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Ryan Reynolds y Rosario Dawson protagonizan este thriller de Atom Egoyan, uno de los símbolos del cine independiente.

CINE

La cautiva

Esta película de misterio, dirigida por Atom Egoyan, desordena temporalmente las repercusiones de la desaparición de una niña sin motivo aparente.**½

Manuel Kalmanovitz G.
4 de abril de 2015

Título original: The Captive
País: Canadá
Año: 2014
Director: Atom Egoyan
Guion: Atom Egoyan
Actores: Ryan Reynolds, Rosario Dawson, Scott Speedman
Duración: 112 min

Es un misterio lo sucedido con la carrera del director canadiense Atom Egoyan, quien, después de haber hecho algunas de las películas icónicas de los noventa —entre ellas Exótica (1994) y El dulce porvenir (1997)—, ha terminado haciendo cosas como esta, que parecen pensadas para ser vistas en la televisión, interrumpidas por propagandas de tapetes y aparatos chinos para rascar la espalda. El paso del formato majestuoso y épico a los escenarios pequeños no le ha sentado nada bien.

Quizás el auge de internet haya hecho que su interés por los saltos en el tiempo y por contar historias en órdenes no lineales, que resultaba sorprendente e inquietante hace un par de décadas, ahora ni sorprenda ni inquiete. La tarea del espectador de reorganizar lo que la película ha desordenado superficialmente tiene el mismo encanto de separar dos barajas tras una partida interminable de cartas: un escollo más antes de irse a descansar.

La cautiva hace un repaso por el terreno recorrido por Prisioneros, otra película dirigida por un canadiense estrenada en el país el año pasado, que mostraba el choque entre el padre de una niña desaparecida y el policía encargado de buscarla. Pero la película de Egoyan sucede a lo largo de ocho años, en vez de los días y horas siguientes a la desaparición, una decisión que no realza la angustia de la familia sino que le resta intensidad.

Dividido en cuatro momentos intercalados sin orden aparente, La cautiva tiene lugar en 2005, cuando una niña de 9 años es raptada del carro de su padre que ha salido a comprar un pastel, y desarrollos posteriores en 2011, 2012 y 2013.

Además de la variedad de tiempos, la película sigue a media docena de personajes: la muchacha, su tenebroso secuestrador, sus padres incapacitados por la pena y dos policías de un escuadrón especial dedicado a resolver casos de niños perdidos que monitorea una tenebrosa red de explotación sexual infantil.

Algunas de las preocupaciones temáticas que Egoyan había explorado antes reaparecen pero sin mucha vida y, quizás por eso, resultan inquietantemente repulsivas: la sexualización de jovencitas, la tensión entre exhibicionismo y voyerismo, y el rol de las nuevas tecnologías para alimentar esas compulsiones de ver y ser visto.

El Egoyan de antaño, elegante y distanciado, aparece de vez en cuando, en particular cuando la película se detiene en los paisajes nevados que resultan fructíferamente contradictorios: tranquilos y angustiantes, pacíficos y amenazadores.

Pero como película policiaca, La cautiva está llena de momentos sin sentido, de confrontaciones innecesarias, de cabos sueltos que no resultan menos sueltos por aparecer en desorden. Los villanos, con un aire estilizado perfecto en una película de David Lynch, no terminan de cuadrar con el realismo despelucado del resto de los personajes y los ocho años en los que todo transcurre deja a la mayoría de personajes iguales, haciendo aún más confusa la navegación de las fracturas temporales.

Cartelera
**** Excelente  ***½ Muy buena   *** Buena   **½ Aceptable  ** Regular  * Mala


Mommy ***
El director canadiense Xavier Dolan retrata inquietantemente la relación apasionada y conflictiva entre una madre y su hijo adolescente.

Buscando a Hagen ***
En esta extraña película húngara, una niña pierde a su perro y termina encontrando una revolución canina.

Escobar: paraíso perdido *½

Repaso semificcional por la época en que Pablo Escobar se entregó a las autoridades, que mezcla acentos y estereotipos sin iluminar en nada su figura protagónica.

Siempre Alice ***½
La película ganadora del Oscar a mejor actriz de este año sigue a una prestigiosa lingüista que sufre de alzhéimer.