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Germán Vargas Lleras, exvicepresidente de la república | Foto: SEMANA

ELECCIONES 2018

Vargas Lleras, entre el rechazo de los del Sí y los del No

El exvicepresidente parece más cercano a la coalición de Uribe y Pastrana, pero allí le cobran su silencio en el plebiscito. Se quiere desmarcar de Santos, que lo sigue considerando “fiel y leal amigo”.

17 de octubre de 2017

Las cuatro entrevistas que Germán Vargas Lleras concedió en menos de doce horas agitaron las aguas de la política, de por sí turbulentas. Y no era para menos. El exvicepresidente marcó distancia públicamente frente al Gobierno de Juan Manuel Santos, del que hizo parte siete años, al criticar la implementación de los acuerdos de paz; se acercó a Álvaro Uribe, con quien tuvo gestos de amabilidad; y definió a los que considera sus principales contradictores en la campaña que se avecina, la coalición de izquierda.

Vargas Lleras, que no acostumbra a hablar más de la cuenta a los medios, lo hizo ahora, a siete meses de las elecciones presidenciales, por lo que se puede considerar una estrategia para afrontar la campaña. El exvicepresidente empezó a destapar sus cartas.

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Con sus críticas a la Jurisdicción Especial de Paz, cuya ley está siendo tramitada en el Congreso, Vargas no solo reafirmó su distancia con el Gobierno Santos, sino que empezó a acercarse al uribismo al reclamar modificaciones al acuerdo. De hecho interpretó el reciente fallo de la Corte Constitucional, que blindó el acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc de tres gobiernos, solo como una protección a los principios rectores, no a todo el contenido.

En ese sentido, dio a entender que de llegar a la presidencia haría los correctivos. Criticó de igual manera que las Farc participen en política sin que hayan cumplido sus sanciones, y calificó a los tribunales de la JEP como una nueva justicia que se les impondrá a 48 millones de colombianos. En la entrevista a Noticias Caracol, incluso, fue más directo, al señalar que el objetivo de las Farc era llevar a los estrados al expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez.    

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También coincidió en una denuncia. Vargas Lleras afirmó que en las zonas de reserva campesinas hay actualmente decenas de cubanos capacitando campesinos. Se refirió concretamente a Saravena, en Arauca, y recordó que así empezaron las cosas en Venezuela. Una situación similar había sido denunciada por Uribe hace un año.

También coincidieron en señalar sus adversarios.- Vargas mencionó a Humberto de la Calle, Sergio Fajardo, Claudia López, principalmente. Uribe también los ha venido señalando con nombre propio, como hizo hace dos semanas en su ya célebre discurso en la comuna 13.

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Y se mostró dispuesto a hacer alianzas con todos los sectores y colombianos que vean la estrategia de las Farc de llegar al poder político como un grave riesgo para el país. Dice que están en su derecho, pero que los enfrentará.

Las declaraciones parecían más del jefe de la oposición que del supuesto sucesor de Santos. Pero Vargas también marcó diferencias con la otra orilla, al señalar que no haría trizas el acuerdo de paz. Toda una declaración de que pretende enfrentar la coalición de izquierda, pero también la de la derecha. Sobre el papel caminaría por el centro, pero en un país tan polarizado las posturas medias y casi que calculadas podrían suponer algún riesgo. Ni con los del Sí ni con los del No. El exvicepresidente parece dispuesto a recorrer el camino en solitario, y a quitarles votos a los de ambas orillas.

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Por lo menos las reacciones que generaron sus entrevistas así lo advierten. Nadie le tiró un guiño al exvicepresidente, salvo su antiguo jefe, el presidente Santos, de quien se quiere desmarcar.

El mandatario calificó de “buen amigo y leal” a Vargas Lleras y dijo que compartía sus preocupaciones sobre la JEP, las cuales, dijo Santos, han quedado resueltas. Para muchos, puede haber algo de sarcasmo en ese comentario.  

Por eso el ministro del Interior, Guillermo Rivera, salió a los medios a señalar que la JEP no modificará el régimen de investigación de los jefes de Estado, tal como quedó consagrado en la reforma constitucional que fue aprobada con votos de Cambio Radical; y que el delito de narcotráfico, si ha continuado después del 1 de diciembre del 2016, pasará a la justicia ordinaria, y ningún comprometido gozará de los beneficios de la justicia transicional. “Esa preocupación no tiene asidero en la realidad”.

En la otra orilla, sin embargo, no hubo un solo pronunciamiento de respaldo a las críticas de Vargas Lleras a la implementación de la paz. Lo que hubo fueron reacciones en contra de que hubiera permanecido en el Gobierno a pesar de sus observaciones.

Uribe, que la semana pasada dejó la puerta abierta a cualquier acercamiento con Vargas Lleras, no le gustó la referencia del exvicepresidente a que “no haría trizas” el acuerdo de paz. “No es cierto que yo haya propuesto eso”, respondió Uribe.

Alejandro Ordóñez, quien también aspira a la candidatura de la coalición del No, dijo que las críticas de Vargas Lleras a la JEP ya se habían hecho hace más de un año, pero que en ese momento el entonces vicepresidente guardó silencio.

“Si Vargas pensaba lo que dice pues habría debido votar por el no, y actuar. Se mantuvo silente, apoyo los acuerdos, avaló los acuerdos, votó por el sí, votó por la refrendación, por la implementación. Las mismas razones que dio las dijimos por varios años, y es un silencio que lo hace corresponsable. Si como vicepresidente hubiera hecho un guiño en ese sentido, hoy no estaríamos sufriendo. Fue mucho más coherente Humberto de la Calle con Ernesto Samper, o Angelino Garzón con Santos”, dijo Ordóñez a SEMANA.

Iván Duque, senador  y precandidato del Centro Democrático, también calificó a Vargas de “incoherente”, y consideró que la ciudadanía se lo cobraría en las urnas. “Vargas cuestiona el acuerdo de paz pero su partido y él apoyaron todos los actos legislativos. Sale a cuestionar pero nunca lo dijo públicamente. Me parece mal que quienes permitieron ese desastre ahora salgan a hacerle oposición al Gobierno. Vargas trata de quitarse el legado de haber sido coequipero del gobierno Santos”, dijo en RCN Radio.

Si hay algo que los uribistas le cobran a Vargas Lleras es precisamente que hubiera hecho un multitudinario acto de campaña por el Sí en el plebiscito en Barranquilla, y que hubiera salido a rodear al presidente (como le correspondía) tras los resultados que le dieron la victoria al No. Ahora creen que es una estrategia política.

Hace unos meses el senador José Obdulio Gaviria le dijo a SEMANA que si Vargas Lleras quería el apoyo del uribismo debía hacer un acto de contrición. Para ellos, al parecer, las declaraciones del exvicepresidente no son suficientes.

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Vargas Lleras también anunció que esta misma semana le informarían que ya se habrían recogido más de dos millones de firmas para inscribir su candidatura. En ese sentido estaría en el tarjetón pero ante un panorama nada fácil en primera vuelta, pues podría ir en solitario frente a dos coaliciones, la que apoyó el No en el plebiscito y la que defendió el Sí. Su estrategia será quitarle votos a ambos, pero en un país quie quedó polarizado después del 2 de octubre del 2016, no se advierte tarea sencilla sacar la cara en medio de las dos orillas.