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Según el texto, el auge de la coca le crea enormes problemas al presidente Duque, mientras que el consumo de cocaína está aumentando en los países ricos y Donald Trump está desesperado por reducir la oferta. | Foto: Julián lineros

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"El Gobierno Duque tiene pocas opciones para reducir la producción de cocaína": The Economist

La prestigiosa revista británica realizó dos extensos análisis sobre el panorama de Colombia. Unos sobre los cultivos ilícitos en el país y otro en el que recoge las consecuencias de la desaparición de Jesús Santrich. El pronóstico no es alentador.

5 de julio de 2019

The Economist ha publicado uno de los análisis más extensos sobre el panorama Colombiano. En su más reciente edición impresa, la prestigiosa revista británica presentó dos artículos en los que recoge las opciones que tiene el gobierno de Iván Duque para controlar el crecimiento de los cultivos ilícitos y el golpe que le está dando Jesús Santrich al acuerdo de paz con su desaparición.  

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"Producción de cocaína en Colombia está en sus máximos históricos"

La tesis de The Economist sobre la producción de coca es contundente y está enunciada en la primera línea del artículo: no hay mucho que el gobierno pueda hacer al respecto. Según el texto, el auge de la coca le crea enormes problemas al presidente Duque, mientras que el consumo de cocaína está aumentando en los países ricos y Donald Trump está desesperado por reducir la oferta.

Paradójicamente, una de las hipótesis con las que se podría explicar el aumento de producción de coca es el proceso de paz. Según la revista, los agricultores cultivaron coca con la esperanza de que luego se pagara para que se detuvieran. El problema es que aunque las Farc se han desarmado, las condiciones que le permitieron sobrevivir al narcotráfico tanto tiempo no han cambiado. Y, además, cuando las Farc se desarmaron, nuevos grupos armados se apoderaron rápidamente del negocio.

De acuerdo con el artículo, Duque tiene pocas opciones para reducir la producción. Aun cuando al gobierno se le permita volver a la fumigación aérea con glifosato, sería responsable de los daños en la salud que pudiera causar la erradicación a través de ese programa. En últimas, el gobierno recurriría a una erradicación más manual, lo que podría hacer que regresara una guerra entre los cultivadores y el Ejército.

"Santrich ha asestado un golpe al acuerdo de paz"

El segundo artículo de la revista sobre Colombia pinta el panorama de Jesús Santrich y el efecto boomerang que tiene su desaparición en la implementación del acuerdo de paz. El texto recoge la tensa transición de militante de las Farc a político para luego describir las hipótesis que rondan su posible fuga.

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El artículo describe cómo los partidarios de Santrich dicen que huyó porque descubrió un complot para asesinarlo en Barranquilla, pero afirma que lo más probable es que esté evadiendo la justicia, pues debía defenderse contra los cargos del gobierno estadounidense ante la Corte Suprema el próximo 9 de julio.

"La inteligencia militar colombiana afirma que ha cruzado la frontera hacia Venezuela, que se encuentra a solo 11 millas del campamento donde se alojaba, y se ha convertido en un refugio para muchos grupos armados colombianos. El ejército cree que está en compañía de Iván Márquez, otro líder desmovilizado de las farc que pasó a la clandestinidad", se lee en el texto.

Sin embargo, la tesis más contundente del artículo es que con su desaparición, Santrich le está haciendo más daño a la paz de la que él y sus secuaces dicen que le hace el gobierno de Iván Duque. "Miles de víctimas están esperando que comparezca ante la JEP para dar cuenta de su papel en el negocio de secuestro de las Farc. Sin su testimonio, nunca podrían saber por qué ellos o sus familiares fueron tomados como rehenes", dice.

Y ese no es el único problema. La desaparición de Santrich también hace mella en las profundas divisiones que ya hay al interior del partido de la Farc: "Los exmilitantes temen ser castigados por los crímenes de su jefe: los fondos para proyectos de reintegración podrían recortarse o la ira pública podría impedir su regreso a la vida normal".