Pasto
Mujeres de Nariño siembran futuro con arándanos: la apuesta de la congresista Teresa Enríquez por la asociatividad campesina
El cultivo de arándanos en Puerres se consolida como una alternativa económica y social para las mujeres campesinas del sur de Nariño.
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En el municipio de Puerres, al sur del departamento de Nariño, un grupo de 40 mujeres campesinas decidió apostarle a una fruta poco conocida en la región: el arándano. Lo hicieron con el respaldo de la representante a la Cámara Teresa Enríquez Rosero, quien ha impulsado este proyecto como parte de una estrategia de reactivación rural basada en la asociatividad y la gestión directa de recursos para el campo.
“Hoy estamos sembrando tres mil quinientas plántulas de arándanos que tendrán una duración de treinta años. Durante ese tiempo, las familias de estas mujeres podrán recibir un sustento económico estable. Pero más allá de eso, quiero que este proyecto sirva de ejemplo para que las mujeres rurales del departamento se queden en el campo, generen empresa y no tengan que desplazarse a las ciudades”, expresó Enríquez durante una jornada con la Asociación de Mujeres Rurales Semillas de Poder.

El proyecto, considerado pionero en el altiplano nariñense, busca diversificar la producción agrícola y abrir nuevas rutas comerciales. Enríquez explicó que la idea surgió tras el éxito de una primera experiencia en el municipio de Cumbal, donde 29 madres cabeza de familia lograron consolidar un cultivo piloto de arándanos con resultados positivos. “Como ha dado buen resultado, quisimos llevarlo también al municipio de Puerres, donde el cultivo se triplicó en extensión y donde tenemos un grupo de 40 mujeres que se van a beneficiar directamente”, señaló la congresista.
El objetivo de esta iniciativa va más allá de la simple siembra. “Yo quiero llevar con esto más que la solución a un problema, la esperanza de vida y las oportunidades para nuestros campesinos. Esa es mi tarea: ser gestionadora de proyectos para el sector rural y campesino”, afirmó Enríquez. Según ella, el modelo se basa en la organización comunitaria como herramienta para acceder a los programas del Estado y generar ingresos sostenibles.
La representante asegura que su trabajo legislativo está enfocado en dos frentes: crear leyes que beneficien al país y gestionar proyectos productivos que generen empleo en las zonas rurales. “Para mí es clave la asociatividad de las familias, sobre todo en el sector campesino. Las familias deben organizarse y asociarse, porque de eso depende la calidad de vida que puedan tener. Si no están organizadas, difícilmente podrán acceder a los programas del Gobierno”, explicó.
Además del cultivo de arándanos, Enríquez ha promovido otras iniciativas productivas en diferentes municipios de Nariño, entre ellas proyectos de ají habanero, gulupa y tomate, que actualmente están siendo exportados. “En el norte del departamento tenemos proyectos que ya venden al exterior. Lo que estamos dejando en esas familias es esperanza y un ejemplo de asociatividad que las motiva a seguir creciendo”, destacó.
Enríquez Rosero también ha impulsado programas de seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental que benefician a comunidades vulnerables. “Una de mis preocupaciones ha sido generar soluciones a la falta de empleo y a la falta de ingreso de las mujeres rurales. Por eso he llevado proyectos ambientales y productivos que garanticen que las familias campesinas tengan comida, ingresos y un futuro digno en su propio territorio”, aseguró.

El impacto de su gestión no es menor. La parlamentaria nariñense estima que ha acompañado efectivamente a cerca de 180 asociaciones en todo el departamento, logrando la financiación de proyectos productivos que benefician directamente a miles de familias. “Estamos hablando de un promedio de 25 a 30 personas por asociación. Eso significa que hoy hay centenares de hogares que dependen de estos proyectos para subsistir y educar a sus hijos”, explicó.
Su meta, afirma, es ambiciosa, pero alcanzable: lograr que en cada uno de los 64 municipios del departamento existan al menos 20 asociaciones campesinas fortalecidas y acompañadas con recursos de inversión. “Esto no es un proceso de corto plazo, es una tarea que requiere continuidad y apoyo institucional. Pero estoy convencida de que el futuro de Nariño está en el campo y en la fuerza de nuestras mujeres rurales”, afirmó.
Durante la jornada en Puerres, las integrantes de la Asociación Semillas de Poder destacaron el acompañamiento constante de la congresista desde el inicio del proyecto. “Ella estuvo con nosotras cuando apenas estábamos organizándonos, cuando compramos el terreno y nos constituimos legalmente. Nos ha dado ánimo y ha estado presente en cada paso”, dijo una de las lideresas del grupo.
El sueño ahora es consolidar la producción y abrir mercados nacionales e internacionales. “Cuando regrese a Puerres, quiero escuchar que ya estamos exportando arándanos. Esa será una satisfacción inmensa”, afirmó Enríquez.
La representante aprovechó para enviar un mensaje a las instituciones del Estado: “Invito al Gobierno nacional a invertir en el campo, que se está quedando solo y envejecido. Una forma real de mejorar la calidad de vida de nuestros campesinos es destinar recursos a las asociaciones rurales que están listas para trabajar”.

