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| Foto: SEMANA

ELECCIONES 2018

Viviane Morales y una candidatura muy enredada 

Por fuera del Partido Liberal tendría pocas opciones para ser candidata en las presidenciales. Su actual condición de senadora no le permitiría inscribirse por firmas.    

21 de septiembre de 2017

“No señores: no firmo una claudicación de mis principios democráticos y cristianos a cambio de ninguna candidatura del mundo. (…) Si de eso se trata, que se queden con ese cascarón en ruinas en que su mezquindad y trampa están convirtiendo al otrora glorioso Partido Liberal”.

Las palabras son de la senadora Viviane Morales al anunciar su decisión de no participar en la consulta popular para definir el candidato único a la presidencia de la república por el Partido Liberal.

La senadora había quedado en una situación muy comprometida desde que el actual jefe liberal, Horacio Serpa, promovió la firma de un  manifiesto de principios liberales como requisito para poder participar de la mencionada consulta.

El manifiesto ha sido el tema de controversia durante las últimas horas en el Liberalismo y para Viviane Morales fue “urdido” entre Serpa, el expresidente César Gaviria, los precandidatos Humberto de la Calle y Juan Manuel Galán para dejarla fuera de competencia.

Puede que en parte tenga razón. Morales había hecho oficial su aspiración presidencial el pasado mes de julio, y solo hasta ahora, una semana antes del Congreso Nacional, la cúpula del Liberalismo manifestó su incomodidad frente a la senadora y cuestionó sus principios ideológicos y sus posturas políticas.

El manifiesto tenía los principios que se repiten en el ideario del partido, pero se le habían añadido tres elementos que entraban en conflicto con las posiciones de Morales.

Se estableció que las convicciones religiosas no podían tener expresión dentro de las expresiones del partido, que la implementación de los acuerdos de paz debe ser total y sin espacio para la crítica, y la defensa de las sentencias de la Corte Constitucional en materia de derechos consagrados para las minorías discriminadas por su orientación sexual.

Viviane Morales dijo no. Anunció que no renunciará a su facultad como congresista de hacer plantear modificaciones al acuerdo de paz, quizás lo que más preocupaba a los dirigentes liberales. Y por su puesto ni a su condición de mujer cristiana, que no le impidió ser copresidente del Partido Liberal   ni a su convicción de que la adopción de niños y niñas huérfanos debe darse a un papá y a una mamá.

“Sólo ahora, ante su físico miedo porque saben que yo les gano la consulta popular, decidieron convertir mis diferencias políticas en impedimentos improvisados, configurando de este modo la trampa, repito, para que no los derrote en la consulta”, explicó Morales.

Sin embargo, al anunciar que no será precandidata del Partido Liberal, aseguró que no renunciaba a su aspiración presidencial. “Por todos los medios democráticos avanzaremos. Acuérdense de que cuando el tirano cierra puertas, Dios siempre nos abre unas más grandes para la esperanza”.

Puede que se trate de buenas intenciones porque Viviane Morales, fuera del Partido Liberal, no tendría claro el escenario para materializar su aspiración.

La ley solo establece dos formas para participar en la elección presidencial. Con el aval de un partido político o movimiento con personería jurídica o mediante recolección de firmas.

Este mecanismo fue creado precisamente para quienes no tengan partido político, por lo que no está claro si Viviane Morales, que tiene la dignidad de senadora del Partido Liberal, pueda recurrir a él.

No es un mecanismo desconocido para la senadora, pues lideró la recolección de firmas para presentar el proyecto de referendo sobre la adopción. Consiguió 2,3 millones de firmas, siendo uno de los mayores registros en mecanismos de participación ciudadana en la historia del país (la marca recientemente fue superada por la consulta anticorrupción de la Alianza Verde).

La ley no establece inhabilidades para ser candidatos por firmas, sin embargo la prohibición de la doble militancia (consagrada en la ley 1475 de 2011) podría congelar las aspiraciones de Morales.

Esa ley señala que “en ningún caso” se permitirá a los ciudadanos pertenecer simultáneamente a más de un partido o movimiento político. Viviane Morales podría entrar en esta prohibición de llegar a presentarse como candidata por firmas, de acuerdo con la interpretación de la norma, que además señala que quienes quieran aspirar por otro partido o movimiento deberán renunciar a la curul al menos doce meses antes del primer día de inscripciones. En ese sentido Viviane Morales tendría que haber renunciado al Partido Liberal y al Senado en diciembre del año pasado.

Pero la ley solo se refiere a partidos y movimientos políticos, pero no consagra ninguna prohibición en el caso de candidatos por firmas. Por eso Viviane Morales analiza con expertos juristas si puede participar por firmas, pese a su condición de senadora del Partido Liberal.

Otra dificultad está en la ley de partidos políticos que al hablar de las consultas populares establece que su resultado será de obligatorio cumplimiento para los partidos que la convocaron. Es decir, como senadora liberal, Viviane Morales tendría que apoyar al candidato que escoja el Liberalismo.

Presentarse con el aval de otro movimiento es prácticamente descartado, también por la prohibición de la doble militancia.

Otra de las posibilidades es demandar la decisión del Partido Liberal de suscribir este manifiesto para participar de la consulta, con el argumento de que desbordaría los estatutos del partido. Sin embargo, en las palabras de Morales se deduce que la pelea no la dará dentro de la colectividad. Pero si esta es la única opción de participar no hay que darla por descartada.

Viviane Morales no será precandidata del Partido Liberal pero mantiene su aspiración presidencial. ¿Cómo lo hará? Los caminos parecen muy enredados.