Justicia
Escándalo: estos fueron los porcentajes para repartirles contratos de la UNGRD a los congresistas que apoyaron las iniciativas del Gobierno Petro. “20-20-20-10-10-10”
El escándalo de corrupción en la UNGRD resultó tan descarado que los congresistas de la Comisión de Crédito Público plantearon, incluso, los porcentajes que debían recibir de las obras que les direccionaron.
Siga las noticias de SEMANA en Google Discover y manténgase informado

La declaración que entregó María Alejandra Benavides ante la Corte Suprema de Justicia en la investigación que se adelanta en el despacho del magistrado Misael Rodríguez contra los congresistas Wadith Manzur, Karen Manrique, Liliana Bitar, Juan Pablo Gallo, Julián Peinado y Juan Diego Muñoz no solo es demoledora; también muestra el nivel de descaro que hay detrás de las peticiones burocráticas y de contratos a cambio del respaldo a la agenda legislativa del Gobierno y, en este caso, a la aprobación de los empréstitos de la nación. Incluso, puso sobre la mesa lo que sería la “fórmula del saqueo” a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).

Lo más grave del asunto es que esta forma de repartir los contratos por más de 92.000 millones de pesos para obras en los municipios de Cotorra, Córdoba, por 50.000 millones; en El Salado, Bolívar, por 12.300 millones, y en Saravena, Arauca, por 30.000 millones, habría contado con la venia del entonces ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien incluso habría definido una fórmula diferente a la que plantearon los congresistas.

Los parlamentarios no votaban si no les daban lo que se ha denominado con el eufemismo de “cupos indicativos”, que en la práctica es la lista de contratos y obras que les asignan a los congresistas, pero ellos incluso planteaban porcentajes de la repartija y así lo confesó con claridad la testigo estrella María Alejandra Benavides, exasesora de Bonilla.

Ella contó cómo esta petición se dio el 4 de octubre de 2023 en un desayuno: “Para mí este día es muy importante, su señoría, porque ese día los congresistas me pidieron que le comunicara al ministro de Hacienda una propuesta respecto a cupos indicativos. Ellos me dijeron que le pasara la información de que eran 20 para el representante Wadith Manzur, 20 para la senadora Liliana Bitar y 20 para el representante Julián Peinado; 10 para la representante Karen Manrique, 10 para el representante Juan Diego Muñoz y, si el ministro lo consideraba pertinente, 10 para el representante John Freddy Núñez”.

Esa forma descarada de repartirse el presupuesto entre los congresistas de la Comisión de Crédito Público, que pedían contratos a cambio de votos, la denominaron, y así lo reveló Benavides, 20, 20, 20, 10, 10, 10, con una “gabela” que le dieron al ministro Bonilla, el 10 por ciento restante lo dejaban a su discreción por si requería usar ese “cupo”.

Resulta llamativo que mientras algunos congresistas eran beneficiados con la mermelada, a otros los ponían a dieta, es decir, no eran tenidos en cuenta en la repartición de contratos de la UNGRD ni del Invías, que, según la declaración, fue la primera entidad que usaron para pagar el respaldo de los congresistas. Fue, según el testimonio, Andrea Ramírez, la jefa de Benavides, quien le explicó la operación durante el desayuno en el que se cerró el negociado.

“Aquí es relevante lo que Andrea Ramírez me había expuesto de que los cupos indicativos no eran para todo el mundo. El representante John Freddy Núñez no estaba invitado al desayuno y apenas él llegó el ambiente cambió (…) Cuando se sienta el representante John Freddy Núñez, empezamos a desayunar y los temas de la interparlamentaria pasan a ser un poco más etéreos, no se tocan de manera detallada y el desayuno se acaba muy rápido”, explicó Benavides.

Luego de ese desayuno, para garantizar lo que denomina como “gobernabilidad”, la exasesora, quien ya obtuvo principio de oportunidad con inmunidad total debido a la contundencia de su testimonio y porque está probado que lo que hizo fue cumplir órdenes del ministro Bonilla, además porque nunca se enriqueció, le contó a su jefe la propuesta, la gabela de los congresistas y él le respondió solo con dos palabras: “Vale, anotado”.
Luego de explicarle la fórmula planteada, cuenta Benavides “que dejaban a discreción suya si iba a ser 10 por ciento para el representante John Freddy Núñez, me dice ‘vale, anotado’, y se va con esta propuesta en mente”.

Cuando hace unos meses Benavides decía entre sollozos, haciendo referencia al exministro Bonilla, “él me usó, él me usó, por el hecho de ser el ministro de Hacienda, y a él no le importaba el costo que tenía que pagar; él solo necesitaba sacar esto”, quedó confirmado con la contrafórmula que planteó y que le ordenó ejecutar a su exasesora.

“Esto se materializó cuando el ministro dio la instrucción de asignar 15 por ciento para todos en la tabla de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo –a la que nos referiremos más adelante–, el proyecto del senador Gallo era de 15 o menos”, contó Benavides en la audiencia en la que participó como testigo.

El asunto se fue moviendo en los meses finales del año, pero al llegar diciembre el ministro Bonilla estaba angustiado, pues el Congreso estaba cerca de finalizar las sesiones y estaban en alto riesgo los créditos de la nación, así que la denunciada fórmula del saqueo se fue aterrizando, algunos congresistas eran más incisivos y otros compartían el monto de los millonarios contratos.

“Yo se lo envié (información) al representante Wadith Manzur por WhatsApp, al senador Juan Pablo Gallo por Signal y a la representante Karen Manrique por WhatsApp”, contó Benavides. El magistrado Rodríguez contrapreguntó: “¿Por qué solo a ellos?”, y quedó clara la repartija.

“Eran quienes me habían dado la información de los proyectos y en la última semana de la Comisión Interparlamentaria ellos habían sido quienes me manifestaban de forma más insistente qué había pasado respecto a sus proyectos. Yo de cierta forma entendí que cuando le pasaba información respecto al proyecto de Saravena a Karen Manrique, esta se lo comunicaría a Juan Diego Muñoz, puesto que ellos iban juntos. Que cuando yo le pasara información al representante Wadith Manzur respecto al proyecto de Saravena a Karen Manrique, esta se lo manifestaría a la senadora Liliana (Bitar) y a Julián Peinado porque iban juntos. Y la misma situación con el senador Gallo, porque él estaba solo respecto a su proyecto”, explicó la exasistente de Bonilla.


Así, en detalle, durante más de una semana, Benavides, al frente de cada uno de los congresistas a los que estaba denunciando o sus representantes legales, contó cómo le pedían “cupos indicativos” bajo una fórmula que ellos mismos habían planteado; todo, como lo ha dicho desde hace más de un año, con venia del exministro de Hacienda Ricardo Bonilla, para ese entonces el dueño de la chequera del Gobierno.

