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El viaje de Carol

Una niña aprende a vivir, en la vieja España, a pesar de los horrores de la guerra. **1/2

11 de diciembre de 1980

Año de producción: 2002
Dirección: Imanol Uribe
Actores: Clara Lago, Juan José Ballesta, Álvaro de Luna

Ya es demasiado chantaje. Uno baja sus estándares, acepta con la mano en el corazón, por enésima vez (ya vimos Secretos del corazón y La lengua de las mariposas), la premisa "niñito es testigo inocente de los horrores de la guerra civil española", pero hay un momento en el que no soporta más que los realizadores de El viaje de Carol manipulen todos los elementos de la historia de esa manera. Cuando las muertes no son necesarias dentro de su trama, cuando se siente que se sacrifican protagonistas para no perder la atención del público y que los personajes secundarios están ahí para conseguir emociones fáciles (en síntesis: cuando, sin tratarse de una historia de la vida real, todo les sale mal a las mujeres y los hombres de la narración), algo está fallando en la composición de una película. Si no fuera por la actuación de los niños Clara Lago y Juan José Ballesta, que entregan a sus papeles hasta el último resto de energía, y por el buen oficio del realizador Imanol Uribe, podríamos sentirnos estafados.

Puede asegurarse, en fin, que El viaje de Carol vuelve sobre terrenos explorados hasta la saciedad sin propuestas nuevas a la vista. Pero no se puede decir que se trate de una mala película. Consigue contar, bajo la parafernalia política y gracias a cierto tono de fábula, una bonita historia de amor: la de Carol, una niña arrogante que viaja con su madre desde Estados Unidos hasta España justo cuando la guerra ha comenzado, y Tomiche, un niño humilde que, acosado por aquella época sombría, trata de no bajarse de su bicicleta.