Vida moderna
Acciones para prevenir la hipertensión o tensión arterial alta
Esta enfermedad se caracteriza por no presentar síntomas sino hasta cuando está avanzada.
La hipertensión, que consiste en la presión arterial alta, es una afección que pone en riesgo la salud de las personas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud “es una de las causas principales de muerte prematura en el mundo”.
Aunque existen tratamientos médicos para combatirla, lo ideal es evitar padecerla. Para prevenirla es clave tener un estilo de vida saludable. Los expertos de Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señalan algunas acciones que contribuyen a la prevención de la hipertensión:
- Tener una dieta equilibrada es clave para evitar la presión arterial alta. Limitar la ingesta de sal e incrementar el potasio.
- Ejercitarse regularmente. La actividad física tiene múltiples beneficios para la salud, dentro de los cuales se destaca que ayuda a tener un peso saludable y a bajar la presión arterial. No es necesario acudir a un centro deportivo para ejercitarse, ya que caminar, manejar bicicleta o practicar un deporte cuentan como actividad física.
- Uno de los factores que incrementa el riesgo de tener hipertensión es la obesidad y el sobrepeso. Por eso, es importante tener un estilo de vida que contribuya a tener un peso sano, teniendo en cuenta las necesidades individuales de cada persona.
- Moderar el consumo de alcohol es otra de las recomendaciones de la Biblioteca. Además de tener efectos negativos en la salud, añade más calorías a la dieta, incrementa el peso y puede aumentar la presión arterial.
- No fumar cigarrillos ya que, además de incrementar el riesgo de hipertensión, también incrementa el riesgo de un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular.
- Controlar el estrés es otra de las claves para prevenir la presión arterial alta. “Las técnicas de manejo del estrés incluyen hacer ejercicio, escuchar música, concentrarse en algo tranquilo o sereno y meditar”, apunta Medline Plus.
Medicamentos para la hipertensión
Los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explican cuáles son los medicamentos que suelen recetar los doctores para tratar la hipertensión. Cabe aclarar que solo pueden ser tomados bajo receta médica.
- Diuréticos: este tipo de medicamento ayuda a eliminar el sodio y el agua que hay en el cuerpo humano. Son los más utilizados en el tratamiento de la hipertensión. “Un efecto secundario común de los diuréticos es el aumento de la micción. Orinar mucho puede reducir los niveles de potasio. Tener un buen equilibrio de potasio es necesario para ayudar al corazón a latir correctamente”, indica Mayo Clinic. En caso de presentar este efecto secundario se debe consultar al doctor.
- Bloqueadores de los canales de calcio: ayudan a relajar los músculos de las paredes de los vasos sanguíneos. De acuerdo con la entidad de salud este tipo de medicamentos pueden ser más efectivos en personas mayores y de piel negra que los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina solos.
- Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina: este medicamento, al igual que el anterior, ayudan a relajar los músculos del las paredes de los vasos sanguíneos.
- Antagonistas de receptores de angiotensina II (ARA-II): además de relajar los vasos sanguíneos, bloquean la acción de una sustancia química natural que causa el estrechamiento de los vasos sanguíneos.
EEs importante seguir rigurosamente las instrucciones del doctor respecto a la medicación. Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos explica que los medicamentos para tratar la hipertensión pueden causar efectos secundarios, que con el tiempo pueden desaparecer. En caso de que persistan por mucho tiempo, se debe consultar al doctor que sigue el tratamiento.
Tendencias
Los efectos secundarios incluyen:
- Tos
- Diarrea o estreñimiento
- Vértigo o mareo leve
- Problemas de erección
- Sentirse nervioso
- Sentirse cansado, débil, soñoliento o con falta de energía
- Dolor de cabeza
- Náuseas o vómitos
- Erupción cutánea
- Pérdida o aumento de peso sin proponérselo