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El regreso del infierno. Historias de los que volvieron.

La Universidad Sergio Arboleda publica esta semana un libro que recopila relatos de los 280 soldados y policías que las Farc dejaron en libertad.

1 de octubre de 2001

PROLOGO



El 28 de junio llegaron a Tolemaida los soldados y policías que las Farc dejaron en libertad. De la Macarena, en donde fueron concentrados los días anteriores a su liberación, volaron a esta Base Militar. Esa era la noticia. Una gran noticia. La mayor en mucho tiempo. Y la misión del periodista es cubrir la noticia.

Los alumnos de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Sergio Arboleda, así lo entendieron y como los ejercicios académicos no se pueden limitar a hacer entrevistas imaginarias, o crónicas sobre la señora que vende dulces en la esquina, acudieron a donde estaba la noticia.

Buscaron a sus protagonistas y les pidieron que relataran lo que el país entero quería saber. Este libro recoge los relatos.

No es un análisis de las causas del conflicto, ni un juicio sobre él, ni sobre sus actores. No pretende mostrar el panorama completo de lo que sucede en Colombia, ni adoptar posiciones ante la confrontación o ante unos de sus episodios. Es la fotografía instantánea de unas personas en un momento de sus vidas. Es el retrato escrito de sus sentimientos al regresar a la libertad, dibujado con sus propias palabras.

No se trata de indagar sobre las raíces del conflicto, ni de trazar su trayectoria ni la de sus actores, ni de describir las causas que hoy interactúan, ni de juzgar conductas, ni de formular interpretaciones. Lo expresa con claridad su título. No es la Historia, son las historias de los que volvieron.

Cada lector sacará sus conclusiones, hará su análisis, pondrá el contenido en el contexto de los datos sobre los demás aspectos de una situación tan compleja como la que vivimos en Colombia, y de lo que lee, ve y escucha de los otros actores.

Aquí se muestra sólo uno de los aspectos de un conflicto que afecta a todos los colombianos. Para formarse un criterio sobre el conjunto, será preciso conocer todas sus caras. Por eso, esperamos contribuir en el futuro con la presentación de esas otras realidades, con la misma objetividad de este ejercicio: la que debe caracterizar al periodista al presentar los hechos.

Así lo entendieron los alumnos de distintos semestres de la Escuela de Comunicación Social junto con algunos de sus profesores, al registrar las palabras de los que regresan. Es un ejercicio de plenas libertades, sin restricciones de ninguna especie.

En la transcripción, hablan los actores, sin interferencias y sin intercalar opiniones de nadie distinto del hombre que, al volver, narra cómo transcurrió su vida en los años de cautiverio, con la emoción fresca, sentado junto a los familiares que lo reciben, en su primer contacto con la libertad y ante unos periodistas -futuros periodistas- jóvenes como él.

Es un ejercicio de periodismo de jóvenes con jóvenes, para un país joven, enfermo de odios viejos.

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