La hepatitis alcohólica se presenta pro el excesivo consumo de licor.
La hepatitis alcohólica se presenta pro el excesivo consumo de licor. | Foto: Getty Images/iStockphoto

SALUD

¿Cómo saber si el hígado está dañado por consumir tanto alcohol?

La coloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos pueden ser señales de una hepatitis alcohólica. Estos son todos los indicios.

22 de octubre de 2021

Una de las afecciones que impactan al hígado es la hepatitis alcohólica, que se refleja en la inflamación de este órgano como consecuencia del excesivo consumo de licor.

Es común que se presente en personas que beben trago en abundancia durante muchos años. “Sin embargo, la relación entre la bebida y la hepatitis alcohólica es compleja. No todos los bebedores empedernidos desarrollan hepatitis alcohólica, y la enfermedad puede presentarse en personas que beben moderadamente”, explica un artículo de Mayo Clinic.

El signo más común de la hepatitis alcohólica es la coloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos, que es conocida como ictericia. No obstante, hay otros síntomas que podrían indicar que una persona tiene su hígado afectado y entre ellos están: la pérdida de apetito, náuseas y vómitos, sensibilidad abdominal, fiebre y fatiga y debilidad.

La desnutrición es común en personas con hepatitis alcohólica. Ingerir grandes cantidades de alcohol suprime el apetito, y los bebedores empedernidos obtienen la mayoría de las calorías en forma de alcohol”, precisa Mayo Clinic.

A las anteriores señales de que algo puede estar ocurriendo con el hígado, se suman otras que resultan más graves y están relacionadas con la acumulación de líquido en el abdomen, que se conoce como ascitis; confusión y cambios en el comportamiento debido a la acumulación de toxinas que el hígado suele destruir o eliminar e insuficiencia renal y hepática.

Cerca del 3 % de la población mundial tiene hepatitis C y unas 500.000 mueren cada año por complicaciones en el hígado derivadas de esta infección. | Foto: Tomado de video

Sin embargo, la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos indica que también puede haber ocasiones en las que no se presentan síntomas o estos se evidencian de manera lenta. Esto depende de qué tan bien esté funcionando el hígado.

¿Cuánto alcohol se puede consumir?

Los especialistas de esta institución médica consideran que un factor a tener en cuenta es el tiempo de consumo. “Como orientación, se considera que debe consumirse excesiva cantidad de alcohol al menos durante 5 años para que se produzca daño hepático grave. No todas las personas que consumen alcohol en cantidad excesiva desarrollan enfermedad hepática grave. Hay un componente de susceptibilidad individual, aún no identificable, que hace que con la misma ingestión de alcohol unas personas desarrollen cirrosis y otras solamente esteatosis”, argumenta un artículo de esta entidad en su página web.

Mayo Clinic asegura que no está claro de qué manera el alcohol daña el hígado ni por qué lo hace solamente en algunos bebedores empedernidos, pero puede haber algunos factores que inciden

Por ejemplo, el proceso del cuerpo para descomponer el alcohol produce químicos altamente tóxicos. Estos químicos activan la inflamación que destruye las células del hígado y con el tiempo, las cicatrices reemplazan el tejido hepático sano, e interfieren con la función hepática. Esta cicatrización irreversible (cirrosis) es la etapa final de la enfermedad hepática alcohólica.

Las personas que consumen mucho alcohol tienen el riesgo de afectar el hígado. Foto: Reuters | Foto: Reuters

La desnutrición también puede incidir. Generalmente las personas que beben mucho están desnutridas porque comen mal o porque el alcohol y sus derivados impiden que el cuerpo absorba adecuadamente los nutrientes. La falta de nutrientes contribuye al daño de las células hepáticas.

Factores de riesgo

El mayor factor de riesgo para la hepatitis alcohólica es la cantidad de alcohol que la persona consume. Sin embargo, la hepatitis alcohólica puede ocurrir entre quienes beben menos y tienen otros factores de riesgo como, por ejemplo, el sexo. Las mujeres parecen presentar mayor riesgo de desarrollar hepatitis alcohólica; esto puede deberse a las diferencias en la manera en que su organismo procesa el alcohol.

La obesidad es otro factor de riesgo. Los bebedores empedernidos con sobrepeso tienen más probabilidades de desarrollar hepatitis alcohólica y de avanzar a una cirrosis. Los aspectos genéticos y la etnia y raza también tener alguna incidencia.

Frente a esta realidad, la recomendación de los expertos es que siempre el consumo de alcohol se haga con moderación y si es posible evitarlo, aún mejor.