendrá futuro.

Semana.com: ¿Cree que el presidente Santos debería apartarse del cargo, como mucha gente se lo ha pedido?

D.T.: Hay que esperar que la justicia tome las decisiones. Yo no quiero ser injusto con él como lo fue conmigo.

Semana.com: ¿Por qué fue injusto con usted?

D.T.: Porque todos, apenas empezó la cosa contra mí, me pidieron la renuncia, a la justicia que me condenara, le dijeron al gobierno de los Estados Unidos que me quitara la visa. Por eso, rodeo al presidente con el beneficio de la duda.

Semana.com: Suena muy curioso escucharlo hablar a usted de corrupción cuando fue condenado justamente por un escándalo parecido.

D.T.: Yo padecí la corrupción de la justicia. Es que usted tiene la visión de los medios y de la oligarquía colombiana que cree que tiene autoridad moral para descalificar a todo el que quiera. En las cárceles ni están todos los que son ni son todos los que están”.