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as autoridades capturaron a Ramsés Vargas (de gafas), exrector de la Universidad Autónoma, en una modesta habitación de un hostal en Cartagena. Junto con otros directivos, funcionarios y exfuncionarios de la institución, lo condujeron a la misma audiencia en Barranquilla.

JUDICIAL

El decano de la ambición

El CTI capturó a Ramsés Vargas, exrector de la Uniautónoma de Barranquilla, para que responda por supuestamente desviar dineros hacia su patrimonio. También estaba ampliando su dominio en la Universidad Metropolitana y la Corporación Regional del Atlántico.

1 de diciembre de 2018

Escondido en la modesta habitación de un hostal de Cartagena cayó en manos de las autoridades, en la noche del domingo, Ramsés Vargas Lamadrid, exrector de la Universidad Autónoma del Caribe. La Fiscalía lo señala de haber supuestamente creado un entramado institucional para desviar al menos 16.000 millones de pesos hacia su patrimonio y el de otros altos funcionarios. Esto sin contar otros bienes y activos de la institución que habrían terminado en poder de terceros.

Vargas, quien tras conocer las primeras capturas se dio a la fuga, estaría tratando de cambiar su apariencia y su identidad para abandonar el país. Al CTI de la Fiscalía solo le faltaba su captura, pues ya había puesto tras las rejas a nueve ex altos directivos de la universidad, considerados la guardia pretoriana del exrector.

En las audiencias de legalización de captura e imputación de cargos, Vargas no aceptó haber cometido concierto para delinquir agravado con fines de enriquecimiento ilícito, corrupción privada, administración desleal, falsedad en documento privado, omisión de agente retenedor e, incluso, amenazas a testigos. Según advirtió la Fiscalía, también lo investiga por lavado de activos en la venta del equipo de fútbol Uniautónoma FC en 2015. Como se recuerda, el exrector renunció en marzo pasado, luego de meses de presiones de estudiantes y profesores por los malos manejos y por la situación en la que estaba la universidad.

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Los barranquilleros esperan que este proceso avance en la Justicia, y que con ello quede al descubierto el entramado de Vargas para apoderarse de esta universidad, con la ayuda y anuencia de políticos y reconocidas personalidades de la ciudad. Mientras tanto, Vargas Lamadrid también habría buscado ampliar sus feudos. Según conoció SEMANA, habría puesto sus tentáculos en la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), en donde hizo nombrar a una ficha suya como representante de las universidades. Se trataría de Boris Fabricio Rodríguez, su viejo amigo y socio de negocios e hijo del exconcejal de Barranquilla Orlando Rodríguez. Fuentes allegadas señalaron que su aliado acogió a Vargas en 2013 cuando este regresó a Colombia de un largo exilio autoimpuesto por las acusaciones de serias irregularidades en su paso como director del Área Metropolitana de Barranquilla (AMB) en 1997. Boris Rodríguez también fue contratista de millonarias sumas con la Uniautónoma.

Lo ocurrido en las universidades autónoma y Metropolitana se sabía desde hace tiempo. pero resulta increíble que las autoridades hayan tardado tanto en intervenir

Inicialmente, sus amigos influyentes trataron de poner a Ramsés Vargas en la Cámara de Comercio de Barranquilla, pero por los fantasmas de su pasado terminó en la rectoría de la Uniautónoma en 2013. Llegó gracias a la ayuda del exvicerrector Tamid Turbay Echeverría, quien laboró durante 20 años en la institución e hizo parte de la Sala General. Contra este también hay orden de captura, pero desde hace meses permanece fuera del país.

Como rector, Ramsés Vargas logró asumir la contratación y el manejo de los recursos, con los que se habría enriquecido y beneficiado a otros que hicieron parte de esta trama de corrupción que tiene sumido al claustro en una profunda crisis. Además, la Fiscalía investiga indicios según los cuales el rector y, al parecer, algunos de los que se apoderaron de la Autónoma habrían intentado hacer lo mismo en la Universidad Metropolitana.

Unimetro en la mira

Desde hace un par de años, Luis Fernando Acosta Osío encabeza la parte de la familia Acosta Bendek que tomó el control de la Universidad Metropolitana, el Hospital Universitario Metropolitano y la Fundación Acosta Bendek. Para esto lograron remover, de forma no muy clara, a Ivonne Acosta, hija de Gabriel Acosta Bedek, exsenador y fundador de estas instituciones. Aunque hoy están claras las irregularidades, y que la señora Ivonne Acosta debe seguir al frente de estas instituciones, vergonzosas decisiones judiciales mantienen la incertidumbre sobre su posesión.


Las autoridades capturaron a Ramsés Vargas (de gafas), exrector de la Universidad Autónoma, en una modesta habitación de un hostal en Cartagena.  Junto con otros directivos, funcionarios y exfuncionarios de la institución, lo condujeron a la misma audiencia en Barranquilla. 

Esta semana se supo que personas que estuvieron durante la administración de Ramsés Vargas en la Universidad Autónoma colaboraron en el proceso de apoderarse de la Metropolitana, lo que empieza a dejar dudas sobre el manejo de esta institución. Por ejemplo, Arturo González Peña, ex secretario general de la Autónoma, asumió en septiembre de 2016 la vicerrectoría de la Metropolitana. Otro, Héctor Manuel Esmeral, abogado de los Acosta Osío en varias causas, aparece como dueño de uno de los predios que pertenecían a la Uniautónoma. La Fiscalía investiga su venta por un valor inferior al del mercado.

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Como denunció La W, varios contratos escandalosos salieron de la Uniautónoma para favorecer a Vargas y sus aliados, así como aparentes prácticas poco transparentes, como pedirles a los estudiantes consignar las matrículas en efectivo o en cuentas particulares. Esa misma situación estaría haciendo carrera en la Unimetro, donde ya hay denuncias de un presunto carrusel que vendía bajo cuerda, y por jugosas sumas, los cupos en las especializaciones médicas.

Lamentablemente, lo que estaba ocurriendo en estas universidades no es nuevo. Pero resulta increíble que las autoridades hayan tardado tanto en intervenir. Y lo más grave, el prestigio de las instituciones y la suerte de sus estudiantes siguen en entredicho en medio del poderoso juego irregular por controlarlas.