Atrévase a preguntarles a quien más ama y a quienes tiene más cerca, que lo describan con sus defectos y virtudes, revise en qué áreas de su vida debe practicar la higiene espiritual, pues sabio es quien trabaja en sí mismo para procurar el bienestar de quienes lo rodean y así mantenerse imperturbable. | Foto: Istock

VIDA MODERNA

¿De qué se trata la higiene espiritual?

Reflexione en un momento de quietud interior, sobre sus resentimientos, recuerdos dolorosos, sentimientos de culpa, las personas a quienes debe perdonar y los perdones que debe pedir. Este es el primer paso que debe dar para purificar su alma y liberarla de toda la basura emocional acumulada.

Paula López*
11 de septiembre de 2019

En mi libro ‘Tu alma, una joya para pulir’ hablo de la importancia de llevar a cabo de modo profundo una higiene espiritual cotidiana; para este ejercicio es fundamental hacer un scanner del alma para ver cómo está en su interior, pues es lo que sale del interior de los hombres lo que contamina al mundo.

Mateo en un sabio pasaje bíblico nos hace la siguiente reflexión:

“Lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, hurtos, falsos testimonios, blasfemias…”.

Lucas, también comparte este sabio pensamiento:

“El buen hombre del buen tesoro de su corazón saca bien; y el mal hombre del mal tesoro de su corazón saca mal; porque de la abundancia del corazón habla su boca”.

Imagine por un instante. ¿Qué pasaría con su cuerpo si usted no se bañara por una semana, un mes, un año?, si usted no lavara sus dientes, su pelo, no cortara sus uñas y no practicara su higiene corporal diariamente; ¿cómo sería su olor destilado? ¿qué aspecto tendría? ¿cómo cree que lo percibirían las personas que se acercaran a relacionarse con usted?

De igual modo pasa con su alma, que es su cuerpo sagrado intangible que también necesita ser purificado, aseado, limpiado, pues de no hacerlo, también como sucede en su dimensión biológica, su dimensión espiritual se llenará de toxinas y todo tipo de suciedades.

Traiga a su mente cómo percibe usted aquellas personas que son tóxicas, que destilan mal humor, agresividad, irascibilidad, insoportabilidad y que de alguna manera siempre tienen la escopeta cargada cuando se relacionan con los demás.

Estas son el tipo de personas que durante años han ido acumulando dolores, rabias, resentimientos, frustraciones, rencores y que cubren sus heridas activas con la máscara de la agresividad, la dureza, la insensibilidad; sin embargo necesitan en su interior una profunda desintoxicación emocional, pues de no hacerlo, pueden desembocar en dos situaciones:

1. El cuerpo comenzara a somatizar tantas toxinas emocionales, desencadenando enfermedades físicas o emocionales como lo son el cáncer, enfermedades digestivas, musculares, la depresión y la ansiedad, entre otros…

La enfermedad es el desequilibrio interior, que se expresa como un profundo grito del alma para avisarnos que no se encuentra bien y que debemos pausar nuestra vida, para apelar a la quietud y a la reflexión.

2. Su carácter se va tornando tan tóxico y dañino, que destila una especie de energía que hace corto circuito con aquellas almas que sí están en paz, de este modo las repele, las espanta y termina por auto desterrarse a la soledad.

¡Nadie quiere vivir con una persona que no practica su higiene corporal y apesta! Tampoco nadie quiere vivir con una persona que no practica su higiene espiritual y destila todo tipo de toxinas emocionales que intoxican y contaminan sus relaciones emocionales y sociales.

¿Cómo está su alma hoy? ¿cada cuánto se lava usted el cuerpo y los dientes? ¿cada cuánto se lava el alma?

¡Haga entonces una limpieza de su alma y elimine todo aquello que no la deje brillar!

Le obsequio mis meditaciones espirituales para esta práctica, encuéntrelas en mi canal de YouTube Paula López, también las hallará en los códigos QR que se pueden escanear dentro de mi libro, de este modo libere su alma…

Mi píldora para el alma esta semana:

Atrévase a preguntarles a quien más ama y a quienes tiene más cerca, que lo describan con sus defectos y virtudes, revise en qué áreas de su vida debe practicar la higiene espiritual, pues sabio es quien trabaja en sí mismo para procurar el bienestar de quienes lo rodean y así mantenerse imperturbable.