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Holly (Hilary Swank) sigue las instrucciones que le ha dejado su difunto esposo (Gerard Butler) para superar una terrible crisis emocional

Posdata: te amo

Una manipuladora pero verosímil mirada al duelo de una mujer que ha perdido a su esposo antes de tiempo.

Ricardo Silva Romero
3 de mayo de 2008

TÍtulo original: P. S. I Love You.
Año de estreno: 2007.
Dirección: Richard LaGravenese.
Actores: Hilary Swank, Gerard Butler, Lisa Kudrow, Harry Connick Jr., Gina Gershon, Kathy Bates, Jeffrey Dean Morgan.

Es para llorar. Y lo es en los dos sentidos de la expresión. Primero en el evidente: es para llorar porque la pobre Holly comienza a recibir poco a poco una serie de cartas de amor, llenas de instrucciones para vivir el duelo, que le ha escrito su amado esposo irlandés unos días antes de morir. Segundo en el lamentable: es para llorar porque hace rato no se filmaba en los Estados Unidos de América una obra tan manipuladora, tan tramposa, tan llena de trucos patéticos para hacer sollozar a los espectadores a como dé lugar.

Posdata: te amo no es, sin embargo, una película para descartar. Se trata, ni más ni menos, de un drama dirigido por el mismo Richard LaGravenese que escribió los guiones de Pescador de ilusiones (1991) y Los puentes de Madison (1995). Tiene personajes estupendos (la madre abandonada, el pretendiente que no puede mentir) interpretados por estupendos actores. Es inteligente en casi todos los momentos decisivos. Consigue representar de manera sensible los pasos que vive una persona en duelo.

Cansa un poco su heroína: esa viuda joven, encarnada por la brillante Hilary Swank, que resulta tan poco interesante. Y cansan, más que todo, sus galanes perfectos como de fantasía femenina. Cuando la producción llega a su estiradísima segunda hora, la pregunta “¿qué más puede pasar en esta historia?” entorpece una cantidad de emociones que tendrían que estarse sintiendo al tiempo con la protagonista. ¿Por qué? Las cursis escenas finales tienen la respuesta: en Posdata: te amo la sensiblería una vez más le ha ganado la batalla a la sensibilidad.