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Frente al Hospital Universitario San Ignacio, se reunieron los compañeros de Dilan Cruz. Foto: SEMANA.

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“¡Todos somos Dilan!”: la emotiva marcha de los compañeros del joven gravemente herido por el Esmad

En un recorrido que partió desde el Colegio Ricaurte, donde estudia Dilan, sus amigos, compañeros y profesores organizaron un recorrido para solidarizarse, enviarle “buena energía” y rechazar la violencia.

24 de noviembre de 2019

Rodeado de velas y flores permanece el sitio exacto en el que resultó gravemente herido el joven Dilan Mauricio Cruz Medina, en la calle 19 con carrera 4, en el centro de Bogotá. Dilan, de 18 años, permanece en el Hospital Universitario San Ignacio en estado crítico y bajo pronóstico reservado. El sábado, hacia las 4:00 de la tarde, durante una de las manifestaciones pacíficas del paro nacional, Cruz fue víctima de un impacto en la cabeza por parte de un agente del Esmad. El impacto, dice el reporte del médico del caso, le causó un “trauma craneoencefálico penetrante” y desde ayer “el paciente se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos en un estado crítico con un pronóstico neurológico reservado”.

La Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior (Unees) denunció que la ambulancia para realizar el traslado se demoró más de 25 minutos en llegar, a pesar de que, según la Secretaría de Salud, la respuesta por parte del equipo de atención prehospitalaria fue de 11 minutos. El muchacho estuvo 15 minutos recibiendo primeros auxilios en el lugar del incidente antes de su traslado hasta el hospital, donde sigue debatiéndose entre la vida y la muerte.

Dilan estaba a dos días de graduarse del Colegio Ricaurte IED, ubicado en ese barrio de Bogotá. Según afirmó uno de sus amigos, que prefirió mantener su nombre en reserva, Dilan vive con sus dos hermanas, una de 16 y otra de 21.

Denis Cruz, la mayor, a través de su cuenta de Twitter, ha sido la vocera de la familia. “Solo les pido que dejen de difundir información falsa, él no ha fallecido y saldrá de esta. Es un joven como cualquier otro y salió a luchar por sus derechos, hoy le pasó a él pero mañana puede ser su hermano, o inclusive usted”, escribió tras algunas alarmas iniciales que decían que el joven había muerto.

Mientras sus familiares lo acompañan en el centro médico, sus compañeros, además de planear una ceremonia simbólica de grado que tendrá lugar en la institución este lunes, convocaron a una marcha para rechazar la violencia del Esmad y pedir por la salud del joven.

El punto de partida fue la sede A del Colegio Ricaurte, en la carrera 27 con calle 7. De blanco y con carteles que decían “#TodosSomosDilan”, estudiantes, profesores y vecinos organizaron un plantón inicial para protestar contra la agresión de la que fue víctima el joven. Con cacerolas, pancartas y flores se congregaron frente a la institución y emprendieron un recorrido por la avenida NQS en dirección al lugar de la agresión. “Por aquí circula la vida del Ricaurte”, decía la pancarta que encabezó el grupo.

“Dilan, amigo, el pueblo está contigo”, cantaban los estudiantes en un grupo que comenzó solo con sus compañeros y docentes cercanos. El número de manifestantes, conforme avanzó el recorrido, aumentó a varios cientos de personas a la altura del centro comercial Calima y en la plaza de Paloquemao. “Sin violencia”, insistieron siempre. Y también recalcaron uno de los motivos centrales del apoyo, expresado en más de un cartel: “Hoy fue Dilan, pero pudo ser cualquiera de nosotros. #FuerzaDilan”.

Una de las paradas significativas del recorrido de la marcha #TodosSomosDilan fue en la calle 19 con carrera 10. Los jóvenes se sentaron, detuvieron un momento el tráfico y protestaron en silencio y luego retomaron el camino con la arenga central: “¿Por quién? ¡Por Dilan!”, en una eufórica dinámica de preguntas y respuestas entre uno de los líderes de la protesta y el grueso del grupo. “¡Todos somos Dilan!”.

Al tiempo, en el hospital San Ignacio se fue concentrando un plantón en el que ciudadanos solidarios erigieron un túmulo simbólico hecho con ramos de flores blancas y amarillas, velas y banderas de Colombia. Cantaban y oraban al tiempo que en la manifestación paralela sus amigos repetían “Por Dilan” al ritmo de las cacerolas. “Gracias valiente por defender nuestros derechos”.

La marcha calmó el paso en el tramo final, antes de llegar al lugar donde cayó Dilan. Se sumaron nuevos manifestantes y con energía, caras de rabia y de dolor, arribaron al lugar del impacto.

“Un minuto de silencio por nuestro parcero”, pidió uno de los estudiantes, vocero de la manifestación. “Estamos aquí presentes para mandarle toda nuestra buena energía”.

La esquina donde fue agredido y donde se organizó el homenaje está ahora rodeado de arreglos florales y un mensaje contundente en un cartel negro: “Con el miedo de mi familia no se juega. Dilan Cruz. 18 años. Estudiante. Su única arma era la no violencia”.

Tras la petición, el silencio se tomó la calle 19 con carrera 5. Se rezó un padrenuestro por su salud, hablaron dos de sus colegas, una docente y algunos otros compañeros cercanos. La solemnidad solo se rompió cuando informaron que su hermana había compartido una actualización de su parte de salud. “Queremos informar que Dilan sigue luchando aunque todavía está muy grave”, escribio Denis en su cuenta de Twitter, y sus compañeros, al enterarse, estallaron en un júbilo agridulce por la noticia. “Estamos a la espera de su evolución médica y les iremos informando sobre su estado de salud. Como familia, requerimos privacidad. Les agradecemos que nos respeten nuestro espacio y que no nos pidan declaraciones”, le solicitó la hermana a los periodistas y voces solidarias.

De allí, el grupo se movilizó por la carrera 7, donde a la altura de la calle 28 se encontraron con otra manifestación, que había salido desde el Parque de Los Hippies hacia la Plaza de Bolívar. El estallido enérgico de los compañeros de Dilan y de quienes caminaban hacia la Plaza resultó en un grito al unísono desde ambos lados: “¡Dilan vive!”.

El cierre fue en la Pontificia Universidad Javeriana, donde se detuvieron por petición de una vocera de la familia, que informó que, para ayudar al proceso de recuperación del joven, el lugar requería silencio. “¡Dilan vive!”, repitieron, al tiempo que decidieron dar la vuelta para dirigirse hacia la Plaza de Bolívar. Y al fondo, en calma, el grupo que organizó el altar frente a la entrada del hospital en la carrera 7 siguió orando. "Que no se nos olvide quiénes son los responsables", concluyeron varios de sus amigos, al tiempo que las cacerolas dejaban el lugar.

Mientras el hospital reporta actualizaciones del estado del joven, el plantón sigue y las marchas de solidaridad llegaron a la Plaza de Bolívar. El comandante de la Policía Metropolitana, el general Hoover Penilla, aseguró esta mañana que investigarán y esclarecerán el abuso de autoridad del Esmad. Penilla, en rueda de prensa, afirmó que el agente que cometió el hecho se acercó a él. Hasta aquí me llegó mi vida; hasta aquí mi familia, hasta aquí mi profesión”, asegura que le dijo el subordinado.

Al tiempo, su familia, en una comunicación enviada a través de su hermana, hizo un llamado a no seguir perpetuando la violencia: “Les agradecemos seguir orando. No más violencia ni víctimas. No queremos que Dilan se convierta en un motivo de más agresividad de ninguna parte”.