SALUD
Cinco beneficios para la salud del consumo habitual de la flor de jamaica
Entre las propiedades de esta planta destacan las vitaminas A, C y B1, y minerales como hierro, fósforo y calcio.

La flor de jamaica, también llamada hibisco y conocida con el nombre científico (Hibiscus sabdariffa), es una planta medicinal que se caracteriza por ser rica en antocianinas, un compuesto que le da su coloración roja.
Gracias a la vitamina C, esta flor ayuda prevenir el envejecimiento prematuro, también combate infecciones respiratorias, la anemia y la fatiga. El té de jamaica ayuda a conciliar el sueño y a reducir problemas de insomnio, además de que posee propiedades diuréticas, por lo que estimula la limpieza de los riñones y la reducción de toxinas del hígado.
Históricamente, el té de esta planta se ha utilizado en países africanos para disminuir la temperatura corporal, tratar enfermedades cardíacas y aliviar el dolor de garganta. En Irán, es una bebida que se usa para tratar la presión arterial alta, que es precisamente uno de los beneficios que se le atribuyen. Estos son los más estudiados:
Baja la presión arterial
El portal de salud Tua Saúde indica que esta planta podría ayudar a prevenir y controlar la hipertensión arterial leve y moderada, pues favorece el relajamiento de los vasos sanguíneos. “Se cree que este efecto podría deberse a su contenido de antocianinas, a sus propiedades antioxidantes y a su efecto diurético”, informa este sitio web.
Un estudio de 2010 publicado en el Journal of Nutrition encontró que consumir té de hibisco redujo la presión arterial en personas con riesgo de presión arterial alta y aquellas con presión arterial levemente alta. Los participantes de la investigación consumieron tres porciones de 8 onzas de té de hibisco al día durante seis semanas, evidenciando una reducción significativa en su presión arterial sistólica.

Tua Saúde asegura que algunos estudios científicos parecen indicar que la ingesta regular de hibisco podría ejercer un efecto similar al de algunos medicamentos antihipertensivos, como el captopril, por ejemplo. No obstante, no debe sustituir el tratamiento médico indicado, pues se necesitan más análisis científicos que lo avalen.
Aliada del colesterol bueno
Además de favorecer la disminución de la presión arterial, la flor de jamaica también podría ayudar a disminuir el colesterol “malo” LDL y los triglicéridos e, incluso, aumentar el colesterol “bueno” HDL. Esto podría deberse a que ocurre una supresión en la síntesis de ácidos grasos en el hígado, favorece la quema de grasas en el organismo y disminuye la absorción de los triglicéridos a nivel intestinal.
El portal Healthline cita un estudio realizado en 2011 en el que se compararon los resultados del consumo de hibisco versus té negro sobre los niveles de colesterol. Noventa personas con presión arterial alta consumieron hibisco o té negro dos veces al día. Después de 30 días, ninguno de los grupos tuvo cambios significativos en sus niveles de colesterol LDL o “malo”, pero sí tuvieron aumentos significativos en sus niveles de colesterol total y HDL o “bueno”.
Regula el azúcar en la sangre
Por otro lado, la flor de jamaica podría ayudar a regular el azúcar en la sangre, debido a que podría inhibir la actividad de algunas enzimas pancreáticas e intestinales que se encargan de la digestión de los carbohidratos en el intestino delgado, evitando así picos de glucemia y una excreción excesiva de insulina, asegura el portal Tua Saúde.
Favorece la pérdida de peso
Gracias a su contenido de polifenoles, principalmente antocianinas, flavonoides y otros compuestos fenólicos, como el galoil, el ácido clorogénico, la quercetina y el ácido cafeico, el consumo regular de flor de jamaica podría favorecer la pérdida de peso y prevenir la obesidad.

Se cree que este efecto puede deberse a que ayuda a regular el azúcar en la sangre, disminuye la absorción de los carbohidratos a nivel intestinal y mejora el metabolismo de las grasas en el organismo.
Propiedades antioxidantes
Esta planta posee propiedades antioxidantes gracias a que es rica en polifenoles, principalmente antocianinas, que inhiben el estrés oxidativo y evitan la formación de los radicales libres, así como el daño que estos puedan causar a las células, previniendo así el envejecimiento prematuro, el surgimiento de enfermedades crónicas e incluso el cáncer.