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| Foto: Guillermo Torres

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El ‘No’ exige que no haya veto a sus propuestas

Cuatro semanas de reuniones completa el gobierno con Álvaro Uribe y demás voceros del No. El jueves partirá el equipo negociador a presentar los ajustes propuestos a la guerrilla de las FARC.

1 de noviembre de 2016

Hace un mes Álvaro Uribe y el presidente Juan Manuel Santos se reunieron en la Casa de Nariño con el propósito de construir un nuevo acuerdo de paz. Un encuentro que tardó más de seis años, pero que sólo lo hizo posible la catástrofe política que supuso el plebiscito. Con la victoria del No a los acuerdos de La Habana, entre el Gobierno y las FARC, al Gobierno no le quedaba otro camino que alcanzar un Gran Pacto Nacional. Un mes después no hay señales claras de que el consenso sea posible y que esté a la vuelta de la esquina.

Este martes, en la casa de La Giralda, sede del Ministerio del Interior, el jefe negociador, Humberto de la Calle, y algunos de los plenipotenciarios sostuvieron una nueva reunión con los diferentes voceros del No. Allí llegaron Uribe y sus tres precandidatos, además de Alejandro Ordóñez, Marta Lucía Ramírez, la senadora liberal Sofía Gaviria y el periodista Herbin Hoyos.

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Durante más de ocho horas estuvieron reunidos, avanzaron las discusiones en los puntos del Acuerdo Final relacionados con la seguridad para los desmovilizados de las FARC, el espinoso asunto de la “ideología de género”, y avanzaron en el tema del narcotráfico. Discusiones productivas, fueron calificadas por las partes. Pero a la hora de resultados, la apalabra consenso no se mencionó.

“Han sido reuniones constructivas, no exentas de controversias, pero sobre todo respetuosas. Reafirman que la vía que se impone en Colombia es la del diálogo”, dijo Sergio Jaramillo cuando abandonó la casa de La Giralda.

Cordialidad y desconfiaza

Desde aquella reunión Santos-Uribe del 5 de octubre, donde también tuvieron asiento los otros sectores representativos del No, por lo menos han sido siete encuentros. Las primeras dos semanas tras el plebiscito, las reuniones tenían como sede la Casa del Ingeniero Militar, en el exclusivo sector de El Chicó, en el norte de Bogotá. Fueron las primeras reuniones, en las que el Gobierno exigió propuestas concretas al uribismo y demás voceros del No.

La tercera semana no hubo actividad. Los negociadores del Gobierno clasificaron las 455 propuestas recibidas y se las presentaron, en una primera fase, a los negociadores de las FARC en La Habana. Ahora, De la Calle y Sergio Jaramillo viajarán a La Habana con la intención de formular ajustes concretos al acuerdo que se firmó el pasado 26 de septiembre en Cartagena.

Según Jaramillo, el Gobierno ha “tomado nota” de las observaciones e inquietudes que aún siguen expresando los voceros del No, y aseguró que serán llevadas a La Habana como principal insumo de la nueva ronda de discusiones con las FARC. Tanto De la Calle como Jaramillo tienen previsto viajar a la isla el próximo jueves.

En un mes de reuniones, discusiones, mesas de trabajo, propuestas y aclaraciones, las partes han subrayado el ambiente de respeto y cordialidad. Sin embargo, parece que la desconfianza no se despeja del todo.

Marta Lucía Ramírez, al entregar las conclusiones de la jornada del martes, dijo que todos los voceros del No coincidieron en pedirle al Gobierno que en esos puntos donde hay acuerdos conceptuales, y en aquellos en los que se consideran necesarias las modificaciones del acuerdo de paz, queden explícitos en un texto, y exigen que el Gobierno así lo haga. Sería un documento que se aproxime a todo lo que se ha hablado en este tipo de reuniones, para que los voceros del No estén seguros de qué es lo que va a llevar el gobierno a La Habana.

Que todos los puntos se puedan revisar

La petición no es gratuita. Ramírez recordó que en aquella célebre reunión en la Casa de Nariño, el presidente Santos dijo que ningún tema estaba vedado y que todo el contenido del acuerdo se podría revisar.

Sin embargo, a los del No les preocupa que haya sido el mismo Santos, la semana pasada, quien calificó de “inviables” algunas de las propuestas presentadas por los voceros del No. “Creemos que todas las propuestas deben estar en consideración, y que el gobierno nacional, como representante de toda la sociedad colombiana, debe exigirles a las FARC mejorar el estándar del Acuerdo en todos los temas que hemos propuesto”, según explicó Ramírez.

Las conversaciones que sucedieron este martes tuvieron como eje central el punto de drogas, donde se propone un gran programa de sustitución de cultivos ilícitos para todo el país, un tratamiento especial de salud pública para los consumidores y una acción muy fuerte sobre las organizaciones criminales dedicada al narcotráfico, según explicó Jaramillo.

Sobre este punto, la principal preocupación de los representantes del No es que en el Acuerdo vaya a quedar alguna justificación de que el narcotráfico fue para financiar una lucha revolucionaria. “Son el mayor cartel de droga del mundo”, insistió Ramírez.

Este miércoles habrá una nueva reunión en el salón de juntas de La Giralda, y se espera que la jornada sea tan extensa como las que han tenido lugar desde el sábado. Entre otras porque, según Jaramillo, “no queremos irnos (a La Habana) sin agotar todos los temas”.

Cuatro semanas de reuniones entre el Gobierno y los representantes del No. Cuatro semanas en las que el Gobierno ha oído con paciencia todas las observaciones, pero aún no hay resultados concretos.