Los cálculos de calcio son los más comunes que afectan a los riñones. Foto: Getty Images.
El tratamiento de los cálculos renales varía en función del tipo de cálculo y de la causa. | Foto: Foto: Getty Images.

Vida Moderna

Cálculos renales: la hierba rompepiedras que ayuda a eliminarlos

La mayoría de las piedras renales se eliminan del cuerpo sin ayuda médica.

27 de octubre de 2022

Una piedra o un cálculo renal es una pieza sólida de material que se forma en el riñón debido a sustancias presentes en la orina, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que un cálculo renal no suele causar síntomas hasta que comienza a desplazarse por el riñón o pasa a uno de los uréteres y los síntomas pueden ser:

  • Dolor punzante e intenso en los costados y la espalda, debajo de las costillas.
  • Dolor que se propaga hacia la parte baja del abdomen y la ingle.

Otros signos y síntomas pueden incluir los siguientes:

  • Orina de color rosado, rojo o marrón.
  • Orina turbia o con olor desagradable.
  • Necesidad constante de orinar, necesidad de orinar con mayor frecuencia u orinar en pequeñas cantidades.
  • Náuseas y vómitos.
  • Fiebre y escalofríos si existe una infección.

Asimismo, la entidad sin ánimo de lucro también explicó que existen cuatro tipos de cálculos:

  • Cálculos de calcio. La mayoría de los cálculos renales son de calcio, suelen producirse en forma de oxalato de calcio. El oxalato es una sustancia que produce el hígado diariamente o que se obtiene en la alimentación. Ciertas frutas y verduras, así como los frutos secos y el chocolate, tienen un alto contenido de oxalato. Los factores alimenticios, las altas dosis de vitamina D, la cirugía de baipás intestinal y varios trastornos metabólicos pueden aumentar la concentración de calcio u oxalato en la orina. Los cálculos de calcio también se pueden producir en forma de fosfato de calcio. Este tipo de cálculo es más común en trastornos metabólicos, como la acidosis tubular renal. También puede estar asociado con ciertos medicamentos utilizados para tratar las migrañas o las convulsiones, como el topiramato (Topamax, Trokendi XR, Qudexy XR).
  • Cálculos de estruvita. Los cálculos de estruvita se forman a partir de una infección de las vías urinarias. Estos cálculos pueden crecer rápidamente y volverse bastante grandes, a veces, con muy pocos síntomas o pequeñas advertencias
  • Cálculos de ácido úrico. Los cálculos de ácido úrico se pueden formar en personas que pierden demasiado líquido debido a la diarrea crónica o a la malabsorción, en aquellos que llevan una dieta rica en proteínas y en aquellos con diabetes o síndrome metabólico. Ciertos factores genéticos también pueden aumentar el riesgo de presentar cálculos de ácido úrico.
  • Cálculos de cistina. Estos cálculos se forman en personas con un trastorno hereditario llamado cistinuria que hace que los riñones excreten un aminoácido específico en grandes cantidades.

No obstante, la biblioteca señaló que la mayoría de las piedras renales se eliminan del cuerpo sin ayuda médica y por ello, el portal Mejor con Salud reveló que la hierba rompepiedras ayuda a eliminarlos, pues según el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde, “algunos estudios sugieren que su consumo podría intervenir en la formación de los cálculos, inhibiendo su crecimiento y facilitando su eliminación a través de la orina”.

Sobre el consumo, el portal portugués explicó que “la hierba posee un sabor amargo al inicio, pero luego se va suavizando y las formas en que puede utilizarse son:

  • Infusión: 20 a 30 g por litro. Tomar 1 a 2 tazas por día;
  • Decocción: 10 a 20 g por litro. Tomar 2 a 3 tazas por día;
  • Extracto seco: 350 mg hasta 3 veces al día;
  • Polvo: 0,5 a 2 g por día;
  • Tintura: 10 a 20 ml, divido en 2 o 3 dosis diarias, diluidas en un poco de agua”.

De todos modos, antes de consumir alguna planta medicinal lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.