Hilda Niño Farfán, exfiscal de Justicia y Paz, sancionada por recibir 400 millones de pesos en sobornos para beneficiar a un exjefe paramilitar

La exfiscal de Justicia y Paz, Hilda Niño Farfán, fue sancionada por doce años por recibir sobornos del narcotraficante y paramilitar Orlando Villa Zapata para beneficiarlo con la entrega de información de la investigación que cursaba en su contra en esa justicia transicional.

La Comisión Nacional de Disciplina Judicial encontró probado el hecho que, aprovechándose de su cargo, la entonces fiscal Niño hizo exigencias de dinero para favorecer a Villa Zapata, quien hacía parte del Bloque Vencedores de Arauca de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), comandado por los hermanos Mejía Munera.

“La conducta de la fiscal, al aceptar y exigir remuneraciones atendiendo promesas de su gestión para el postulado y distorsionar la administración de justicia, conlleva un grave daño social”, advierte el fallo sancionatorio que calificó la conducta como gravísima.

Para el magistrado Julio Andrés Sampedro, la entonces fiscal tenía conocimiento claro que la exigencia de dinero era un delito y una acción irregular. Pese a esto, continuó haciéndolo hasta lograr entorpecer el proceso contra el paramilitar, quitándole además todas las trabas para que recuperara su libertad.

“Se reitera que la acepción de sobornos y las promesas (...) manipulación de casos judiciales para favorecer a ciertos individuos indican una comprensión clara de la ilicitud de sus actos. Este conocimiento acentúa la gravedad de su conducta, ya que implica que no se trata de errores inadvertidos, sino de decisiones conscientes y deliberadas, menoscaban la integridad del sistema judicial”, concluye el fallo.

En la extensa decisión, se indica además que, con su actuar, la entonces fiscal afectó la credibilidad a la Rama Judicial. “Este daño se manifiesta en la erosión de la confianza pública en el sistema judicial y en la deslegitimación de la autoridad del Estado. Dichas prácticas dentro de las instituciones encargadas de administrar justicia socava los cimientos de la sociedad, generando un ambiente de impunidad que puede afectar toda la comunidad. La pérdida de confianza en el sistema judicial puede resultar en una falta de respeto por la ley y contribuir al deterioro del orden social”.

Hilda Niño Farfán fue citada varias veces en las dos solicitudes de preclusión presentadas por la Fiscalía General en el proceso que se adelantó contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez. En su declaración aseguró que ella fue testigo directo de la forma en cómo el entonces fiscal general Eduardo Montealegre y el vicefiscal Jorge Fernando Perdomo planeaban un complot contra el exmandatario.

Por estos hechos, en agosto de 2020, la Corte Suprema de Justicia la condenó a cinco años de prisión por el delito de cohecho (exigencia de sobornos).

“Contrariando los deberes propios de su cargo, la exfiscal Niño Farfán recibió altas sumas de dinero para adelantar labores tendientes a presentar a Villa Zapata y Mejía Múnera como miembros de un grupo paramilitar, a pesar de que era conocedora de su simple condición de traficantes de estupefacientes”, sentenció en ese momento la Corte en su Sala de Primera Instancia.

En el fallo se señaló que, “valiéndose de su condición de servidora pública, decidió ejecutar un acto arbitrario, contrario al ordenamiento jurídico y a sus deberes funcionales, a cambio de importantes sumas de dinero, lesionando de forma efectiva el bien jurídico de la administración pública al utilizar su cargo como instrumento de injusticia y de enriquecimiento indebido”.