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Denuncian que Samuel Viñas, empresario que asesinó a su esposa, paga cárcel en lujoso apartamento

Samuel Enrique Viñas Abohomor fue condenado por asesinar con arma de fuego a Clarena Piedad Acosta Gómez, su esposa, el primero de enero de 2010.

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25 de febrero de 2021, 4:37 p. m.
Samuel Viñas, empresario que asesinó a su esposa | Foto: Archivo Semana

El 30 de noviembre de 2010, por solicitud de la Fiscalía General de la Nación, el juez tercero penal del Circuito de Barranquilla, con funciones de conocimiento, sentenció a 42 años y nueve meses a prisión a Samuel Enrique Viñas Abohomor, como responsable de los delitos de homicidio agravado en concurso con porte y fabricación de arma de fuego y municiones.

La decisión del juzgador está relacionada con los hechos ocurridos el primero de enero de ese año, cuando Viñas ultimó con arma de fuego a su esposa Clarena Piedad Acosta Gómez. El sentenciado fue recluido en la Penitenciaria El Bosque de la capital del Atlántico y posteriormente cobijado con detención domiciliaria, el 7 de febrero del año pasado, alegando problemas de salud.

La historia fue revelada por SEMANA en su momento. El asesinato fue cometido en una fecha en la que las familias se reúnen para desearse felicidad y prosperidad, en presencia de los hijos y la hermana de la víctima, quienes impotentes, vieron cómo la vida de su madre y hermana se les escapaba por la irascibilidad de Samuel. La noche de los hechos en la casa se encontraban doce personas: los tres hijos, los padres de Clarena, Liliana Acosta, su hermana; Charlie Rodríguez Colón, el novio de Liliana; Angie, una amiga de Samuel que lo acompañó esa noche; la empleada doméstica y el vigilante. Pasada la medianoche, Samuel David, uno de los hijos de la pareja, fue a llevar a sus abuelos a su residencia y Samuel le pidió a Charlie que lo acompañara al apartamento al que se había mudado por esos días, pues él mismo le había pedido a Clarena y a sus hijos que se mudaran para la casa conyugal.

Samuel Viñas junto con su esposa Clarena Acosta. Él fue declarado culpable de cometer el asesinato de la diseñadora de modas.

El empresario, días antes, le había comprado a un primo el arma. En ese momento denunció que su esposa había amenazado con asesinarlo y cuando se despidió del portero del edificio le habría dicho inicialmente “hasta luego”, pero después corrigió diciendo: “No. Usted y yo no volveremos a vernos”. Y cuando sacó de la habitación a su hija, su cuñada y a Charlie, el novio de Liliana, dijo: “esto se va a acabar ahora”. Cuando Samuel quedó solo con Clarena en la habitación pasaron sólo unos instantes y disparó dos veces. Laura, la hija mayor, le imploraba a su padre que no le hiciera daño a su mamá. Minutos antes, Viñas había sacado a su hija a la fuerza poniéndole el arma en la cabeza. Pero de nada sirvieron los ruegos. El hijo menor le pedía a su papá que lo matara a él, pero no a su mamá. Después de los disparos, Charlie Rodríguez, el novio de Liliana, un exsenador puertorriqueño, le preguntaba qué había hecho, que abriera la puerta. A lo cual Viñas contestó que ‘lo que iba a pasar, pasó’. Y que sólo se entregaría a la Policía, a quienes les dijo cuando llegaron, ‘vengan que maté a mi esposa’.

Liliana Acosta, la hermana de Clarena, recibió a Semana.com y le contó cómo se conocieron Samuel y Clarena, cómo fue la historia de los dos y lo que su hermana le contaba sobre el infierno que estaba viviendo. El 9 de noviembre pasado, el Juzgado Séptimo de Familia falló a favor de Clarena la demanda de divorcio que había presentado en mayo de 2009 y una Comisaría de Familia le había impuesto una caución para que se mantuviera lejos de Liliana. Después del divorcio siguieron trabajando juntos en la fábrica, donde ella se dedicaba al diseño y él a la administración. Para Liliana las cosas ocurrieron tan rápido que, según dice, todavía no logra asimilarlo.

Al margen de su drama familiar, el periódico El Tiempo dio a conocer que el empresario sigue gozando de casa por cárcel pese al crimen que cometió. “Tras salir de prisión, Samuel Viñas llegó a un lujoso apartamento del piso 9 del edificio Turquesa Real, ubicado en el barrio Villa Country, en el norte de la capital del Atlántico”, informó el citado medio.

Por estos hechos, la Procuraduría General de la Nación pidió revocar la detención domiciliaria concedida a Samuel Viñas Abomohor, quien cumple, en teoría, una condena de 42 años y nueve meses de prisión por el homicidio de su esposa, Clarena Piedad Acosta Gómez, ocurrido el primero de enero de 2010. El Ministerio Público indicó que el juez basó su decisión en un dictamen del Instituto de Medicina Legal que, a pesar de indicar que el detenido presentaba un estado de salud grave, no mencionó que esa condición de salud fuera incompatible con la vida en reclusión en un centro carcelario.

Liliana, una tía de la familia y Clarena Acosta, asesinada en Barranquilla el primero de enero de 2010, a manos de su esposo. (Foto: Archivo Particular)

“A juicio del órgano de control, el juez no señaló las razones jurídicas por las que el envío al domicilio del procesado, con lo que realizó valoraciones que normativamente son propias y exclusivas de los médicos del Instituto de Medicina Legal. El Ministerio Público recalcó que el juez justificó el traslado argumentando que la cárcel El Bosque, de Barranquilla, no cuenta con los equipos médicos, pero no aclaró si en el domicilio de Viñas Abomohor sí existen los elementos necesarios para tal fin”, señaló la Procuraduría.