VIDA MODERNA
¿Cuál es el daño que causan los audífonos a su salud?
Estudios señalan que existe el riesgo de perder la audición y sufrir de tinnitus cuando se escucha música a muy alto volumen con auriculares.

La mayoría de las personas acostumbran a escuchar música con audífonos a un elevado volumen cuando van en el transporte público o cuando realizan sus actividades en la oficina. Esta es una práctica generalizada que los expone a riesgos de daño auditivo prematuro, según advierten algunos especialistas.
Los efectos en el oído se acumulan y pasan factura a largo plazo a los que también frecuentan sitios donde el ruido es elevado, como las discotecas o los conciertos.
Cifras de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello alertan que la mitad de los jóvenes españoles de entre 12 y 35 años se expone significativamente y de manera continua a niveles de ruido excesivos y dañinos, usando sobre todo, audífonos.
La revista de salud Saber Vivir ofrece algunas recomendaciones para las personas que se exponen a altos decibeles de sonido usando auriculares.
La doctora María José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, explica que lo principal es ajustar el límite del volumen en los aparatos, ya que de acuerdo con la legislación de la Unión Europea se establece que todos los reproductores personales de música que se venden en la UE, incluidos los teléfonos móviles que reproducen música, deben tener un límite estándar de salida de sonido de 85 decibeles automático con el encendido.
Advierte Lavilla que el usuario puede incrementar estos niveles hasta un máximo de 100 decibeles, pero en este caso, debe aparecer un aviso sobre los riesgos de su uso por encima de los niveles de seguridad cada 20 horas. Es decir, que el aparato avisa que se está ante un rango peligroso, pero al final es la persona la que decide voluntariamente si se cuida o asume el riesgo con un volumen alto.
Otra recomendación importante es reducir el tiempo de uso de los auriculares. El volumen no es el único factor que se debe tener en cuenta a la hora de proteger los oídos. La especialista Lavilla dice que a partir de un nivel de 80 decibeles, por cada 3 decibeles que se aumente el sonido hay que reducir el tiempo de exposición a la mitad.
Si usted es de las personas que va con los audífonos puestos a todas partes, tenga en cuenta los siguientes límites de tiempo para no poner en riesgo la salud auditiva:
- A 80 decibeles, máximo 8 horas al día.
- A 83 decibeles, 4 horas al día.
- A 86 decibeles, 2 horas al día.
- A 89 decibeles, no más de una hora al día.
Los riesgos para los oídos se disparan cuando se tiene un volumen de 95 decibeles, lo cual es aconsejable solo 15 minutos al día. Y si la persona escucha música a 104 decibeles el tiempo recomendado no es más de dos minutos al día.
Según un estudio de 2012 llevado a cabo en la Universidad de Leicester, Inglaterra, incrementar el volumen de los auriculares o escuchar ruidos altos daña la capa que recubre las células nerviosas que se encargan de transmitir las señales de sonido al cerebro. Este daño puede conducir a la sordera temporal, pero la exposición repetida a sonidos altos puede causar sordera permanente. El estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), observó por primera vez el daño a nivel celular que causa el volumen alto.
La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) también alerta que la exposición continua de los jóvenes a niveles de ruidos excesivos, tanto por escuchar música con auriculares como por asistir a conciertos con música muy alta, está provocando que se esté adelantando unos 20 años la aparición de pérdida auditiva asociada a la edad. Esto quiere decir, según explican los expertos, que personas de 40 años están sufriendo trastornos auditivos que hasta ahora eran típicos de personas mayores de 60 años.
Además de la pérdida de audición, se generan estos otros problemas:
- Acúfenos o tinnitus: Aparecen zumbidos o pitidos sin que haya un origen aparente o una fuente externa que los provoque.
- Hiperacusia o algiacusia: Es mayor la sensibilidad a los sonidos ambientales, y pueden llegar a ser molestos, dolorosos o insoportables.
- Fatiga auditiva: Es una disminución temporal de la audición.
- Cefaleas, vértigos, insomnio: Produce irritabilidad y disminución de la atención o la memoria.