Turismo
El encantador pueblo de calles empedradas que enamora en Boyacá, un histórico destino de casas coloniales y bellos paisajes
Este es uno de los destinos turísticos que más llaman la atención en este departamento.

Boyacá es un destino imperdible para ir de vacaciones. Es un departamento con una gran riqueza cultural y de naturaleza en donde los viajeros tienen diversidad de planes para hacer.
Uno de los grandes encantos que ofrece este departamento es que cuenta con una importante cantidad de pueblos en los que se aprecia su arquitectura colonial, que habla de la historia y la identidad cultural de Colombia.
Muchos de ellos mantienen sus calles empedradas, casas de teja roja y fachadas blancas que son características del periodo colonial y de la época de la independencia, convirtiéndose en testimonio vivo del pasado.
Además de su valor histórico, estos pueblos son centros de tradición, artesanía y turismo cultural. En la lista de opciones para visitar se encuentra Iza, un pequeño y encantador municipio de la provincia de Sugamuxi.
Fue declarado Bien de Interés Cultural del ámbito nacional en el año 2002; y es reconocido por su gran contenido histórico, arqueológico, arquitectónico, natural, religioso y costumbrista.

Este histórico lugar les ofrece a los habitantes y turistas una temperatura que oscila entre los 15 y 18 grados centígrados, se encuentra a 13 kilómetros de Sogamoso y a 90 de Tunja.
Se dice que en este mágico pueblo boyacense, que hace parte de la iniciativa “pueblos que enamoran” del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Fondo Nacional de Turismo (Fontur), cuenta en cada calle una historia y su arquitectura colonial encanta a quienes deciden visitarlo.
En Iza se pueden apreciar las tradiciones a través de sus artesanías y gastronomía, preservando así la memoria ancestral, orgullo de esta tierra.
Atractivos turísticos
Uno de los grandes atractivos de este lugar son sus aguas termales naturales que, se dice, ofrecen propiedades curativas y relajantes, por lo que son ideales para dejar atrás el estrés, mientras se contemplan los paisajes del ‘Nido verde’, como es apodado este municipio.

Sin duda, caminar el centro histórico es un plan para no perderse, pues es una experiencia que invita a disfrutar de la arquitectura colonial, sus monumentos que hacen Homenaje a personajes ilustres y de la cultura popular Izana, con murales que representan la memoria y legado ancestral y sus tradiciones.
Allí se encuentra el Templo del Divino Salvador, construido en 1.678 en adobe y teja de barro. Actualmente, se conservan las pilas bautismales, el pulpito y el altar mayor. Sin embargo, en una remodelación realizada entre 1937 y 1940, la altura de la nave central se eleva en ladrillo recocido sobre los muros de adobe y se antepone la fachada neoclásica en imitación piedra.
A esto se suma su rica gastronomía y la amplia oferta de postres. Los amantes de estas ricuras pueden deleitarse con un festín de sabores locales, desde dulces tradicionales hasta platos muy típicos de esta zona del país.