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Un rollo de 2.000 años

Adolfo Roitman es un experto en los rollos del mar Muerto, un testimonio histórico de los tiempos de Cristo. SEMANA habló con él.

25 de marzo de 2002

El rabino Adolfo Roitman es un antropólogo argentino de 44 años, casado y con tres hijos, maestro en religiones comparadas y doctor en pensamiento judío antiguo. Desde 1994 es el curador del Santuario del Libro, una sección del departamento de arqueología del Museo de Israel, en Jerusalén, donde se guardan los rollos del mar Muerto. La Unión Cultural Israelita en Cali lo invitó para que dictara cuatro conferencias sobre este descubrimiento y SEMANA habló con él.

SEMANA: ¿Qué son los rollos del mar Muerto?

Adolfo Roitman: Es el descubrimiento arqueológico más importante de siglo XX y lo componen unos 950 manuscritos, fragmentados en su mayoría, de 2.200 años de antigüedad. Los hallaron unos beduinos entre 1947 y 1956, en Kumram, en la costa noroccidental del mar Muerto. Doce quedaron en buen estado, entre ellos los primeros siete que estaban en unos jarrones sellados, lo que nos lleva a creer que fue un acto intencional para que se preservaran en el tiempo. El 80 por ciento están escritos en cuero de animales y el 20 por ciento en papiro.

SEMANA: ¿Cuál es la importancia del hallazgo?

A.R.: Los rollos cambiaron el curso de la investigación sobre el mundo judío antiguo en un período clave que conecta las tradiciones del mundo bíblico con el judaísmo rabínico del cual somos herederos y descendientes los judíos de hoy. Además es la misma época en que se origina el cristianismo. Como la Biblia se ha convertido en el best-seller de la humanidad el interés en estos rollos es universal ya que afecta a las dos grandes religiones que conforman la identidad de occidente.

SEMANA: ¿Qué conocimientos aportan?

A.R.: Kumram nos abre las puertas a un momento que nos resultaba desconocido por no tener literatura original de la época. Tal vez lo más llamativo es que estos manuscritos han permitido acceder a una realidad fosilizada que no modificó el devenir de la historia. El descubrimiento de Kumram es el sueño dorado de todo arqueólogo. Allí tenemos textos, casas, objetos y cementerios que nos permite entender cómo vivían allí hace 2.000 años. Otro punto relevante es que hasta el descubrimiento de Kumram la historia se presentaba en función de tradiciones culturales que con el tiempo se transformaron en normativas del judaísmo y el cristianismo. La idea que nos habíamos formado del pasado de ambas religiones estaba en función de las anteojeras que las jerarquías religiosas normativas se habían formado de su pasado.

SEMANA: ¿Cómo afectó a judíos y cristianos la aparición de estos manuscritos?

A.R.: Yo creo que los judíos después de Kumram van a entender que el judaísmo rabínico no es la única versión del judaísmo y los cristianos van a entender mucho mejor qué significa el origen judío del cristianismo. La gran tragedia de Jesús es que les cuesta, tanto a judíos como a cristianos, reconocer su judeidad. A los judíos les cuesta reconocer que Jesús fue judío porque él se convirtió en la piedra angular de la religión y civilización cristiana que en muchos momentos de la historia persiguió a los judíos. Y a los cristianos les cuesta reconocer la judeidad de Jesús porque en última instancia el cristianismo se escindió del judaísmo y en su proceso de identidad recalca las diferencias y no recuerda lo que tienen en común. Por eso, a pesar de 2.000 años de persecuciones y odios, los rollos redefinen las relaciones entre judíos y cristianos.

SEMANA: ¿Se han generado cambios concretos?

A.R.: Claro. Nadie le ha prestado atención a que el Concilio Vaticano II, en donde se presenta una verdadera revolución en las relaciones judeocristianas, coincide con las primeras publicaciones de los rollos del mar Muerto. Se traduce políticamente en el establecimiento de relaciones diplomáticas entre el Estado de Israel y el Vaticano, algo que parecía muy lejano durante la Segunda Guerra Mundial. Kumram ha servido para acercar a judíos y cristianos y recordar que judaísmo y cristianismo comparten una misma semilla.

SEMANA: ¿Quién los escribió?

A.R.: Es un proceso largo, pues esa comunidad vivió en este lugar durante por lo menos 150 años y existen rollos que son más antiguos. Son el fruto de una tradición cultural que les fue legada pero también está constituida por crónicas de lo que vivían día a día, con especial énfasis en sus creencias religiosas .

SEMANA: ¿Cómo era esa comunidad?

A.R.: Ellos se separaron de la corriente central, que en esa época representaba el templo de Jerusalén. Hablamos de varios grupos y Kumram es uno de ellos como el cristianismo primitivo va a ser otro. Estos grupos afirmaban a través de sus creencias distintas identidades religiosas. Este grupo en particular manifiesta una marcada tendencia separatista y el hecho de que hayan escogido el desierto para establecerse es prueba de ello. No quieren entrar en contacto con extraños y tampoco con otros judíos.

SEMANA: ¿Los rollos aportan datos sobre la vida de Juan Bautista o Jesús?

A.R.: Específicamente no, incluso porque algunos de ellos se escribieron antes de su nacimiento. Pero sí nos permiten evaluar la historicidad de estos personajes. Analizando la presentación que hacen los evangelios de Juan Bautista y Jesús nos encontramos con que no existe unidad en los relatos históricos de los evangelistas. ¿Cuántas versiones de Jesús nos presentan? Los rollos no pueden probar que Jesús hizo lo que hizo pero permiten revalorizar desde una perspectiva histórica los testimonios que se encuentran en el Nuevo Testamento. Y como este es un material que no ha sido modificado por la Iglesia tiene mucha fuerza. Kumram le devuelve la fe a la historia y permite conocer mucho mejor el mundo judío de Jesús. Kumram fortalece la fe de judíos y cristianos pues nos ayuda a entender que aquellas cosas que nos parecían inventadas por los jerarcas de estas religiones tienen una firme tradición en la historia.

SEMANA: ¿Cuál es el mensaje para el hombre de hoy?

A.R.: La angustia que generan el reacomodo de los bloques económicos y la globalización afectan la espiritualidad. Esta comunidad se alejó de Jerusalén, de lo que representaba la comodidad y lo civilizado, en busca de paz y tranquilidad. En este mundo caótico, lleno de ruido, el ser humano se encuentra extraviado. No existe espacio para la búsqueda espiritual y la sociedad está cada vez más corrompida. De allí nace la necesidad del hombre de encontrar alternativas y por ende la popularidad que han adquirido los nuevos cultos. De alguna manera eso mismo vivió la comunidad de Kumram y por eso se retiró al desierto. No es gratuito que Jesús y Juan Bautista se hayan encontrado en el desierto. El desierto simboliza lo incorruptible. En la búsqueda de sentido que emprende el hombre de hoy estudiar estos manuscritos es un poco conocernos nosotros mismos, ya que mientras el hombre siga siendo hombre sus problemas básicos van a ser siempre los mismos.