Guaviare

“Mataron a mi mascota”: los impresionantes detalles del bombardeo de las disidencias de las Farc en Calamar. Fueron minutos de horror

En los coordinados ataques, familiares del alcalde estuvieron a punto de morir, hirieron a una empleada y asesinaron a su mascota. Jóvenes militares casi son masacrados. Todo ocurrió en diez minutos de terror.

GoogleSiga las noticias de SEMANA en Google Discover y manténgase informado

Gabriel Salazar López

Gabriel Salazar López

Periodista Semana

18 de octubre de 2025, 7:56 a. m.
ED 2258
El alcalde Farid Camilo Castaño relató como fueron los ataques de las disidencias de Iván Mordisco. | Foto: SEMANA / AFP

El amanecer del martes 14 de octubre convirtió al municipio de Calamar, en el Guaviare, en un infierno. Las calles tranquilas fueron sacudidas por una serie de explosiones simultáneas que estremecieron la tierra y el corazón de sus habitantes. Las disidencias de las Farc, al mando de alias Iván Mordisco, lanzaron un ataque coordinado contra tres objetivos: la casa del alcalde Farid Camilo Castaño, las instalaciones de la Policía y una base del Ejército Nacional. En cuestión de segundos, el aire se llenó de humo, vidrios rotos y gritos. Nadie entendía si era una guerra o el fin del mundo.

Las detonaciones, que duraron menos de diez minutos, fueron tan violentas que rompieron ventanas, levantaron nubes de polvo y desataron un pánico colectivo. Las personas corrían sin rumbo, buscando refugio, mientras los drones enemigos seguían sobrevolando el casco urbano lanzando explosivos improvisados. “Parecía una película, pero era la realidad”, dijeron algunos testigos a SEMANA.

Una residente de la zona, que pidió no revelar su identidad, relató que todo ocurrió cuando realizaba una reunión de trabajo desde su casa. “Yo estaba en casa porque teletrabajo, cuando se empezaron a escuchar detonaciones muy fuertes, pero uno no sale a mirar porque esto está complicado con esos grupos que ya uno no sabe quién es quién”, contó la mujer, víctima de la violencia en el pasado.

Asegura que el miedo ha sellado los labios de los habitantes. Nadie se atreve a hablar, porque no saben quién pertenece a las redes de apoyo de las disidencias. “Después fue que se supo que era la casa del alcalde que habían atacado y las instalaciones de la Policía y el Ejército, pero acá nadie dice nada más porque esto está complicado y es tierra de nadie”, relató.

La casa del alcalde de Calamar, Farid Camilo Castillo fue atacada por las disidencias de las Farc. | Foto: SUMINISTRADAS A SEMANA API

Los ataques simultáneos con drones y granadas, una práctica que se ha extendido en regiones como el Cauca, demuestran el avance táctico de los grupos disidentes, que hostigan cada vez con más precisión a la Fuerza Pública. Los estruendos de ese día fueron descritos por los pobladores como “relámpagos que bajaban del cielo”.

En menos de diez minutos, tres puntos del municipio fueron blanco de explosivos: la residencia del alcalde, el puesto de Policía y la base militar. Los drones, cargados con artefactos improvisados, fueron lanzados de manera sincronizada, una estrategia que las disidencias han perfeccionado en los últimos meses. “Uno que vive acá en Calamar pasa es encerrado y sale a lo estrictamente necesario. Ya de noche la gente es poca, porque nadie quiere quedar en medio de una balacera o, peor, de los explosivos”, relató la misma fuente, con la voz quebrada.

El alcalde Farid Camilo Castaño revivió con angustia los minutos en que su familia estuvo al borde de la muerte. “Habíamos advertido que éramos objeto de amenazas y de diferentes extorsiones; y, en este caso, lastimosamente, todo terminó con el atentado contra mi casa. Casi asesinan a mi madre, casi asesinan a mi hermano. Lamentablemente, hirieron a la señora que me colabora en el hogar; sufrió una fractura en el pie a causa de los explosivos. Mataron a mi mascota y hoy, tristemente, estamos completamente desprotegidos frente a estos grupos al margen de la ley”, narró.

El terror se mantiene. Las calles de Calamar están vacías y la población vive con miedo. Los habitantes piden la presencia del Estado para detener una violencia que vuelve a azotar la región. “No es la primera vez que esto pasa. Mire que hace unos meses asesinaron a unos evangélicos muy queridos por la comunidad que fueron citados bajo engaños y ahora se meten al pueblo con explosivos pudiendo asesinar a la misma población. Esto parece de los años noventa, cuando el terrorismo reinaba en el país”, contó la mujer.

Así fueron lanzados los artefactos explosivos desde drones en varios puntos de Calamar, incluida la base militar y la casa del alcalde de ese municipio, Farid Camilo Castaño.
Así fueron lanzados los artefactos explosivos desde drones en varios puntos de Calamar, incluida la base militar y la casa del alcalde de ese municipio, Farid Camilo Castaño. | Foto: SUMINISTRADAS A SEMANA API

“Es de vida o muerte”

Dentro del Batallón de Selva No. 24 General Camacho Leyva, del Ejército Nacional, también se vivieron minutos de horror. Los uniformados, sorprendidos por los drones cargados con explosivos, debieron reaccionar con rapidez para sobrevivir. SEMANA habló con un joven soldado que prestaba guardia y fue testigo directo del ataque.

“Estábamos acá en la unidad cuando se vio sobrevolar el primer dron y lanzó el explosivo. Eso se escuchó muy duro y todos empezamos a correr y a colocarnos en posición, porque hay unos protocolos y entrenamientos que nos dan para esta situación”, contó el soldado.

Aunque estaban preparados, el miedo era inevitable. “Uno pensó que no había resultado nadie herido, pero hubo un compañero que terminó lesionado. No fue tan grave, pero recibió atención del enfermero y después creo que lo remitieron”, relató bajo reserva.

El militar explicó que, pese a su formación, los grupos armados dominan mejor el terreno. “Acá todo es complejo porque ellos tienen mucha experiencia en el territorio, pero se hace lo que se puede con lo poco que nos dan. Mi cabo nos dio la orden de prestar la seguridad acá en el cantón porque todas las cosas están pesadas con esa gente”, agregó.

Las disidencias, al mando de alias Iván Mordisco, son las responsables del horror en Calamar. El alcalde dice que está bajo amenaza.
Las disidencias, al mando de alias Iván Mordisco, son las responsables del horror en Calamar. El alcalde dice que está bajo amenaza. | Foto: AFP

En medio del caos, el alcalde Castaño intenta mantener viva la esperanza. “He hecho un llamado ferviente a la comunidad para que nos levantemos con la frente en alto y le digamos no a los violentos. Dios es más grande que todo esto y los buenos somos más y sé que con la bendición de Él vamos a salir adelante”, expresó.

El mandatario también denunció el abandono del Gobierno nacional. “Los comerciantes, los campesinos y los ganaderos están siendo extorsionados permanentemente por diferentes grupos. Todo el tiempo son atacados: una semana tienen que acudir a un lugar, la siguiente otro grupo los cita en otro sitio. Estamos completamente desprotegidos. Hoy le pedimos al Gobierno nacional que vuelva sus ojos hacia el territorio, pero sobre todo que llegue con acciones contundentes”, afirmó.

Castaño subrayó la lentitud institucional. “Nosotros, como mandatarios, ni siquiera tenemos la capacidad de garantizar nuestra propia seguridad. La UNP va a paso de tortuga: cada vez que citan a un comité, se demoran dos, tres o hasta cuatro meses. No hay decisiones, no hay acción. Hoy lo que pedimos, además de seguridad para los mandatarios, son acciones concretas del Gobierno para el departamento”, reclamó.

El sanguinario Iván Mordisco participó en diálogos de paz con el Gobierno de Gustavo Petro, pero estos acercamientos fracasaron y ahora las disidencias son más poderosas.
Iván Mordisco, jefe de las disidencias de las Farc. | Foto: AFP

Los autores del terror

Las autoridades atribuyen el atentado a Diego Horacio Tarache, alias Korea o Kin Yun, principal cabecilla de la Estructura Primera Armando Ríos, una de las columnas de las disidencias de las Farc bajo el mando de Iván Mordisco. Esta estructura, con al menos 244 integrantes, opera entre las selvas y zonas urbanas del Guaviare, sostenida por redes de apoyo, extorsión y narcotráfico.

En la línea de mando también figuran alias Gerson Ramírez, segundo cabecilla; Wainer Javier Valencia Malava, alias Cuadrado, ideólogo y financiero; Lina Moreno, alias Yésica la Morocha, jefa de la cuarta comisión; William Suárez Cruz, alias Arbey o el Indio, responsable de la quinta; y alias Johana Ríos o la Makusa, encargada del centro de entrenamiento ilegal en la zona selvática.

En el Guaviare, además de las disidencias de Iván Mordisco, también delinquen las de alias Calarcá, que se disputan las rentas del narcotráfico, las extorsiones y otras economías ilegales que alimentan una guerra absurda. Esa disputa mantiene en zozobra a los habitantes de Calamar, un pueblo que esta semana volvió a vivir el horror de la violencia que creían haber dejado atrás.