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Janeth Martínez: en búsqueda permanente de oportunidades de negocio

A cambio de su conocimiento, pudo hacerse socia de dos empresas de transporte de carga. Su último emprendimiento busca cambiar la forma en que nos relacionamos con las mascotas.

Redacción Semana
2 de septiembre de 2025

Su trayectoria como empresaria comenzó luego de un divorcio y con tres hijos a cuestas. “Me casé muy joven y pronto me convertí en mamá. Le aposté todo a construir una familia y puse en un segundo plano la parte profesional. Cuando me separé, no tuve otra opción que asumir el reto de generar ingresos”, relata.

Tras varios años en una compañía de seguros, renunció porque le cambiaron las condiciones. Entonces creó su propia comercializadora de pólizas, con operaciones en Bogotá y los departamentos vecinos. Sin embargo, la presión económica de tener que responder por su hogar no le permitió esperar el tiempo necesario para que el negocio madurara. Se fue entonces a la Asociación Nacional de Transportadores de Carga, que le pidió crear una gerencia de riesgo para centralizar los seguros de sus afiliados.

Poco después la buscaron para estructurar el área de carga de una organización que estaba incursionando en este sector. “Lo que comenzó como una consultoría se convirtió en una oferta para gerenciar. Acepté con la condición de ser socia”. Con ese fin, fundó Broker de Logística y Transporte, que hoy emplea a diez personas directamente y a otras 300 de manera indirecta. El acuerdo entre ambas firmas funcionó hasta que llegó la pandemia y sus socios quisieron modificar lo pactado. “Rechacé la propuesta, disolví la alianza y me fui a buscar nuevos clientes y oportunidades”, dice. Sin embargo, siguió siendo la CEO.

En un movimiento similar al anterior, ofreció su experiencia y capacidad de trabajo a cambio de la mitad de Transnacional de Carga, una compañía que en solo dos años pasó de facturar 100 a 7.000 millones de pesos. Hoy está alrededor de los 10.000 millones anuales.

Su iniciativa más reciente es Kahu, un espacio de 6.000 metros cuadrados en Chía, Cundinamarca. Allí ofrece servicios de guardería y entrenamiento para mascotas, así como refugio para animales rescatados en busca de adopción. “Es la base de un proyecto más grande, que busca aumentar la responsabilidad de la sociedad con respecto al bienestar animal. Queremos interactuar con prestadores de servicios, entidades del Gobierno y comunidades mediante charlas, talleres y certificaciones, para mejorar la manera como nos relacionamos con estos nuevos miembros de las familias”.

Por ahora, es una inversión que Martínez espera que empiece a dar frutos en un par de años. Mientras tanto, se dedica a mantener sus otros negocios en la senda del crecimiento y sigue atenta a nuevas posibilidades. “Uno debe soñar en grande. Quisiera servir como inspiración para que otros crean lo mismo”.

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