Es también el resultado de la amistad y el buen gusto de dos italianos que después de quedar enamorados de los sabores y los ingredientes de la cocina típica colombiana, decidieron darle a la ciudad de la eterna primavera un pequeño rincón dedicado a la pasta y el buen vino.
El nombre fue inspirado en un local muy pintoresco ubicado en la Piazza Del Popolo, en Roma, durante una conversación con el poeta, escritor y sibarita Ugo Leéis, quien propuso la palabra ‘volare’, para bautizar a este local, después de decir que “Italia es arte, pasión, buen vivir, comida y sensaciones; pero sobre todo, es música”; describiendo su encanto como una experiencia para todos los sentidos.
En Volare todo es italiano, desde la decoración y la música, hasta la carta, compuesta por más de 57 propuestas con recetas auténticas, platos de la cocina tradicional y sabores contemporáneos que recrean un menú exquisito, elaborado por el chef John Herrera Profeta.
Los platos de la carta son más que todo risottos, pastas cortas y largas, lasaña y ossobuco, todos elaborados de manera artesanal para terminar en un horno de leña y salir con la frescura y consistencia necesarias para que comer se convierta en un placer.
La entrada recomendada es el trío di arancini, una preparación a base de croquetas de arroz rellenas de langostinos en mantequilla de vino, ragú de cerdo, queso provolone y un toque picante. Le sigue como plato fuerte el linguini salteado con camarones y calabacines; y para terminar, de postre una panna cotta típica del Piamonte, elaborada con crema de leche, azúcar y gelatina.
Baco, el dios del vino en la mitología romana, vive y disfruta de su poder en la cava de Volare, que cuenta con más de 600 botellas y 500 etiquetas del Nuevo y Viejo Mundo, ideales para maridar y disfrutar de una velada inolvidable.










